Con las últimas noticias de Siria, el mundo árabe vuelve a las portadas de los diarios internacionales. Los mercados reaccionan con aversión al riesgo y el petróleo se dispara. Ya en mayo señalamos la subida del riesgo geopolítico a raíz de los eventos en Siria y volvimos a subirlo en julio por las protestas políticas en Egipto. Ahora, que las tensiones en la Península Arábica han atraído la atención de los inversores, creemos que es tiempo para dar más luz a lo que está pasando y al cómo está afectando a la oferta del crudo.
Tensiones en Libia y Egipto
El conflicto sirio es, sin duda el más comentado, pero no el único componente importante del riesgo geopolítico actualmente. Lo que más está impactando a los volúmenes del petróleo son los eventos en Libia, donde a finales de julio el personal de seguridad en las terminales de petróleo anunció una huelga por los salarios. Los puertos permanecen cerrados, lo que ha reducido los volúmenes exportados de 1,5 a 0,5 mbpd (millones de barriles por día), los niveles más bajos desde la guerra civil en 2011. Justo este lunes pasado, las exportaciones se han reanudado desde una de las cuatro terminales, pero los manifestantes han parado la producción en el oeste del país. También hay noticias de que la huelga se ha convertido en una ocupación permanente y que los guardias de seguridad intentan vender el petróleo libio ilegalmente.
La situación en Egipto también genera tensiones. Ahí, la Primavera Árabe en el 2011 condujo a las primeras elecciones democráticas en más de 30 años. El nuevo presidente, el islamista Mohamed Morsi no fue capaz de contener el caos económico. Un año después de la elección de Morsi, millones de egipcios salieron a la calle para pedir su dimisión. El ejército dio un ultimátum de 48 horas a las fuerzas políticas para resolver la crisis y, al no cumplirse, detuvo al presidente y a su equipo, suspendió la constitución y anunció la intención de convocar elecciones anticipadas. Luego fueron los indignados islamistas, partidarios de Morsi, quienes se lanzaron a la calle; estas protestas fueron brutalmente reprimidas por el ejército egipcio, con un total de un mil fallecidos. Egipto es un importador neto de petróleo, pero es responsable de casi el 2% de la producción global del gas natural, o sea un 1 mboepd. Aunque lo más importante es que Egipto controla el Canal de Suez, que, junto con el oleoducto Sumed, transporta un 1,7 mbpd del petróleo mundial.
La guerra civil en Siria
La Primavera Árabe en Siria empezó cuando, en 2011, los protestantes en Damasco exigieron la liberación de los presos políticos. Aunque las protestas se extendieron a todo el país, el presidente Bashar al-Assad no estuvo dispuesto a hacer concesiones: los tanques entraron en las calles, los opositores formaron el Consejo Nacional Sirio y el Ejercito Sirio Libre. Y así comenzó la guerra civil, la cual, según la ONU, hasta ahora ha dejado más de 100.000 muertos. El supuesto uso de armas químicas en marzo y abril de 2013, prohibido por la Convención sobre Armas Químicas del 1997, indignó a USA: Barack Obama no descartó la posibilidad de una acción militar. Justo cuando los inspectores de la ONU llegaron a Siria la semana pasada, varias fuentes informaron que el 21 de agosto había sucedido otro ataque químico, dejando a 3.600 personas hospitalizadas y matando a 355. Damasco echó la culpa a los opositores del régimen. Llama la atención que la información es muy escasa, no hay ni pruebas, ni testigos y la presunta reincidencia en el uso del gas sarín durante la visita de los inspectores llega a tener poca lógica. Lo que es cierto, es que: a. ninguna de las dos partes del conflicto ha negado el hecho del último ataque químico; y b. los participantes potenciales de la intervención (USA, UK, Francia) constatan que “la evidencia es incuestionable”, en palabras de John Kerry.