Junto con la invasión a Ucrania, uno de los grandes temas que se ha instalado en nuestra sociedad es el precio de la energía, lo que sin duda ha sido uno de los grandes impulsores de la ola inflacionista del último año y medio.
Los diferentes paquetes de sanciones a Rusia nos han obligado a buscar alternativas energéticas al gas y petróleo, en algunos casos ampliando el suministro de terceros proveedores, en su mayoría Estados Unidos, o bien buscando nuevas fuentes más allá de estas.
Junto a esta situación crítica, la preocupación por el cambio climático y la búsqueda de un modelo productivo más comprometido con la sostenibilidad y los retos medioambientales a los que nos enfrentamos han llevado a buscar y potenciar las energías limpias y renovables.
En este contexto, no es de extrañar que, desde el inicio del pasado año hasta hoy, entre las categorías VDOS de fondos de inversión más destacadas por rentabilidad nos encontremos con la sectorial de Energía, con una rentabilidad media ponderada de un 6,01%, siendo ésta de un 7,82% en lo que llevamos de 2023.
Con el foco en los fondos más destacados en el año con divisa euro, vemos cómo los fondos de artículo 9 SFDR, aquellos que cuentan con objetivo de inversión sostenible, se encuentran entre los más destacados. En concreto, entre los 10 fondos más rentables, siete de ellos son artículo 9, dos fondos son artículo 8 y solo uno de ellos no integra criterios ASG en su política de inversión.
Entre ellos, destaca el Polar Capital Smart Energy en su clase I de capitalización en euros, con una rentabilidad en el año de un 15,72%. Gestionado por Thiemo Lang, este fondo artículo 9 SFDR trata de invertir en empresas de todo el mundo que ofrezcan soluciones y servicios tecnológicos orientados a la descarbonización del sector energético mundial, invirtiendo en toda la cadena de valor de la energía no contaminante.
Como consecuencia del objetivo de inversión sostenible del fondo, contribuye a los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: energía asequible y limpia (ODS 7), industria, innovación e infraestructura (ODS 9), ciudades y comunidades sostenibles ( ODS 11), producción y consumo responsables (ODS 12) y acción por el clima. Entre sus estrategias aplicadas, cabe destacar la exclusión de activos no alineadas con el objetivo de inversión sostenible, así como la de sesgo positivo de integración. Entre sus principales posiciones en cartera, cabe destacar Marvell Technology (5,90 %), ON Semiconductor (5,30 %) y Lattice Semiconductor (4,60 %).
Con una rentabilidad de un 12,89% en el año le sigue el RobecoSam Smart Energy Equities en su clase X en euros. El fondo está gestionado por Roman Boner y Michael Studer de forma activa, invirtiendo en empresas de todo el mundo que ofrecen tecnologías para producción y distribución de energías limpias, infraestructuras de gestión de la energía y eficiencia energética. La selección de estos valores se basa en el análisis por fundamentales. El objetivo del fondo es superar el rendimiento del índice MSCI World Index TRN.
El fondo tiene como objetivo la inversión sostenible en el marco del artículo 9 SFDR, fomenta la descarbonización del sector energético mundial invirtiendo en fuentes de energía limpias, productos e infraestructuras de consumo energético eficiente y electrificación de los sectores industrial, de transporte y de calefacción. Para ello, invierte en empresas que promueven los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS): Objetivo de energía asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; ciudades y comunidades sostenibles; y acción por el clima. Además, tiene la capacidad de mantener un diálogo activo con las empresas para motivar a estas empresas a mejorar su contribución a los ODS.
El tercer fondo de este particular ranking es el BGF Sustainable Energy en su clase I2 en euros, con un 9,52% en lo que llevamos de 2023. Gestionado por Alastair Bishop y Charles Lilford, invierte a escala mundial al menos el 70% de sus activos totales en valores de renta variable de empresas que operan en energías alternativas y tecnologías de la energía, incluyendo: tecnología de energías renovables; promotores de energías renovables; combustibles alternativos; eficiencia energética; modernización energética e infraestructuras.
Se trata igualmente de un fondo artículo 9 SFDR entre cuyas estrategias ASG encontramos la exclusión de empresas encuadradas en sectores del carbón y bienes fungibles; exploración y producción de petróleo y gas; y petróleo y gas integrados, a la par que adopta un enfoque de inversión sostenible de máxima calidad, lo que significa que el fondo selecciona a los mejores emisores (desde una perspectiva ESG) para cada sector de actividad relevante.
La inversión con criterios ASG se está convirtiendo en un motor relevante siendo no pocas las categorías en las que vemos entre los más destacados por rentabilidad fondos con estos criterios. Y sin duda, la inversión en energía es una de las que más potencial ofrece a los inversores ante los retos de transformación a los que se enfrenta.
Tribuna de Sergio Ortega, responsable de Comunicación de VDOS