Los bancos centrales tuvieron el coraje de actuar en medio de la crisis financiera mundial y le damos las gracias por su audacia. Hoy en día, se ha puesto en duda el objetivo de perseguir la inflación a toda costa. Los precios de mercado reaccionan más un anuncio de un banco central, a sus promesas y medidas que a la evolución del ciclo económico. Algo que denota cierta desconexión a nivel general.
Además de esto, la falta de cooperación entre los bancos centrales también ha resultado ser perjudicial. Dado que, a estas alturas, casi todos tienen un mandato de vigilancia de la inflación, la cooperación podría dar mejores resultados. De acuerdo con el cálculo del FMI, la inflación mundial se situó en el 2,3% en septiembre (0,0% en las economías avanzadas), la cifra más baja (a excepción de un par de meses en 2009) desde el inicio de la serie en 1969. No hace mucho, los principales bancos centrales coordinaban sus medidas con el fin de maximizar el alcance de sus decisiones. En 2008, seis bancos centrales (la Fed, el BCE, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco Nacional Suizo y el Banco de Suecia) recortaron los tipos de interés. En 2011, otros seis de ellos (la Fed, BCE, BOC, BOE, SNB y el Banco de Japón) proporcionaron préstamos de emergencia en dólares a los bancos.
¿Por qué los bancos centrales no cooperan de nuevo con el fin de luchar juntos contra la deflación tal y como requieren sus mandatos? La unión de todos conformaría un lema potente. Imagine que los principales bancos centrales establecen el mismo tipo de interés negativo y lanzan una flexibilización cuantitativa global, similar en tamaño en función de sus respectivos PIB. El efecto sería máximo y eliminaría las asimetrías en las políticas monetarias que son la base de la guerra de divisas que empobrecen al vecino.
En este contexto, una subida de los tipos de interés de la Reserva Federal en diciembre sería muy instructivo, ya que significaría que la economía de Estados Unidos está por encima de la refriega y que la Fed, es independiente, aunque no cooperativa. Por contra, si al final el organismo que preside Janet Yellen decide no endurecer la política monetaria, sabremos que no es cooperativo, pero que no es independiente tampoco, ya que habría optado por no navegar en soledad contra la oleada de relajación que se está produciendo en muchos países.
El coste que tiene la deflación a nivel mundial plantea una cuestión fundamental: si la deflación no está relacionada con la depresión o incluso con la recesión, ¿por qué se debe evitar a cualquier precio?
Los tipos de interés demasiado bajos y la abundante liquidez conducen a una mala asignación de capital. Se adopta demasiado riesgo porque éste queda subestimado y la búsqueda de rentabilidad se convierte en una obsesión haciendo frágil las bases del edificio financiero. Si la fuente de la deflación se debe sobre todo a un desajuste entre la oferta y la demanda mundial de materias primas y de productos manufacturados, un exceso de oferta mundial de mano de obra y la revolución tecnológica que mejora nuestras vidas, la política monetaria está pobremente armada para combatir la deflación y, es potencialmente peligrosa.
Aunque la respuesta coordinada contra los bajos niveles de inflaciónes una posibilidad, la ampliación del QE europeo y una posible reducción adicional de los tipos de interés hacia territorio negativo suenan más como una certeza. El 3 de diciembre vamos a experimentar otro día D. Mientras esperamos, desde el punto de vista de inversión, seguimos siendo cautos.
La credibilidad de los bancos centrales se mide no sólo por su capacidad para cumplir con su mandato, sino también por su capacidad para convencer a los inversores, consumidores y exportadores de que tienen todo bajo control. Como ejemplo, el 15 de enero de 2015, sin embargo, el superfiable Banco Nacional de Suiza perdió su legendario control sobre su régimen monetario, lo que dificultará en el futuro su capacidad para dirigir su política monetaria.
Yves Longchamp es responsable de análisis macroeconómico de ETHENEA Independent Investors (Schweiz) AG desde finales de 2013. Capital Strategies es distribuidor de Ethenea en España y Portugal.