Ubicado en Queens, Ciudad de Nueva York, el Arthur Ashe Stadium, que forma parte del centro nacional de tenis (NTC) Billie Jean King de la asociación de tenis de Estados Unidos (USTA), es la sede principal del torneo US Open.
Inaugurado en 1997 y con una capacidad de 23.771 personas, el estadio se financió con la emisión, en 1994, de bonos municipales por valor de 150 millones de dólares a través de la agencia de desarrollo industrial de la Ciudad de Nueva York (NYCIDA), a los que se sumó una aportación de capital de 112 millones de dólares por parte de USTA NTC. Otros componentes de la emisión de bonos de 1994 incluyeron la construcción o renovación de otras pistas de tenis del NTC, aparcamientos e instalaciones auxiliares.
Estos bonos se garantizaron con los ingresos brutos de las entradas del US Open y los derechos de emisión y se cubrieron, además, con una garantía financiera de FSA.
Cuando no se juega el US Open, las instalaciones del NTC están abiertas al público y se usan para dar clases de tenis, jugar partidos no profesionales y celebrar eventos recreativos, festivales étnicos o comunitarios, o competiciones deportivas escolares, entre otras actividades.
El NTC es una organización sin ánimo de lucro establecida por la USTA en 1978 con el fin de operar y mantener USTA NTC en cooperación con la Ciudad de Nueva York y no para beneficio de ninguna persona en particular. Fundada en 1881, la USTA tiene por objetivo promover el tenis como una actividad recreativa saludable que contribuye a la buena forma física.
Sobre los bonos municipales americanos
El primer bono municipal de Estados Unidos fue un bono de obligación general (GO) que emitió la Ciudad de Nueva York en 1812 para financiar un canal. Dado el tamaño de la economía y la población estadounidenses, el mercado de bonos municipales es enorme, con más de 4 billones de dólares en activos y más de 56.000 emisores.
Muchos bonos municipales ayudan a financiar proyectos e infraestructuras que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque se emiten en todo el país, California, Nueva York, Texas y Florida se cuentan entre los estados que más recurren a estos instrumentos. El PIB de algunos de estos estados es comparable al de economías soberanas.
Los bonos municipales se usan para financiar la construcción de hospitales locales, instalaciones sanitarias y educativas, plantas potabilizadoras, redes de transporte público y otros aspectos de la vida urbana que mejoran la vida diaria de los estadounidenses. Suelen estar ligados a una necesidad fundamental y positiva de desarrollar alguna infraestructura pública local.
En muchos casos, estos bonos están directamente vinculados a los ingresos generados por las infraestructuras subyacentes y/o respaldados por los ingresos fiscales de cada estado. Además, pueden aportar una gran diversificación a la cartera, sin sacrificar rentabilidad.
Oportunidades en el mercado de bonos municipales en el contexto actual
El creciente déficit federal de Estados Unidos implica que el Tesoro continuará emitiendo deuda, lo que no augura nada bueno para el mercado de treasuries a largo plazo. En el caso de los bonos municipales, los inversores compran una clase de activo que puede ofrecer más calidad de crédito, unos rendimientos comparables y menos probabilidades de impago que muchos bonos corporativos grado de inversión.
Los impagos son extremadamente raros en el sector de los bonos municipales estadounidenses e, históricamente, la clase de activo ha resistido muy bien las fluctuaciones del mercado general. La capacidad de los emisores de deuda municipal para cumplir con sus obligaciones se debe a que muchas de estas entidades públicas prácticamente son monopolios que proporcionan servicios públicos sujetos a una demanda inelástica.
Tradicionalmente, los bonos municipales han sido una inversión muy sólida y estable en periodos de dificultad económica. Estos bonos suelen resistir muy bien desde el punto de vista del crédito en momentos de estrés del mercado, en gran parte debido a la naturaleza esencial de la clase de activo. En conjunto, los bonos municipales sujetos a impuestos tienden a presentar una calificación de crédito más alta que los bonos corporativos grado de inversión.
A medida que las presiones inflacionarias se van suavizando y aumentan las expectativas de bajadas de tipos, los inversores buscan ganar exposición a activos que puedan proporcionar rentabilidades sólidas y un alto grado de seguridad.
En este entorno, consideramos que los bonos municipales podrían resultar adecuados tanto para los inversores estadounidenses como internacionales que deseen obtener una atractiva combinación de rendimientos interesantes y bajas perspectivas de impago.
A medida que las medidas de estímulo de los bancos centrales, como la expansión cuantitativa, se vuelven un recuerdo cada vez más lejano, el «cambio de régimen» que hizo que las economías pasasen de un entorno de tipos de interés cero a otro más inflacionario y con altos tipos de interés proporciona un fuerte impulso a los bonos municipales estadounidenses.
Los continuos esfuerzos de la Reserva Federal estadounidense (Fed) por combatir la inflación y las consiguientes subidas de tipos han empujado al alza los rendimientos de los bonos municipales, una tendencia que prevemos que continúe. Creemos que nos encontramos en un momento de rendimientos históricamente altos para lo que son inversiones intrínsicamente muy seguras. En nuestra opinión, estamos ante algunas de las mejores oportunidades que ha ofrecido este sector en una generación.
Con tantas características positivas, puede que algunos inversores se pregunten por qué los bonos municipales no han atraído más atención fuera de Estados Unidos. Pese a su larga trayectoria, el mercado estadounidense de bonos municipales sigue estando comparativamente poco cubierto por los analistas, por lo que ofrece muchas áreas de valor potencial que los inversores globales pueden explotar.
Aunque los bonos municipales están muy asentados en Estados Unidos, son una clase de activo relativamente nueva para muchos inversores no estadounidenses y, a nuestro juicio, representan una muy buena oportunidad para acceder a este mercado. Pero aún no es demasiado tarde para participar. De hecho, para quienes han estado estudiando esta clase de activo y se están interesando o entusiasmando con ella, creemos que siguen existiendo enormes oportunidades.
En cualquier caso, confiamos en que el mercado de bonos municipales seguirá atrayendo a nuevos inversores y ofreciendo buenas oportunidades.
Aunque la inversión en bonos municipales es un pilar del mercado estadounidense con una larga historia, vemos cada vez más interés en este sector por parte de inversores europeos que se ven atraídos tanto por los rendimientos que ofrece la clase de activo como por el tipo de proyectos e iniciativas públicas que permite financiar. Por este motivo, creemos que seguirán presentando atractivas oportunidades tanto para inversores estadounidenses como internacionales.