Se empiezan a publicar las estadísticas de los primeros efectos del coronavirus Covid 19 sobre la economía mexicana. En marzo, cuando se inició el periodo de confinamiento se perdieron 130.600 puestos de empleos formales y en abril la pérdida fue de otros 555.200, lo cual significa que en esos dos meses la pérdida de empleo fue 2 veces mayor que los que se habían generado durante todo 2019. Al cierre de abril de 2020, hay menos empleo que al inicio del presente sexenio.
Por otra parte, las empresas también están desapareciendo, en abril 6.689 patrones se dieron de baja del IMSS, lo que representa el 28% de los que se habían dado de alta durante 2019. De empresas no registradas en el IMSS, como son pequeños restaurantes, fondas, loncherías, talleres de todo tipo de reparación, peluquerías, etc. no se tienen cifras, pero seguramente también están empleando a menos gente y desapareciendo. Todos los negocios, independientemente de su tamaño, tienen que hacer frente a sus costos fijos, aunque no vendan, y para los más pequeños esos costos fijos, como por ejemplo la renta, les impide subsistir.
El gobierno federal fue muy renuente en su apoyo a las empresas, instauró dos programas de crédito a la palabra, de fácil acceso, por montos de 25.000 pesos. El administrado por el IMSS está dirigido a las empresas formales, pero por el monto resulta insuficiente para convertirse en un apoyo verdadero. Si el dueño del negocio considera que la falta de ventas durará tres meses, apenas le alcanzaría para pagarle durante ese tiempo salario mínimo a 2 personas, pero le faltaría para los demás gastos fijos. Por tal razón, apenas se han colocado alrededor de 192.000 créditos de los 650.000 que se tenían pensado otorgar. El programa administrado por la Secretaría de Economía, está dirigido al mercado informal y hasta mediados de mayo se han colocado 240.000 créditos y esperan lograr la meta de 1 millón de créditos porque lo están haciendo con base en el Censo del Bienestar que ya tenían, aunque su construcción es muy cuestionable.
Algunos gobiernos estatales sí instrumentaron algunas medidas para apoyar a las empresas, entre ellas el diferimiento, descuento y hasta condonación de impuestos locales, como el de nómina. El gobierno de Hidalgo incluso creó un seguro del desempleo que cubre a toda persona que pierda su trabajo y le entrega un salario mínimo por hasta 3 meses. Los bancos dieron un plazo de 3 meses para la suspensión de pagos de deuda sin que ello se considerara incumplimiento de pago. Sin embargo, las empresas de hasta 5 empleados, que representan el 97% del total de empresas no son usuarios de dichos créditos.
Los sectores que han sido más afectados por la pérdida de empleo son el turismo, la construcción y la manufactura. A nivel regional 1 de cada 5 empleos perdidos se registró en la Ciudad de México, y 1 de cada 10 en Nuevo León y Quintana Roo.
La falta de apoyos a las empresas pequeñas y medianas formales va a provocar que la recuperación de la actividad económica tarde más tiempo. Al haber más gente desempleada y menos empresas operando no todo mundo va a poder recuperar un empleo, los salarios y el consumo se deteriorarán. Adicionalmente, cambiarán los patrones de consumo, el sector turístico va a ser el más afectado porque en el corto plazo nadie va a querer viajar. La pérdida de empleo en el año va a ser de 1,2 millones de puestos, equivalente a 4 veces los creados en 2019.
Columna de Francisco Padilla Catalán