El Parlamento Europeo ha aprobado un Fondo de Transición Justa, de 17.500 millones de euros, para ayudar a las regiones de la UE más dependientes del carbón a pasar a una economía neutral en emisiones. Se ha producido una semana antes de la cumbre del 24 al 25 de mayo de jefes de gobierno, donde se ha discutido cómo alcanzar objetivos climáticos más estrictos para 2030.
Este fondo ayudará a financiar inversiones en renovables, eficiencia energética, transporte sostenible e innovación digital. Los mayores beneficiarios serán Polonia, Alemania, Rumanía y la República Checa. Hay que tener en cuenta que el nuevo plan climático de la UE que legisladores y gobiernos nacionales han acordado hacer jurídicamente vinculante, aplicará a partir de 2022. En él, se propone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% en comparación con los niveles de 1990 para finales de década. Lo que es significativamente más ambicioso que el objetivo anterior del 40% e implica que la región puede volverse neutral en emisiones para 2050.
Una gran proporción de las nuevas inversiones “verdes” hasta 2050 se canalizará hacia industrias ambientales de rápido crecimiento, que están contribuyendo cada vez más al PIB: gestión de recursos, energía renovable, eficiencia energética y transporte sostenible. Además hay que tener en cuenta que la industria europea de bienes y servicios ambientales ya emplea a cuatro millones de trabajadores equivalentes a tiempo completo -38% más que en 2003- y puede rivalizar con la de Estados Unidos. El valor añadido bruto de estas industrias, medido de su contribución a la producción nacional, ya había aumentado hasta 286.000 millones de euros en 2015, 63% más que en 2003.
A ello se añade que con los nuevos criterios de la Comisión Europea para inversiones ecológicas, los productores de baterías recargables, equipos de eficiencia energética, coches no contaminantes, plantas eólicas y solares podrán obtener una etiqueta verde, lo que puede resultar transformador para los sectores de transporte, energía y bienes inmuebles de Europa.
Además, para que los gobiernos europeos alcancen estos objetivos los vehículos eléctricos tendrán que evolucionar hacia una industria estratégica. Francia ya cuenta con un programa de 8.000 millones para producir más de un millón de vehículos eléctricos e híbridos al año los próximos cinco años, e incluye un incentivo para reducir hasta en un 40% el coste de comprar el vehículo eléctrico. Alemania también intensificó su apoyo al transporte cero emisiones, duplicando subvenciones, hasta 9.000 millones de euros y las ventas alemanas de vehículos eléctricos aumentaron hasta suponer 13 % de las ventas de automóviles en agosto de 2020, en comparación con 2,5 % en el mismo mes de 2019. A ello se añade que Europa, segundo mayor mercado de vehículos eléctricos tras China, cuenta con nuevos y más estrictos estándares de emisiones. Cada fabricante debe limitar las emisiones de su flota a 95 gramos de CO2/km de media -un 20% menos que en 2018-. Este límite bajará a 81 gr. para 2025 y a 59 para 2030. Aquellos que no cumplan pagarán una multa de 95 euros por cada gr./km de emisiones excesivas por vehículo. Así que los fabricantes que no mejoren se enfrentan a multas de miles de millones cada año. Todo ello va a impulsar más el crecimiento de la movilidad eléctrica.
La construcción también está en el centro del plan europeo de recuperación, ya que el 70% de los edificios en la región tiene más de 20 años. Efectivamente, el Pacto Verde Europeo reserva 370.000 millones de euros (53.000 millones al año) para eficiencia energética y descarbonización de edificios. Esto representa un gran impulso para la industria europea de renovación, un mercado de 819.000 millones de euros en 2019.
A ello se añade que Europa propone un gasto de 100.000 millones de euros en investigación y desarrollo en los sectores digital y medioambiental. Se trata de un programa de siete años, puesto en marcha en 2021, para impulsar la productividad y el crecimiento y mantener la competitividad en sectores que son coherentes con los objetivos del Pacto Verde. La Comisión estima que cada euro invertido en I+D podrá generar once euros de actividad en la economía.
Así que Europa ha elevado el listón en sostenibilidad con ambiciosos compromisos de gasto y regulaciones más estrictas, un modelo para otros países, que genera la perspectiva de mayor crecimiento económico, nuevas oportunidades de inversión y restablecimiento del medio ambiente.
Tribuna de Stephen Freedman, especialista de inversión temática de Pictet AM.