A lo largo de los años se estimuló la elección con base en un elemento inapropiado: una menor comisión. El supuesto beneficio que señalaba el regulador resultaba diluido por la rentabilidad, verdadero motivador de los traspasos. Con los porcentajes a aplicar en 2022, el argumento de cambio por ese factor dejará de tener sentido −supongo− en el mensaje oficial a los trabajadores.
El error de optar por la afore barata
En enero del año pasado, cuando la diferencia entre el cargo más alto, 0,98%, y el más bajo, 0,79%, se reducía ya a 0,19%, apunté en este espacio, con cifras ilustrativas, que “La baja de comisiones del SAR… no motiva a un cambio de afore”.
Así fue: según los precios de bolsa difundidos por Consar, al cierre de 2020, Invercap, una de las afores caras, fue la líder en rendimiento de las Siefores Básicas 90-94, mientras que la barata, PensionISSSTE, fue octava (antepenúltima), sólo por arriba de Azteca e Inbursa. La brecha entre la primera y PensionISSSTE fue de 4,13%, con lo que la aparente ventaja del diferencial de comisión resultó irrelevante, como apuntaba el título de la nota referida. El ahorro de los trabajadores creció más en las gestoras onerosas no obstante el “perjuicio” de una comisión mayor.
La era de comisiones homogéneas
A partir de 2021 se abrió una realidad distinta: las afores privadas aplican porcentajes homogéneos, entre el 0,80% y el 0,87%, mientras que la pública, PensionISSSTE, es la única en el rango bajo, con 0,53%. Se redujeron los cargos aunque se amplió el diferencial entre la cara y barata de 0,19% a 0,34%.
Para efectos prácticos no cabe fomentar la salida de la onerosa Invercap para afiliarse a Citibanamex o XXI Banorte por una ventaja irrisoria de 0,07%.
Se entiende que la Afore del Estado promueva todavía su atractivo en los medios, pues diríase que es ella contra el resto, mas no que lo incentive el regulador, que todavía expone a la comisión como un “factor a tomar en cuenta para elegir la mejor Afore”.
Ahora bien ¿Fue atinado moverse a PensionISSSTE este año para ahorrar el 0,34%, o habría convenido seguir en alguna privada? Veamos los casos extremos, el grupo de SB generacionales de riesgo y rendimientos potenciales bajos, y el de las SB de riesgo y rentabilidad potencial mayor:
- SB 60-64: hasta el cierre de octubre, al menos cuatro afores caras generaron rendimientos netos superiores al de la administradora pública.
- SB 90-94: siete administradoras aventajaron a PensionISSSTE, que volvió a ubicarse octava en la tabla, solo por arriba de Azteca y Coppel. Es decir que el ahorro de los trabajadores jóvenes que optaron por estar en alguna de las siete Afores de cargo homogéneo creció más que el de los que hicieron caso al regulador y permanecieron en la de comisión baja.
Cabe apuntar, para que no haya dudas, que en las SB 65-70 y subsecuentes (70-75, 80-84, etcétera), PensionISSSTE también se vio superada por siete afores.
Y es de subrayar que Coppel y Azteca, en la tabla siguiente, como Azteca e Inbursa, en la anterior, carecieron de atractivo por la gestión de las inversiones, no por su cifra de comisión. Esa gestión es la que produce la rentabilidad y la multiplicación del ahorro.
Se diría que nadie se pasará en 2022 a PensionISSSTE por el beneficio de 0,04% sobre las afores privadas, que cobrarán 0,57%, pero nunca se sabe…
Aunque estimo que la mayoría de los trabajadores considera el rendimiento como factor esencial −como también lo he apuntado en este espacio−, hay una minoría sustanciosa que atiende la pauta del regulador. Me han preguntado por ese factor en directo y por las redes sociales. Podría ser que algunos lo sigan considerando.
Columna de Arturo Rueda