Wall Street ha entrado en el bull market más largo de la historia después de atravesar un periodo de nueve años, cinco meses y 13 días sin una corrección de más de un 20%. Nadie lo esperaba cuando el 9 de marzo de 2009 el S&P 500 tocaba el mínimo de 666 puntos. Pero casi una década después, el selectivo estadounidense ha subido más de un 320% alentado por las políticas expansivas de la Reserva Federal, por la recuperación económica y por el impulso de algunos sectores como el de las grandes tecnológicas.
A pesar de que el entorno macroeconómico sigue siendo favorable, nueve años y medio es mucho tiempo y algunos inversores comienzan a temer la llegada de la próxima recesión. No ayudan las crisis generadas desde el lado político por parte del presidente estadounidense Donald Trump y sus cruzadas contra el libre comercio, entre otras.
Pero aunque parezca contradictorio, nosotros como inversores damos la bienvenida a titulares sobre la guerra comercial o la subida de los tipos de interés. Finalmente estos factores están favoreciendo un ambiente de inversión más volátil y eso puede permitir a los stock pickers como nosotros no sólo encontrar nuevas ideas de inversión, sino también demostrar las virtudes de tener una cartera compuesta por negocios de alta calidad que puedan defenderse bien en mercados bajistas.
Aunque la guerra comercial puede ser un riesgo real para los márgenes y los múltiplos de una gran parte del mercado, no creemos que las compañías que poseemos estén en riesgo de resultar materialmente impactadas por este problema macroeconómico.
Nosotros tendemos a no tener empresas como Caterpillar o Boeing en cartera, ya que son grandes exportadores. Tampoco grandes compañías automovilísticas estadounidenses. Sin embargo, la guerra comercial introduce en el mercado un elemento de riesgo que no habíamos visto en mucho tiempo. Además, aunque algunos de nuestros bancos se han debilitado por el aplanamiento de la curva de tipos, la gran mayor parte de las acciones en cartera han empleado el apalancamiento de una forma muy conservadora. Esta es la razón por la que no estamos muy preocupados ante problemas macroeconómicos o una subida de los tipos de interés.
Por eso, aunque creemos que hay factores hoy que pueden hacer que el mercado se convierta en un lugar más volátil y con más riesgo del que hemos experimentado en los últimos años, pensamos que nuestra cartera está muy bien construida con compañías de gran calidad que pueden afrontar este aumento de la volatilidad.
Como stock pickers analizamos una a una las empresas que incluimos en nuestra cartera. En los últimos seis meses hemos reducido el peso de compañías de tecnología de la información al recortar posiciones en Alphabet, Visa y Mastercard. La razón es que cotizaban con valoraciones mucho más altas con respecto a hace un año o dos.
La parte asignada a consumo de bienes de consumo básicos (staples) ha sido la más amplia del fondo en los últimos años y aun representa un 20% del total, aunque el consumo discrecional ha ocupado el primer puesto y ahora pesa un 25%. En nuestro fondo tenemos nombres como Nike, Starbucks y TJX.
Pensamos que conforme aumente la incertidumbre económica por las subidas de tipos y los efectos de la guerra comercial, las compañías con unos fundamentales más débiles comenzarán a encontrarse con problemas.
Matthew Benkendorf es CIO de Quality Growth, boutique de Vontobel AM.