El auge de los fondos abiertos de private equity (PE), también conocidos como evergreens, ha permitido a inversores individuales de cierto capital e ingreso acceder a una clase de activo que anteriormente estaba disponible exclusivamente para instituciones o familias de muy alto patrimonio. Aunque la tecnología es relativamente nueva, hasta ahora los resultados no han decepcionado.
La mayoría, si no todos, los fondos de capital privado están estructurados como sociedades de llamadas de capital. Este tipo de estructuras requieren compromisos a muy largo plazo, su vida típica es de 10 a 15 años y sólo están abiertos a compradores calificados (individuos con más de 5 millones de dólares en activos invertibles). Además, normalmente no ofrecen cláusulas de reembolso o liquidez, mientras que las sanciones por retirarse de la sociedad (si es que se contemplan) pueden ser severas.
Para los nuevos inversores de PE, aumentar y alcanzar objetivos de asignación (allocation) con este tipo de vehículos también es complicado y lleva mucho tiempo, ya que un fondo de PE típico llama, en promedio, alrededor del 20% de los compromisos de capital anualmente. Además de la liquidez, el otro gran riesgo que plantean estos vehículos es el bajo rendimiento y/o la mala gestión, lo cual es un factor particularmente preocupante dado los plazos y la iliquidez.
Sin embargo, las sociedades con llamadas de capital son el vehículo preferido para los fondos de PE y hay razones claras que lo explican. Principalmente, a estos fondos les lleva mucho tiempo y recursos encontrar las compañías adecuadas para comprar y meses para negociar y cerrar la adquisición de éstas. Por lo tanto, es mejor para los inversores mantener el efectivo en sus propias cuentas -y potencialmente invertido en otros activos- mientras los gestores encuentran las oportunidades correctas para invertir.
Sin embargo, la industria de capital privado ha crecido y evolucionado desde sus inicios hace unos 50 años. Todavía es una industria joven que actualmente juega un papel muy importante en la economía estadounidense y toca a empresas con flujo de caja positivo de todo género y tamaño, desde una que instala techos en el sur de Florida hasta aquellas con una presencia global valoradas en miles de millones de dólares.
Hoy en día, aunque los fondos de PE emplean universalmente la estructura de llamadas de capital, dos subproductos de la industria primaria de PE han crecido hasta convertirse en sus propios ecosistemas: las coinversiones y el mercado secundario. Las coinversiones proporcionan capital pasivo para completar el dinero necesario para cerrar la adquisición de una empresa. Estas oportunidades existen debido a los límites estrictos en los tamaños de los fondos privados y sus reglas de diversificación. El mercado secundario, por otro lado, proporciona liquidez a los inversionistas o socios limitados (LP’s) de fondos privados. Por ejemplo, un inversor con una cartera de fondos privados ilíquidos podría intentar vender sus participaciones a través de un corredor secundario especializado, generalmente a un descuento con respecto su valor.
La evolución del fondo abierto
Algunos de los primeros fondos abiertos de capital privado experimentaron una fórmula en la que comprometían a sociedades de llamados de capital, manteniendo el efectivo invertido en instrumentos a la vista o certificados de depósito mientras los subyacentes llamaban el capital. Sin embargo, el peso del efectivo sobre estos instrumentos fue significativo, diluyendo los rendimientos que dichas inversiones hubiesen logrado por sí solas.
La evolución y el crecimiento en el volumen del mercado secundario y las oportunidades de coinversión ha permitido a inversionistas institucionales de capital privado tener acceso a un flujo continuo de activos operados por la industria de PE, haciéndolos adecuados para gestionar fondos abiertos que continuamente están recaudando capital y buscan invertirlo lo más rápido posible para no dejarlo en efectivo. Sólo para que los lectores tengan una idea de los tamaños, según Evercore, la industria secundaria ha pasado de comercializar 26 mil millones de dólares al año hace 10 años a una cifra proyectada de 140 mil millones de dólares en 2024.
La creación de fondos abiertos requiere que dichos colocadores institucionales tengan relaciones con docenas, si no cientos, de fondos de PE que puedan ofrecer oportunidades de coinversión y una red sólida de corredores secundarios para encontrar oportunidades a los mejores descuentos posibles. Sólo un número limitado de estos colocadores ha creado la red de proveedores necesaria para acceder a un flujo continuo y estable de activos de alta calidad sin correr el riesgo de tener que mantener el capital en efectivo por mucho tiempo o verse obligados a optar por activos de menor calidad debido a la falta de variedad.
La fórmula también la están empleando algunos de los mayores fondos primarios de capital privado en el mundo. Hoy en día, estas empresas han desarrollado múltiples estrategias que cubren diferentes regiones (América del Norte, Asia, Europa, Crecimiento, etc.) y sectores (Salud, SAAS, etc.) permitiéndoles cerrar múltiples transacciones al año en las que sus propios fondos perpetuos pueden participar de manera eficiente. Estas iniciativas aún se encuentran en sus etapa inicial pero hasta ahora han tenido éxito en recaudar grandes cantidades de capital, particularmente del canal de RIAs estadounidenses.
¿El canal retail significa menor rendimiento o calidad?
La industria del private equity y los inversionistas institucionales que están creando dichos fondos perpetuos parecen haber finalmente dado con la fórmula adecuada. Esto se debe gracias a la evolución del mercado secundario, el mayor flujo de coinversiones y la diversificación de estrategias dentro de las empresas de PE más grandes. La tecnología llegó para quedarse y veremos una implementación más amplia.
Los inversores sin exposición a PE ahora pueden acceder, a través de un solo fondo, a portafolios muy diversificados compuestos por activos de alta calidad, mientras que, en el pasado, los inversores habrían tenido que comprometerse a utilizar vehículos cerrados con llamadas de capital, corriendo el riesgo de haber seleccionado un fondo con mal desempeño y sin vías de rescate. Además, los inversores en fondos abiertos ven su capital invertido de manera inmediata y se benefician desde el primer día del desempeño de sus activos subyacentes.
Esto no quiere decir que los inversores grandes y sofisticados deban evitar por completo las sociedades con llamados de capital, especialmente si se les da la oportunidad de invertir en un gran gestor con un historial que demuestra resultados superiores. El venture capital (VC) que también está explorando cómo acceder a la industria de gestión patrimonial, está muy por detrás del conglomerado de PE en la creación de fondos abiertos.
Los inversores que deseen iniciar una asignación a VC se limitarían en su mayoría a acceder a vehículos con llamados de capital. Dicho esto, combinar los dos tipos de fondos puede ser una buena opción para inversores calificados y una excelente manera de lograr asignaciones de activos privados que potencialmente generen rendimientos desde el primer día.
Siempre es importante que los representantes financieros y los inversores lean y comprendan adecuadamente los materiales de oferta, los términos y condiciones de cualquier fondo. Los fondos de capital privado de capital variable están sujetos a riesgos, incluida la volatilidad de su NAV y la iliquidez, ya que los activos subyacentes en los que invierten suelen ser ilíquidos.