La capacidad, velocidad y poder de la tecnología han convertido a la industria de servicios financieros en uno de los sectores más sofisticados de la economía mundial en cuanto al manejo de datos, permitiendo la ejecución de complejas operaciones globales con solo pulsar un botón. Desde el “high frequency trading” al e-Commerce y a la banca móvil, el sector financiero está generando enormes cantidades de datos –de hecho, casi demasiados-. Tal como les ocurre a las personas físicas, las instituciones también están enfrentando una sobrecarga de información que limita las posibilidades tecnológicas.
Se estima que todos los días, a nivel mundial, se generan más de 2,5 trillones de bytes de información. Más aún, el 90% de los datos existentes hoy en el mundo han sido creados en los últimos dos años y proporcionan montañas de información provenientes de una diversidad de fuentes más amplia que la que existió jamás, desde medios de comunicación social a registros de transacciones de comercio electrónico, desde señales de telefonía móvil a GPS’s. En esencia, las empresas financieras tienen al alcance de la mano más información sobre consumidores y tendencias financieras de la que jamás antes habían tenido.
Sin embargo, dado que la mayor parte de esos datos no están organizados y requieren de muchísima experiencia para ser entendidos, ordenados y analizados, casi toda la información queda ociosa y quienes la tienen en su poder no le sacan el provecho que podría brindarles. La buena noticia es que hay una creciente industria de datos preparada para colaborar con las instituciones financieras en utilizar y generar dinero a través del uso de esta valiosa herramienta, descubriendo mecanismos dentro de los flujos de transacciones de sus clientes que les permitirán ser más eficaces y eficientes a la hora de presentar su oferta de servicios. Un trabajo de investigación ha demostrado que Big Data tiene la capacidad de generar ganancias mejorando los márgenes del flujo de las transacciones. Cuando se logra organizar y analizar dichos datos, se percibe el caudal de pagos globales y se ofrece una visión única de tendencias, destinos, valores, volúmenes y tasas que, en última instancia, llevan a optimizar rendimientos para ahorrar costos.
Por supuesto, Big Data no es un concepto enteramente nuevo. Google, por ejemplo, desarrolló su negocio brindando a sus consumidores la posibilidad de buscar a través de millones de sitios web y peta bytes de datos para proporcionar resultados casi instantáneos con precisión milimétrica. Esta «magia» se logra a través del uso de técnicas de Big Data y otras herramientas. En la última década, diversas industrias del sector manufacturero, de consumo y tecnológicas han estado utilizando Big Data para optimizar sus procesos y ofrecer mejores servicios a sus clientes. Los bancos y otras empresas de servicios financieros, sin embargo, han sido más lentos en aplicar esta poderosa capacidad a su propuesta de valor, principalmente debido a la falta de recursos internos para recopilar, analizar e interpretar los datos disponibles.
En el cambiante entorno económico actual, el sector financiero se enfrenta a tener que repensar las propuestas de valor tradicionales y Big Data está surgiendo como opción de vanguardia. Se trata de una forma innovadora de acceder y visualizar información clave para incrementar ganancias. Al desbloquear estos datos a los que nunca antes se había tenido acceso, se logra comprender mejor las oportunidades de crecimiento y ahorro no detectados, y, por lo tanto, nos permite estar más preparados para lograr éxito en todos los frentes.
La ventaja que ofrece Big Data es doble, ya que no sólo proporciona información clave sobre el mercado, sino que también dirige su mirada a la industria de servicios financieros y a cómo puede ser optimizada para reflejar el cambiante panorama económico. De alguna manera, Big Data actúa como un GPS, ya que nos hace ver con claridad cuál es el mejor camino a seguir. Esta transparencia brinda a los bancos la opción de llenar los huecos que hay en el mercado, mejorar la eficiencia y en última instancia, tomar mejores decisiones de precios. También ayudará a crear resultados centrados en el cliente y a mejorar su experiencia general.
Mientras la tecnología continúa perpetuando una industria de servicios más interconectada y rápida, Big Data se convierte, sin dudas, en una herramienta de negocios cada vez más valiosa. A través de esta información aún sin explotar, los bancos pronto podrán enfocar sus propios negocios y los de sus clientes desde un nuevo punto de vista más perspicaz, que les permitirá desarrollar novedosos productos y servicios que generen beneficios y oportunidades de negocios adicionales, al tiempo que verán mejorados sus servicios al cliente y a la propuesta de valor que les ofrecen.
Para muchos bancos y empresas, el utilizar Big Data para identificar las tendencias del consumidor sigue siendo todavía un enfoque muy nuevo. Recién hemos comenzado a entender lo que esta información nos puede ofrecer y a tener un panorama más claro de cómo obtener mayores conocimientos. Pero, mientras para algunos bucear en Big Data puede parecerles una exploración de lo desconocido, hay un hecho cierto: Big Data es el futuro de nuestra industria y tenemos que aprovecharlo si deseamos continuar en carrera.
Columna de opinión de Driss Temsamani, jefe regional de Inteligencia Empresarial, Análisis e Innovación de Citi para América Latina. Ha participado en la investigación y el análisis de datos de alto nivel y es un experto en todo lo relacionado con innovación y aplicación de Big Data para la industria de servicios financieros.