Venezuela, que sufre de hiperinflación y escasez de comida, tiene ahora dos presidentes. Nicolás Maduro, vicepresidente de Hugo Chávez y su sucesor, y un recién llegado de 35 años, Juan Guaidó. El desafío ha iniciado un choque geopolítico mientras Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea eligen bandos y, porprimera vez, el apoyo internacional coincide con un aumento de la oposición popular.
Nicolás Maduro, sucesor de Chávez después de su muerte en 2013, comenzó su segundo mandato de seis años a principios de 2019 con el respaldo, por ahora, de los militares. En medio de las protestas de la oposición, Guaidó se autoproclamó presidente interino el 23 de enero, alegando que la constitución permite al líder de la asamblea nacional asumir el poder de cuidador a la espera de nuevas elecciones, en respuesta a lo que él llama unas elecciones ilegítimas en mayo.
El ascenso de Guaidó a la presidencia comenzó el 5 de enero cuando se convirtió en presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición. Si bien hay miembros de mayor rango en su partido, estos están en el exilio, escondidos o bajo arresto.
Los catalizadores del malestar público en Venezuela no son difíciles de encontrar. La sanidad ha colapsado y las enfermedades como la malaria, el sarampión o la difteria han regresado, mientras el 80% de la población está desnutrida al no poder permitirse la mayor parte de los alimentos básicos de acuerdo con datos de las Naciones Unidas.
Uno de cada 10 venezolanos, 32 millones de personas, ha huido del país en los últimos cuatro años. En 2018, la deuda bruta del gobierno del país era equivalente al 159% del producto interior bruto, comparado con el 38.9% del año anterior según datos del Fondo Monetario Internacional.
En 2017 la inflación llegó al 2.802%, que saltó a 2.5 millones porcentuales el año pasado y que puede llegar a los 10 millones en 2019 según el FMI.
Esta no es la primera vez que Maduro ha encarado protestas, incluyendo meses de manifestaciones en 2014 y 2017, cuando cientos de protestantes perdieron la vida. El ejército es la clave para conservar el poder. Su predecesor, Chávez, fue un exoficial y ató al ejército a su presidencia colocándolos en posiciones de autoridad. La cabeza de la guardia nacional, por ejemplo, el Mayor General Manuel Quevedo, es también presidente de la compañía estatal de
petróleo, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) desde noviembre de 2017.
Sin embargo, el apoyo militar depende de que Maduro sea capaz de seguir pagando al ejército y sus nombramientos tengan lugar. Temen las represalias si son depuestos. Guaidó ha ofrecido amnistías y dice que está en conversaciones “clandestinas” con los militares. Ya hemos visto una serie de deserciones de rango inferior, incluido el adjunto militar del país en Washington, que apoya a Guaidó.
Las sanciones de 7.000 millones de dólares de los activos de PDVSA impuestas por EE.UU. la semana pasada cortaron efectivamente la principal fuente de ingresos de Maduro. Estados Unidos también ha entregado el control de las cuentas bancarias de Venezuela al autoproclamado presidente, quien ha dicho que está intentando recuperar los activos de Venezuela en el extranjero.
Exportaciones de petróleo
La economía de Venezuela depende de forma abrumadora del petróleo. Esta materia prima representa el 95% de las exportaciones del país y el 25% del PIB. Tiene las mayores reservas de petróleo del mundo con un 24,9% del total en 2017, de acuerdo con los datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. En cualquier caso, las exportaciones se derrumbaron a 1.25 millones de barriles por día el año pasado, su nivel más bajo desde 1990, que
era de alrededor de 3 millones de barriles por día durante la presidencia de Chávez (1999-2013).
La hiperinflación y la recesión económica han complicado los problemas existentes de almacenamiento de crudo y han ralentizado las reparaciones y el mantenimiento de las instalaciones. Además, las refinerías, que funcionan a aproximadamente un tercio de su capacidad, también se han visto socavadas por la escasez de trabajadores.
La agencia calificadora Fitch estima que la producción podría disminuir en otro tercio este año.
Más del 40% de las exportaciones de petróleo venezolanas van a EE.UU., con China e India comprando prácticamente un cuarto de la producción cada una según datos de Bloomberg. Venezuela es el tercer mayor proveedor de crudo de EE.UU. tras Canadá y Arabia Saudí.
La elección de bandos
Maduro, exchofer de autobuses y sindicalista de Caracas, tiene el apoyo de China, Irán, Turquía, México y Rusia. Sergei Lavrov, ministro de Exteriores ruso, dijo que su país hará “todo lo posible para apoyar el gobierno legítimo del presidente Maduro”.
China y Rusia son los mayores acreedores de Venezuela. Rusia ha entregado aproximadamente 17.000 millones de dólares americanos en créditos e inversiones a Venezuela y en diciembre firmó otros 6.000 millones dólares para invertir en los sectores del oro y el petróleo.
China prestó a Venezuela alrededor de 62 mil millones de dólares durante la década de 2016, que se pagarán en gran parte en petróleo.
Guaidó, graduado en ingeniería y administración pública, elegido para el parlamento venezolano en 2010, cuenta con el respaldo de EE.UU., Canadá, Reino Unido y gran parte de Sudamérica, incluido el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, Argentina, Colombia, Chile y Perú. La Unión Europea ha pedido “elecciones, libres y creíbles” en el país para resolver la crisis, mientras que España, Francia y Alemania han dicho que apoyarían a Guaidó si no hay
nuevas elecciones en unos días.
Maduro ha dicho que está preparado para hablar con la oposición, en presencia de otros mediadores internacionales. “Si los imperialistas quieren nuevas elecciones, dejémosles esperar hasta 2025” le dijo a la agencia de noticias Rusa RIA Novosti el 3 de enero.
El mismo día, la corte suprema de Venezuela congeló las cuentas bancarias de Guaidó y le prohibió viajar. Esto siguió a la decisión tomada por el fiscal general de Venezuela de abrir una investigación sobre el líder de la oposición.
¿Qué es lo siguiente?
Existe la posibilidad de que, con la continuidad del apoyo del ejército, Maduro pueda mantenerse en el poder. Sin embargo, con las riendas de las finanzas lejos de las manos de Maduro y cada vez más países reconociendo a Guaidó, una transición política debe estar cerca, a no ser que Rusia y China elijan conceder más créditos para apuntalar el régimen existente.
Desafortunadamente, Maduro y sus seguidores tienen poco que ganar si renuncian al poder por medios democráticos. Cualquiera que sea el resultado, la población de Venezuela necesita desesperadamente una solución, y rápida, a su sufrimiento económico.
Stéphane Monier es director de Inversiones de Lombard Odier