Las autoridades chinas están instando a sus empresas estatales a aumentar los dividendos. En concreto un cuerpo especial, la Comisión de Administración y Supervisión de Activos del Estado, que informa directamente a los más altos cargo del gobierno, presiona argumentando que las empresas estatales deben mejorar la rentabilidad del inversor.
Si tienen éxito, se puede aumentar la rentabilidad sobre recursos propios de estas empresas, lo que es particularmente importante para que las compañías chinas desempeñen un papel cada vez mayor en el mercado mundial de capitales.
Según nuestras estimaciones un aumento en la tasa de pago de dividendo de las acciones A de Shanghái del 5% puede impulsar la rentabilidad sobre recursos propios en 1%. En concreto, para 2024, la rentabilidad sobre recursos propios puede ser de alrededor de 13,7%.
De hecho cualquier reforma que mejore la rentabilidad sobre recursos propios puede sentar las bases para un significativo buen comportamiento de las acciones chinas. Estas empresas son ya una propuesta atractiva–larentabilidad sobre recursos propios promedio de las acciones A de empresas estatales de mayor capitalización está en línea o por encima del mundo desarrollado y otros emergentes-.
Además llega en un momento en que el peso en las carteras de las acciones chinas aumenta. Así, la ponderación de acciones A en el índice MSCI de mercados emergentes probablemente aumente desde 2,5% actual al 5% en 2019 y 20% para 2022.
Esto puede ser una bendición para los inversores minoritarios, pues en las empresas estatales, aunque de dirección gubernamental, el 50% del capital es propiedad de privados y representan 80% de la capitalización total del mercado de acciones A.
Este aumento del dividendo puede tener dos consecuencias positivas. En primer lugar puede reducir la cantidad de dinero improductivo en balances.Además puede limitar la inclinación a realizar inversiones de pobres perspectivas. Los ejemplos de mala asignación son muchos.De hecho el exceso de capacidad industrial se concentra en empresas estatales –del 15 a 35%, dependiendo del sector– y es un problema crónico en China.
En 2000 China sumaba 15% del suministro de acero del mundo y en 2016 producía 810 millones toneladas, casi tanto como todo el resto del mundo combinado. En los últimos años, China ha representado 60% de la producción del cemento mundial y 37% del cobre. Dado que las empresas estatales de China generan un tercio de su producción nacional una mala asignación de recursos representa un importante lastre para su economía. En efecto, la acumulación de este exceso de capacidad tiene coste en otros sectores de la economía, estimado en 4% del PIB al año según el Fondo Monetario Internacional.
Pero, ¿pueden las empresas chinas justificar un mayor dividendo cuando se han cargado de grandes cantidades de deuda? El hecho es que las empresas de propiedad estatal tienden a contar con considerables saldos de efectivo. Es más el gobierno chino suma efectivo por valor de 30% de su PIB.
Tribuna de Gita Ramakrishnan, gestora senior de Pictet AM.