Desde comienzos de año, el diferencial entre los tipos de interés a diez y dos años se ha reducido más de la mitad hasta alcanzar los 60 puntos básicos, su nivel más bajo desde 2007. Históricamente, una inversión de la curva de rendimientos, algo que todavía queda lejos, ha dado paso a menudo a una recesión. No es de extrañar, así, que el aplanamiento de la curva de rendimientos en Estados Unidos preocupe, y no poco, a los inversores.
Sin embargo, desde nuestro punto de vista, el aplanamiento de la curva de rendimientos no augura una recesión en Estados Unidos. En este sentido, es importante detenerse a recordar que durante los seis últimos ciclos de endurecimiento de la política monetaria estadounidense se ha observado un aplanamiento de la curva de rendimientos debido, principalmente, a las fuertes subidas de los tipos de interés a corto plazo.
También esta vez, la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a dos años explica en gran parte esta evolución y responde a las tres subidas de los tipos de referencia de la Reserva Federal desde el pasado mes de diciembre y las previsiones de normalización gradual de la política monetaria.
Dentro de la renta fija, la evolución de los rendimientos de los bonos a 10 años merece una atención especial. Durante los últimos doce meses han descendido cinco puntos básicos después de aumentar más de 100 puntos básicos de media durante los ciclos anteriores.
Exceso de ahorro
Sin embargo, esta evolución no se origina en una revisión a la baja de los tipos de referencia previstos durante los diez próximos años, lo que habría sido inquietante, sino que refleja sobre todo el exceso de ahorro a nivel mundial, que es, en definitiva, el persistente efecto de los programas de compra de activos y las bajas expectativas de inflación.
En este contexto, y dentro de la asignación a deuda pública estadounidense en nuestras carteras, preferimos posicionarnos en los vencimientos a tres-cinco años, entorno en que la curva permanece relativamente estable y actúa como bisagra desde comienzos de año. Tampoco olvidemos que el rendimiento de los bonos estadounidenses a diez años repuntó recientemente hasta superar el 2,40%.
Este posicionamiento debería protegernos en caso de que continúe la normalización de la política monetaria mediante la subida de los tipos cortos. Además, limitará el riesgo de duración en caso de repunte de los tipos largos a consecuencia de una revisión al alza de las perspectivas en torno al crecimiento, la inflación y la prima a plazo. Los bonos de alto rendimiento todavía podrían beneficiarse de un descenso de los diferenciales de tipos de interés, pero siguen siendo una clase de activos de alto riesgo en caso de corrección de los mercados.
En cualquier caso, seguimos creyendo que podemos encontrar valor en la renta fija, eso sí, con un enfoque de aproximación flexible, global, con un elevado control del riesgo y muy activo, que nos permita obtener las ventajas, en cada momento, de cada tipo de activo, en cada mercado. Esto es lo que hace con éxito el equipo de Andrew Lake en su fondo Mirabaud Global Strategic Bond, con más de un 6% en el último año y una volatilidad por debajo del 2%.
Raimundo Martín es director general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica.