Hace 25 años, cuando comencé mi carrera en el mundo de las finanzas, había muy pocas mujeres en puestos de liderazgo. También era muy bajo el porcentaje de mujeres en posiciones de trading o de manejo de portafolios. Pero también eran muy pocas las que se postulaban para esos puestos. Las mujeres en general no tenían una familiar ni una vecina ni un rol model que haya estado en ese tipo de posiciones. Muy pocas se visualizaban en esos puestos; era un mundo de hombres.
En las últimas décadas el número de mujeres en estos puestos creció considerablemente, pero aún siguen siendo una minoría.
La conmemoración del día internacional de la mujer es un momento oportuno para revisar por qué es importante – más allá de un motivo de justicia y equidad – incorporar mujeres a los grupos de trabajo.
La diversidad es rentable
Los estudios muestran que los equipos más diversos son más innovadores, encuentran soluciones no convencionales a sus problemas, generan más y mejores ideas. Así, tienen mejores resultados financieros.
En un mundo crecientemente complejo y competitivo, contar con diversidad cognitiva es un activo. Grupos de personas diferentes (de, entre otros, diferente origen, sexo, etnia, experiencia) son capaces de identificar mejor los potenciales riesgos y aportan distintas perspectivas a un mismo problema, lo que puede derivar en mejores formas de resolverlo. En un mundo que cambia rápidamente y donde lo inesperado pasa cada vez con más frecuencia, el contar con este activo es una gran ventaja. Las compañías con liderazgo diverso son más resilientes, se adaptan con mayor facilidad y son más exitosas.
Además, las empresas diversas e inclusivas están mejor posicionadas para atraer talento, tienen empleados más satisfechos y el potencial de dar mejor servicio a una base de clientes cada vez más diversa. En particular, los millenials expresan que compañías diversas son mejores lugares para trabajar ya que son más creativas, innovadoras y motivantes. Y hay mayores oportunidades de progresar en la carrera corporativa.
Por último, un dato no menor: cada vez más inversores buscan invertir en compañías diversas e inclusivas. A medida que se genera mayor conciencia sobre el medio ambiente, movimientos sociales adquieren más relevancia y directorios corporativos tienen creciente responsabilidad en cómo llevan adelante el negocio, los líderes usan su posición de influencia para asignar fondos con un propósito superior. Así, al invertir sopesan los impactos ambientales, sociales y de gobierno corporativo al tomar decisiones de inversión.
A modo de ejemplo, el mayor fondo de pensiones en EE.UU. —Calpers, que administra las prestaciones de los empleados públicos de California y maneja activos por 440.000 millones de dólares —, anunció en 2017 el envío de cartas a 504 compañías donde resaltó la evidencia creciente de que la diversidad de los directorios tiene un impacto económico positivo en los resultados corporativos. Y requirió a cada una de ellas que desarrollen y comuniquen su política de diversidad. «Calpers tiene interés en el crecimiento de cada una de las compañías y su posibilidad de crear valor para sus accionistas en el largo plazo. Para poder ejecutar en forma exitosa una estrategia de negocios de largo plazo y mitigar el riesgo, el directorio de una compañía debe reflejar una mezcla diversa de habilidades, antecedentes y experiencia«, versaba la carta.
Usar los recursos que los gestores de patrimonio tienen para reducir la brecha con grupos sub-representados no solo es lo correcto, también tiene sentido desde el punto de vista económico; contribuye con crear mercados más sostenibles y conduce a mejores resultados para la sociedad en su conjunto.
Matías Bendersky, representante del BID en Uruguay, afirmó el viernes 5 en el evento organizado por la Bolsa de Valores de Montevideo denominado Toque de Campana por la Igualdad de Género, que “este año tenemos la oportunidad de oro de consolidar una agenda de recuperación económica para que sea más inclusiva y más sostenible”. Bendersky dijo que el sector financiero “puede jugar un rol preponderante para avanzar en la agenda de género”. Para ello propuso tres acciones concretas: invertir en empresas lideradas por mujeres, invertir en aquellas que promuevan la igualdad de género en el trabajo, e invertir en aquellas que promuevan productos y servicios para las mujeres.
Diversificación, principio fundamental en finanzas
Harry Markowitz ganó el premio Nobel de Economía por demostrar la importancia de la diversificación. Lo mismo parece aplicar al mundo del trabajo. Visto desde otra perspectiva, en inversiones, si para obtener alfa (un retorno adicional por encima de lo que corresponde a su riesgo) es necesario hacer algo diferente, seguramente tener diferentes perspectivas sea una ventaja: equipos diversos obtendrán mejores resultados.
Nuestra profesión tiene un claro problema de falta de diversidad. Una industria que escucha diferentes perspectivas obtendrá mejores resultados y sentará las bases para un mejor futuro de la profesión de inversiones.
Bárbara Mainzer es presidenta de la CFA Society Uruguay y tiene más de 25 años de experiencia en la industria financiera