El 12 de agosto el Congreso y el Senado de Estados Unidos aprobaron un proyecto de ley de 467.000 millones de dólares que regulará el cambio climático, los servicios sanitarios, la oferta de medicamentos bajo prescripción legal y las políticas fiscales. Un punto a destacar es que 370.000 millones se dedicarán exclusivamente a la seguridad de la energía y el cambio climático.
Estados Unidos, que es el mayor emisor de gases con efecto invernadero, ahora tiene como objetivo una reducción del 40% en las emisiones para 2030 en comparación con los niveles de 2005, lo que ayudará a acercar a Estados Unidos a su objetivo de rebajar las emisiones un 50-52% bajo el Acuerdo de París.
Impacto del proyecto de ley sobre la industria automovilística
Aunque el proyecto de ley pone a muchas industrias en el punto de mira, para los propósitos de este artículo nos centraremos en el sector del transporte, al ser uno de los mayores contribuidores a las emisiones de CO2 y al suponer aproximadamente el 8% del mercado global de high yield. El proyecto de ley utiliza un acercamiento del palo y la zanahoria en lo que se refiere a ayudar a conseguir que sea más fácil y atractivo comprar vehículos “limpios”.
- Se han fijado en 7.500 dólares las exenciones fiscales para adquisiciones de vehículos “limpios”. El crédito fiscal abarca tanto vehículos eléctricos como de hidrógeno. Es aplicable solo a familias con un ingreso máximo de 150.000 dólares al año.
- Una exención fiscal de 4.000 dólares para utilizar vehículos “limpios” con un precio inferior a 25.000 dólares. Se aplica a familias con un ingreso máximo de 75.000 dólares al año.
- Se ha dotado un fondo de 1.000 millones de dólares para proporcionar autobuses, camiones de carga elevada, autobuses de transporte público y otros vehículos comerciales con cero emisiones.
- La multa por emitir metano por encima del límite federal se ha incrementado desde los 900 dólares por tonelada métrica a 1.500 dólares.
No nos cabe duda de que estos incentivos acelerarán la rápida transición que está en marcha en la industria automovilística hacia vehículos limpios. La cuota de mercado de vehículos “limpios” se mantiene marcadamente baja en EE.UU. En el segundo trimestre de 2022, los vehículos totalmente eléctricos solo supusieron un 5,6% de las ventas de vehículos nuevos en EE.UU. Si se combina con vehículos híbridos e híbridos enchufables, tan solo suponen un 12,6% de las ventas de coches nuevos.
En nuestra opinión, esta ley climática es de vital importancia dados los desafíos macroeconómicos actuales. La industria del automóvil aún no se ha recuperado del todo de la escasez de semiconductores causada por la pandemia; la cadena de suministro impactó a las entregas; y los tipos de interés al alza y la presión sobre la renta disponible empiezan a pesar sobre la demanda.
Posicionados para un futuro más limpio
Dado todo lo anterior, creemos que será crucial estar invertidos en aquellas compañías que pensamos que están alineadas con la transición hacia un futuro más limpio, y la reforma introduce fuertes incentivos económicos que creemos que acelerarán estos cambios. Los resultados estarán divididos, siendo ganadores probables aquellos que están realizando los cambios correctos, mientras que aquellos que no los hagan o no puedan hacer la transición probablemente sean los perdedores.
Como ejemplo, Ford ya ha comprometido cerca de 50.000 millones de dólares en inversiones globales en vehículos eléctricos, incluyendo la producción de baterías. Creemos que esto significa que estarán bien posicionados para las nuevas exenciones fiscales y que el incremento de las multas incrementará la demanda de vehículos limpios en relación con los vehículos de motor de combustión.