La crisis financiera y la gran recesión que se produjo a continuación han rediseñado completamente la economía global. En China, estos acontecimientos han dado lugar a cambios dramáticos en los resultados económicos.
Entre 2007 y 2016, el crecimiento del PIB se redujo del 14,2% al 6,7%. La deuda pasó de un 150% del PIB a un máximo récord del 257%, debido principalmente al creciente endeudamiento del sector no financiero, que se ha enfrentado a un exceso de capacidad desde la crisis. Por otra parte, el número de créditos dudosos está aumentando, aunque los datos oficiales no reflejen esta tendencia. El ratio del servicio de la deuda (porcentaje de intereses y costes de financiación de los ingresos) aumentó del 13,4% a más del 20%. Las reservas de divisas del Banco Popular de China (PBOC) – que aumentaron constantemente antes de la crisis financiera, de forma análoga a la entrada masiva de capital financiero en China – se redujeron drásticamente.
La salida de capitales disminuyó el año pasado debido únicamente a las restricciones impuestas por el gobierno. El renminbi, que se revalorizó gradualmente antes de la crisis, está actualmente presionado a la baja. Los precios de los inmuebles están aumentando rápidamente y los hogares se están financiando cada vez más con deuda. El sistema bancario en la sombra de China y el creciente diferencial de los productos de gestión de activos, que sirven para la financiación de diversos activos fuera de balance, hacen que el control de los riesgos financieros sea difícil, si no imposible.
Debido a los crecientes desequilibrios, los fundamentales chinos se han deteriorado en la última década. Tal hecho se refleja en la economía nacional, así como a nivel internacional. De acuerdo con la terminología de Michele Wucker son una «serie de signos visibles», que se reflejan claramente en el cambio dramático del rendimiento económico chino antes mencionado. La primera «señal de aviso» provocó la devaluación del yuan y la caída de los precios en las bolsas de China en enero de 2016 y un retroceso del 15% en el S&P 500. El hecho de que el presidente Xi Jinping haya admitido oficialmente que el sector financiero está expuesto a riesgos sistémicos y necesita una mejor supervisión y regulación, corresponde exactamente a la definición de un rinoceronte gris que expone Michele Wucker.
Si un monstruo así se acercara, los responsables políticos deberían prepararse para lo peor y al mismo tiempo tratar de mitigar el fenómeno. Con este propósito, el PBOC ha subido los tipos de interés a corto plazo. Hasta cierto punto, esta medida parece haber tenido éxito, ya que la deuda del sector no financiero en relación con el PIB se ha mantenido estable en los últimos cuatro trimestres, después de haber aumentado drásticamente en años anteriores.
La Conferencia Nacional de Trabajo Financiero concluyó con la creación de un órgano de toma de decisiones, facultado para actuar con rapidez y decisión en caso de peligro inminente y para armonizar las normativas vigentes. El Banco Popular de China, la Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC), la Comisión Reguladora Bancaria de China (CRBC) y la Comisión Reguladora de Seguros de China (CIRC) se fusionarán en una única agencia.
Con este nuevo órgano, un comité para supervisar la estabilidad y el desarrollo financiero, subordinado al Consejo de Estado, el país quiere crear una herramienta simplificada para realizar el seguimiento del riesgo sistémico. En este contexto, el banco central adquiere más poderes. Aún no se ha anunciado cómo funcionará y se gestionará la nueva autoridad. Se espera que el actual gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan se jubile dentro de unos meses. Es altamente probable que el nuevo presidente del PBOC se centre en la estabilidad financiera.
El Partido Comunista de China, en su XIX Congreso del Partido, que se celebrará en otoño de este año, marcará la dirección estratégica que China seguirá en los próximos cinco años. Uno de los objetivos será, por supuesto, la estabilidad financiera. Se espera que China esté a salvo de una amenaza de «rinoceronte gris» en un futuro cercano. El gobierno es consciente de los peligros y actualmente está implementando medidas defensivas específicas. Seguiremos vigilando atentamente los acontecimientos, basándonos tanto en los signos visibles como en las señales de advertencia.
Tribuna de Yves Longchamp, responsable de Análisis de Ethenea Independent Investors (Schweiz) AG.
Capital Strategies es distribuidor de Ethenea en España y Portugal.