Recientemente, en un centro comercial, vi a un niño en la escalera subir por el camino equivocado; es decir, subir por la escalera mecánica que bajaba. Obviamente, se divirtió mucho haciéndolo, pero hizo un mayor esfuerzo en comparación con subirlas de forma correcta; cuando llegó a la cima estaba jadeando. Yo opté por la escalera de subida, que me llevó al mismo objetivo de forma más fácil y con menor esfuerzo.
En el mundo de los bonos, esta imagen supone una gran analogía. Europa, donde hay muy poco carry con rendimientos de menos del 1% en general, es como subir la escalera de bajada: con mucho más esfuerzo, y tal vez un poco de suerte, el inversor de bonos en euros puede alcanzar su objetivo al final. También, algo similar ocurre con el inversor de bonos en francos suizos. Por el contrario, los bonos asiáticos comienzan con un carry decente –promedio de 5,4% para los bonos denominados en dólares y del 2%, a más del 7%, para los bonos en moneda local–; lo que supone una gran ventaja para alcanzar el mismo objetivo final. Puede haber inconvenientes en el camino para lograr carry pero, con este tipo de bono, la cuestión es más parecida a un suave paseo en una escalera mecánica de subida.
Pero no es solo el carry lo que hace que los bonos asiáticos sean atractivos. Históricamente, esta clase de activo ha sido capaz de proporcionar un atractivo retorno al perfil de riesgo frente a otros bonos de mercados emergentes.
Por ejemplo, los bonos corporativos europeos emergentes denominados en dólares arrojaron una tasa de rentabilidad de 0,8 por cada unidad de riesgo en los últimos cinco años (a 31 de marzo de 2018). En otras palabras, su rendimiento aumenta solo en un 0,8% por cada aumento del 1% en el riesgo de volatilidad. Con los bonos asiáticos en dólares durante el mismo período, se ha podido lograr un rendimiento del 1,15% por cada 1% de riesgo asumido.
Con respecto a la composición de la cartera, los inversores están incluso en condiciones de reducir su riesgo general al agregar bonos asiáticos a una cartera de bonos gubernamentales mundiales, y aprovechar los beneficios de diversificación que ofrecen los bonos asiáticos. Hemos modelado una serie de escenarios para las carteras de bonos globales y es evidente que una cartera global de bonos con cierta asignación a bonos asiáticos, históricamente, ha generado una mejora del rendimiento total combinado con una reducción de la volatilidad.
Para los bonos asiáticos en moneda local, la porción óptima de los bonos asiáticos fue del 40% en un período de nueve años (finalizado el 31 de marzo de 2018), mientras que para los bonos asiáticos en dólares en un período de 10 años (finalizado el 31 de marzo de 2018) tomé hasta 70% de exposición para maximizar la oportunidad de retorno / riesgo.
A pesar de una atractiva propuesta de inversión, ¿por qué los inversores europeos continúan evitando invertir en bonos asiáticos? Aunque la crisis financiera asiática que ocurrió hace 20 años todavía puede venir a la mente, la realidad es que Asia ha cambiado mucho desde entonces. En la actualidad, las diez principales economías asiáticas tienen calificaciones de grado de inversión otorgadas por las tres agencias internacionales de calificación crediticia. Esto no es casual, sino el resultado de las mejoras constantes en los fundamentos macroeconómicos de Asia en las últimas dos décadas.
Si bien los déficits de cuenta corriente y los bajos niveles de reservas de divisas afectaron a las economías asiáticas durante el período de la crisis financiera asiática, desde entonces se han acumulado reservas en esta área. Hoy en día, dentro de las diez principales economías asiáticas, las reservas de divisas comprenden alrededor del 48% de las reservas mundiales y siete de estas diez economías tienen superávit por cuenta corriente (a abril de 2018).
Por región, el crecimiento de Asia sigue siendo el más fuerte a nivel mundial, por lo que es un buen lugar para invertir. Para las empresas, las tasas de incumplimiento se mantienen en niveles moderadamente bajos (2%-3% de expectativa para 2018) mientras que los rendimientos han aumentado durante el período del año hasta la fecha, mejorando la compensación por el riesgo asumido.
Para un inversor europeo, una complicación final es claramente la solidez del euro frente al franco suizo, que hace que los costes de cobertura de divisa sean caros. Las carteras de bonos asiáticas suelen estar denominadas en dólares, por lo que los inversores europeos deben asumir el coste de la cobertura de dólares de la relación entre euro y el franco suizo.
Con la reciente mejora en los rendimientos, los bonos asiáticos proporcionan más amortiguación para el coste de cobertura. Y los costes de cobertura no permanecen estáticos con el tiempo, por lo que, dada la atracción a largo plazo de la clase de activos de bonos asiáticos, puede valer la pena echarle un vistazo a esta oportunidad, para potenciales inversiones futuras cuando los costes de cobertura son menos prohibitivos.
En términos del desempeño del año hasta la fecha, los mercados de bonos asiáticos se han corregido en línea con los bonos del Tesoro de Estados Unidos y no descartamos la posibilidad de volver a fijar precios en el corto plazo. Una vez dicho esto, los períodos de corrección como este, por lo general, presentan las mejores oportunidades de compra. Creemos que el segundo trimestre debería de verse lo peor de la corrección y esperamos que la volatilidad del mercado se estabilice, lo que brinda algunas buenas oportunidades de inversión para el futuro.
Como gestores activos, creemos que ahora debería ser el momento de buscar oportunidades en lugar de volverse demasiado reacio al riesgo. Particularmente para los bonos en dólares asiáticos, que ofrece ese carry más alto que buscábamos el año pasado, proporciona más compensación por cualquier posible corrección en el valor principal.
Tribuna de David Tan, jefe de inversiones de Renta Fija Asia-Pacífico de Allianz Global Investors.