La liquidez sigue abundando en los mercados. Ahora lo que escasean son las oportunidades de inversión. La última corriente de opinión que circula entre la industria de los fondos de inversión es que la renta fija ya no es interesante. No es para menos, dado el panorama. Octubre se estrenó con el rendimiento del bono alemán a 10 años cayendo por primera vez por debajo del 1%. Para encontrar rentabilidades en el mercado soberano por encima del 3% se requiere ya asumir cierto riesgo y entrar en países como, por ejemplo, Portugal o Bulgaria. Adicionalmente, está por ver el efecto que causará la activación del plan del BCE para comprar bonos y activos titulizados de renta fija privada.
En estas condiciones, los activos emitidos en el MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija) constituyen una oportunidad que merece, al menos, ser examinada con detenimiento. El 7 de octubre se cumplen 12 meses de la puesta de largo de este mercado, nacido de la exigencia de Bruselas a España de habilitar mecanismos para profundizar en la desintermediación bancaria y que no pocos consideraban entonces prácticamente como un brindis al sol. La realidad es que un año después ya son ocho las compañías que han apelado a los inversores a través del MARF y que se esperan, antes de que acabe el año, nuevas emisiones y cada vez más sofisticadas (el real decreto de medidas urgentes del pasado 5 de septiembre habilita a los fondos a emitir bonos de titulización en el MARF), multiplicando así las alternativas de financiación y, por tanto, las opciones para los inversores.
El saldo vivo del MARF supera ligeramente, a fecha de hoy, los 370 millones de euros. No es un volumen abrumador, pero ha ido creciendo progresivamente e irá ‘in crescendo’ en los próximos meses. Se está construyendo una base sólida para dotar a España por fin de una industria de mercado de capitales y alinear los mecanismos de financiación empresarial con los que predominan en otras economías avanzadas de nuestro entorno, como Alemania, Francia o Reino Unido. Al mismo tiempo, la rentabilidad que ofrecen los bonos admitidos en este nuevo mercado, gestionado por BME (Bolsas y Mercados Españoles), revela que hay oportunidades ciertamente interesantes.
Dentro del MARF se pueden encontrar empresas muy diversas: la constructora Copasa (rating Axesor BB), especializada en obra civil, que fue la primera en salir, en diciembre del año pasado, con un cupón del 7,5% para una emisión de 50 millones de euros a cinco años; Tecnocom (rating Axesor BB+), especializada en servicios y soluciones tecnológicas y de sistemas de información, que ha colocado 35 millones de euros a un interés del 6,5%; Grupo Ortiz (rating Axesor BB), una constructora en pleno proceso de internacionalización con presencia ya en 10 países, que ha emitido 50 millones con una rentabilidad del 7%; Eysa (rating Axesor BB+), una compañía especializada en la gestión de aparcamiento regulado, que en julio pasado realizó la que supone hasta el momento la emisión de bonos con más volumen (75 millones de euros) y a más largo plazo (siete años), con un interés del 6,875%; finalmente, la empresa distribuidora de energía eléctrica Audax (rating Axesor BB+) es la compañía que ha salido al precio más bajo hasta el momento en el MARF, al colocar entre sus inversores 21 millones de euros en bonos con un cupón del 5,75%. A estas emisiones de bonos hay que sumar los pagarés de la empresa de ingeniería Elecnor, la papelera Europac y la acerera Tubacex, que completan la oferta actual del MARF.
Como salta a la vista, las rentabilidades ajustadas al riesgo que ofrecen los bonos del MARF son atractivas y ofrecen un interesante retorno dentro de una cartera de bonos diversificada. Hasta la fecha el foco de las empresas que han emitido, se sitúa en el rango de “high yield” con ratings en el rango de BB, lo que implica una adecuada capacidad para hacer frente a sus obligaciones financieras. Una prueba que evidencia el éxito del MARF es que cada vez más inversores se fijan en el mismo. Aunque la vocación de este mercado es de buy & hold, comprar para retener hasta vencimiento, los cruces que se han dado han sido mayoritariamente a precios superiores a los de emisión. En un momento en el que la incertidumbre sobre el crecimiento económico y el riesgo de deflación vuelven a gravitar sobre los mercados, el MARF se presenta como una opción a valorar a la hora de diversificar las carteras de inversión.