La industria de la banca privada offshore en Latinoamérica no ha sido ajena a las grandes tendencias financieras y regulatorias globales y regionales de los últimos años. Si uno fuera a preguntarle a un manager o asesor nanciero cual es el cambio de mayor impacto para su negocio en los últimos tiempos, seguramente nos encontraríamos con varias respuestas comunes.
Transparencia y disponibilidad multi-jurisdiccional en la información de clientes finales. Nuevas reglas de protección a clientes finales con múltiples y adicionales disclaimers sobre los modelos de negocios, roles y responsabilidades, y sus costos asociados. Limitaciones en los cobros de trailer fees o pagos de retrocesiones en productos manejados, con orígenes en reguladores de Europa y rápida transmisión al continente americano. Y hasta la presente evolución del estandar de suitability, al estandar fiduciario en el manejo de las relaciones. Todos cambios estructurales relevantes, sin dudas.
Sin embargo, una tendencia subyacente no puede pasar desapercibida, fundamentalmente en el negocio de las Américas. El silencioso – aunque no tanto – movimiento voluntario de asesores financieros de modelos que vamos a llamar tradicionales, al llamado modelo independiente en todas sus variantes. Enorme tendencia que ya se encuentra en un estado de alta madurez en el negocio doméstico de los Estados Unidos, y comenzando su camino de manera consistente en el negocio internacional.
Puede acceder a la columna de opinión completa escrita por Rodolfo Castilla para la revista de Funds Society, a través de este enlace.