Hemos alcanzado la primera mitad de 2017 y parece un buen momento para reflexionar. A pesar de las preocupaciones de principios de año sobre cómo podría el riesgo geopolítico afectar a los mercados, de momento 2017 ha ofrecido a los inversores unos retornos importantes en varias clases de activos. La combinación de un buen crecimiento económico, baja inflación y un mercado poco volátil ha creado un entorno favorable para que activos de riesgo como las acciones o los bonos corporativos funcionen. Pero, ¿puede continuar este crecimiento?
Por primera vez desde 2010 en el mercado global de renta variable la rentabilidad registrada en el resto del mundo ha sido mejor que el de las acciones estadounidenses.
En las economías desarrolladas las tasas de crecimiento son a día de hoy las mejores desde la crisis financiera. En la zona euro los datos del PIB son considerablemente superiores a los máximos pre-crisis, y en EE.UU. sucede lo mismo de manera más significativa. Los países emergentes están más rezagados, pero casi todos se han unido a la recuperación.
Esperando la inflación
Dado este repunte en la actividad, el escenario parece preparado para un despegue de la inflación. En este sentido, creemos que veremos presiones inflacionistas pronto. No obstante, de momento continúa moderada, pese a una baja tasa de desempleo y una muy generosa política monetaria, factores que tienden a favorecer una inflación más alta.
Desde nuestro punto de vista, el contexto actual implica un entorno de mercado que favorece a los activos de riesgo, como las acciones, por encima de los bonos gubernamentales. Sin embargo, los mercados de activos de riesgo han registrado resultados sólidos desde el verano de 2016, por lo que creemos que la recompensa potencial de invertir en ellos es inferior que antes.
Pensamos que nos encontramos en un “equilibrio frágil”. Los riesgos económicos tienen una doble vertiente. Por un lado, una ralentización del crecimiento es un claro riesgo para el rendimiento del mercado, aunque parezca improbable por el momento. Por otro lado, un crecimiento económico más rápido también puede ser problemático, ya que podría forzar a la Reserva Federal estadounidense a subir los tipos de interés más rápido de lo previsto, lo que podría desestabilizar los mercados.
El riesgo de valoración, una preocupación
Sin embargo, el principal riesgo para el valor de las inversiones es el riesgo de valoración. Hace un año muchas clases de activos estaban extremadamente baratas. Hoy en día este no es el caso, los precios de los activos están a niveles más “normales” que los de 2016, por lo que si algo va mal podrían producirse periodos de volatilidad en los mercados.
Perspectiva general sobre los activos de riesgo
Tanto los bonos corporativos como las acciones están más caras con respecto al año pasado porque los mercados han sido fuertes, pero el entorno económico se mantiene favorable. Lo que realmente importa es cómo el panorama va a evolucionar en comparación a lo que el mercado espera. La dificultad que presentan los bonos corporativos es que los precios ya reflejan las buenas noticias.
Respecto a las acciones, tenemos una preferencia por las acciones “del resto del mundo desarrollado” sobre las de EE.UU., concretamente Europa y Japón. Las acciones de mercados emergentes ya no son tan baratas como antes, pero, por ahora y en comparación con otras opciones disponibles, creemos que siguen pareciendo atractivas.
Y en cuanto a bonos…
En lo que va de año los mercados de bonos han proporcionado retornos de entre el 1% y 5% en distintos segmentos, lo que supone un tercio de lo que ofrecían en 2016. Sin embargo, los rendimientos están ya cerca de nuestras previsiones para el conjunto de 2017, por lo que las expectativas podrían ser superadas.
La deuda de los mercados emergentes es la que, de momento, ha proporcionado mayores retornos, seguida de los bonos corporativos high yield con ratings BB y por debajo.
La Reserva Federal de EE.UU. ha empezado a incrementar los tipos de interés, aunque con cautela, asegurándose de que los mercados no sobre reaccionaran.
Esperamos que los tipos de interés estadounidenses continúen subiendo lentamente y, como los precios de los bonos decrecen cuando suben los tipos, esperamos ver una reducción en el precio de los bonos gubernamentales y en los bonos corporativos con grado de inversión. Esta es una de las razones por las que preferimos el mercado de bonos de las economías emergentes antes que otras partes del universo de renta fija. Con respecto a la deuda en moneda local de los mercados emergentes, los tipos de interés están muy altos en comparación con lo que se encuentra disponible en los mercados desarrollados.
Sin embargo, también hay amenazas para los bonos. La principal es si la Fed sube los tipos de interés más rápido de lo esperado porque la inflación presente una tendencia más destacada. Entonces, se produciría una caída en el precio de los bonos.
En renta variable…
Los mercados de renta variable globales están siendo este año relativamente sólidos, proporcionando una rentabilidad mejor de la esperada a pesar de las significativas preocupaciones geopolíticas.
Los principales acontecimientos del mercado, incluyendo la agenda de la nueva administración estadounidense, el Brexit, las preocupaciones sobre los ensayos de misiles en Corea del Norte y las elecciones francesas, han fracasado en obstaculizar el rally de la renta variable.
Las acciones han tenido un recorrido por encima de nuestras previsiones en los retornos a largo plazo desde principios de este año, y ahora están un poco caras. En nuestra opinión, la selección de valores y el mix regional serán incluso más importantes en la segunda mitad de este año. No esperamos una bajada notable de la renta variable, con la economía mundial aparentemente en recuperación y con la “reversión de la globalización” incapaz de ponerse en marcha como se temía en un principio. Aun así, creemos que las acciones han alcanzado, en general, su “valor justo”.
2017: desajuste entre sentimiento y realidad
Para la segunda mitad del año, veremos cómo inversores que han esperado para invertir más en renta variable, especialmente en acciones de mercados emergentes, lo vuelven a considerar; esto podría motivar el próximo auge en los mercados. Además, podría suponer un interesante contraste con aquellos inversores que intentaron elegir sus puntos de entrada y salida del mercado basándose en los resultados esperados de los acontecimientos geopolíticos a principios de año. La mayoría han alcanzado un éxito limitado, demostrando que no se debería intentar predecir el mercado y que la diversificación de la cartera es de lejos la mejor opción.
Joseph Little, jefe de Estrategia Global de HSBC Global Asset Management