Lo dicho: el Sistema de Ahorro para el Retiro es vulnerable a la devaluación del peso. En marzo, al agudizarse la debacle, la moneda local perdió 16,54% y las Siefores Básicas (SB) 90-94, en promedio, 19,94% en dólares. La revisión de las cifras nos deja conclusiones llamativas.
El porcentaje de alza del dólar no es igual al de la baja del peso. Se sabe que el interbancario subió en marzo 19,82% y, en el trimestre, 26,15%. Equivale a depreciación de 16,4% y 20,73%, respectivamente, del peso mexicano. Así, para la comparación del desempeño de la moneda y las Siefores, se emplea aquí el de la depreciación.
Cifras rojas de marzo de las SB de afiliados jóvenes
Las SB 90-94 son ahora las de régimen más amplio. Se les confiere más potencial de rentabilidad con la dosis más alta de riesgo (podrían tener hasta 60% de Renta Variable, RV), porque congrega a los trabajadores con mayor vida laboral restante (afiliados de entre 30 y 26 años).
Este grupo perdió en promedio 4,08% en marzo, una cifra que, anualizada, equivale a 47,33%. Véase su minusvalía acumulada en dólares durante el primer trimestre y la ya citada de marzo. Los porcentajes negativos van en rojo.
- La SB de Inbursa, en general la Afore más conservadora, perdió en marzo apenas 0,60%. Las de peor desempeño, al final de la lista: Sura, 8,36% y Citibanamex, 8,59%. La diferencia entre primera y última fue de 7,99%.
- Se infiere que Inbursa mantiene menor proporción en activos más riesgosos y que las demás tuvieron pérdidas más grandes porque sus inversiones en activos de renta variable y bonos fueron también mayores; o sea, porque las otras, sobre todo Sura y Citibanamex, explotan con regularidad los parámetros del régimen de inversión. Por eso es que el desempeño de estas tres Afores “desentona” del resto: Inbursa, en un sentido; Sura y Citibanamex, en el inverso. Así, véase que la última columna nos revela por eso que estas dos últimas diluyeron la rentabilidad que habían generado en los 12 meses pasados.
- Digo que se infiere porque al 15 de abril el regulador no había dado a conocer el desglose de los activos netos ni de las inversiones de las SB “Generacionales”. Por eso las cifras promedio en las dos tablas no son ponderadas por activos. Los últimos reportes disgregados disponibles en la página de Consar son a noviembre de 2019, los de las ya cerradas SB 4 a 1. Y no se debe a la emergencia sanitaria, puesto que el atraso informativo viene de antes de la suspensión de actividades.
Desempeño de la SB de la “generación Afore”
Diríase que el bloque superior del SAR termina con las SB 75-79, las de la primera generación de trabajadores a pensionarse con los ahorros de su cuenta individual. Es verdad que puede que haya cruzamientos, es decir, afiliados nacidos antes de diciembre de 1974 que comenzaron a laborar luego de julio de 1997, y nacidos en 1975 o 1976 que hayan empezado previo al arranque del SAR.
Las SB 75-79, que podrían tener también alta dosis de riesgo y potencial (hasta 53,11% de RV), perdieron en dólares 23,05% en el trimestre y 19,42% en marzo; en pesos, 3,45% directo y 40,05% anualizado.
- Solo Inbursa generó números negros en marzo; mínimos, eso sí. Sura y Citibanamex fueron las de minusvalías considerables y no obstante, conservaron porcentajes positivos a 12 meses; positivos aunque bajos.
- La diferencia entre el primero y el último fue de 8,04%. La pérdida promedio respecto de las SB 90-94 fue apenas de 0,63% (4,08% menos 3,45%).
Mayor explotación del régimen, clave camino a la recuperación
En estas ocasiones de crisis, cuando la disparidad de uso del régimen de inversión produce marcadas diferencias de desempeño, se valida la necesidad de fijar parámetros mínimos para las diferentes clases de activos. Con el esquema de “pisos”, las Afores ahora conservadoras tendrían que arriesgar; los rendimientos o minusvalías no desentonarían tanto entre unas y otras, y los trabajadores se sentirían menos tentados a cambiar de administradora en el momento menos propicio.
Con todo, las pérdidas en pesos no fueron catastróficas si consideramos las proporciones de caída de las bolsas y de los precios de los bonos locales. Cierto, ello también se debe al uso moderado del régimen. Pero las minusvalías cambiarias pesan y esa vulnerabilidad se vincula a que el SAR no tiene mecanismos de cobertura. El límite actual en activos internacionales es insuficiente para el propósito. Las cifras a 12 meses darían sensación de calma si no fuera porque 2019 fue atípico después de cuatro años regulares o malos.
A mediados de abril los precios en bolsa reflejaban cierta mejoría. Pero como la volatilidad sigue alta, es aventurado decir que ha pasado lo peor (en la tercera semana de marzo, las minusvalías eran más agudas). Tampoco se puede “apostar” a que el solo rebote de los precios regenere lo perdido. Camino de la recuperación, sería deseable un mayor aprovechamiento del régimen.
Columna de Arturo Rueda