El Índice de Sustentabilidad de Dow Jones (DJSI por sus iniciales inglés) es quizás el índice más conocido y reputado mundialmente de sostenibilidad corporativa. El pasado 12 de noviembre, cada una de las empresas participantes pudo conocer su puntaje y si fue o no listada en los índices. Como preámbulo, Standard & Poor’s ya dio a conocer una serie de estadísticas y resultados generales para las empresas de Latinoamérica en su conjunto, que vale la pena analizar.
Para el proceso de este año fueron invitadas 64 compañías chilenas, de las cuales 35 respondieron el cuestionario, representando un 55% de participación, y obtuvieron un promedio de 63 puntos (escala 0-100). Esto significa un aumento de 5 puntos con respecto al promedio del año anterior, lo que puede parecer bastante positivo, más no debería llevar al sector a conformarse.
Por un lado, la participación de las empresas chilenas todavía está bastante por debajo de las participaciones de empresas en México y Colombia (79 y 86% de participación, respectivamente). Por otro lado, el desempeño promedio de las empresas chilenas está 15 puntos más abajo que sus pares colombianas, y tan solo 2 puntos arriba de las empresas brasileñas.
Además, es interesante notar que las empresas peruanas aumentaron su puntaje promedio en 11 puntos, quedando solo a 10 unidades de las chilenas. Ante este escenario competitivo, las compañías del país deben aumentar sus esfuerzos para mantener y mejorar su posición en la región.
En particular, en el criterio de Gobierno Corporativo, las empresas chilenas y latinoamericanas presentan un rezago persistente cuando se les compara con el promedio mundial, mostrando un promedio regional 18 unidades más bajo que los 54 puntos promedio del global. Las empresas chilenas ostentan un puntaje promedio de 37 puntos en este ámbito, apenas por sobre los 36 puntos del promedio latinoamericano. Y en este criterio el puntaje se mantuvo sin cambios respecto al año anterior.
Cabe mencionar que el criterio de Gobierno Corporativo es bastante más amplio que los aspectos relacionados al Directorio, ya que incluye temas como la propiedad accionaria, derechos a voto, y la remuneración a largo plazo de los ejecutivos/as y del Gerente General. Como ejemplo ilustrativo, en la pregunta específica sobre alineación de la remuneración ejecutiva con objetivos a largo plazo, 74% de las empresas chilenas participantes obtuvieron 0 puntos.
Esto demuestra la distancia que existe en estos temas al compararnos con empresas europeas o estadounidenses: en Latinoamérica la transparencia de remuneración ejecutiva continúa siendo un tema bastante “tabú”, lo que contrasta con la transparencia que ya es costumbre, o ley, en Estados Unidos y Europa. Queda como tarea el avanzar en forma decidida para subsanar estas brechas y saldar la deuda pendiente en esta materia.