En un entorno de rendimientos volátiles de los bonos del Estado, creemos que es importante no caer en las trampas habituales. Empezamos por parafrasear a George Orwell, “toda la duración es igual, pero algunas duraciones son más iguales que otras”. Los inversores tienen la percepción errónea de que la duración es igual en todos los casos. Un dato que lo demuestra es que el fondo New Capital Wealthy Nations Bond Fund tiene una duración un poco superior a la de los 7 años del Tesoro estadounidense. Desde principios de julio del 2020, la tasa del Tesoro estadounidense ha subido casi 90 puntos básicos, mientras que el New Capital Wealthy Nations Bond Fund ha generado más de un 5,5% más de rentabilidad a pesar de tener una duración larga en ese mismo periodo.
La segunda trampa común es que los inversores extrapolan las tendencias con demasiada facilidad. Es importante recordar que los rendimientos son una función del riesgo central en torno a la trayectoria futura de los tipos de interés, pero los precios de los bonos son una función del riesgo del crédito y de los tipos de interés. A veces los tipos de interés al alza coinciden con un mayor apetito por el riesgo crediticio, lo cual puede ser beneficioso para ciertos bonos corporativos.
“El error de la duración única”
Empezando por el primer error, la duración general no refleja la correlación con los rendimientos de los bonos del Tesoro de los EEUU. Para muchos de los bonos, una perspectiva económica positiva puede impulsar una percepción de menor riesgo crediticio. Esto significa que incluso cuando los rendimientos del Tesoro suben, los rendimientos de los bonos de los emisores que requieren alguna prima de riesgo adicional no suben tan rápido, mientras que los ingresos obtenidos son también más sustanciales. Desde el punto de vista de la rentabilidad, los ingresos y la disminución de la prima de riesgo crediticio proporcionan un colchón de rentabilidad frente a las variaciones de precios causadas por los movimientos de los bonos del Estado sin riesgo crediticio.
El New Capital Wealthy Nations Bond Fund tiene la ventaja de contar con ingresos de cupones más altos y la amortiguación de los diferenciales. En primer lugar, el fondo pretende identificar bonos con rendimientos atractivos que proporcionen una mayor rentabilidad, compensando la volatilidad de los precios. Nuestro fondo generó unos ingresos de 30 puntos básicos en febrero, que se anualizan a una tasa del 3,6%. Esta cifra es bastante más alta que la de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 7 años, que sólo genera 10 puntos básicos al mes o el 1,2% anual. Por lo tanto, a pesar de tener la misma duración, durante el curso de un año, 50 puntos básicos dan lugar a resultados de rentabilidad muy diferentes.
En segundo lugar, el modelo de valor relativo tiene como objetivo identificar los bonos que ofrecen mayores spreads para su calificación, lo cual también implica que a medida que el entorno económico mejora, la prima de riesgo también disminuye de forma sistemática potencialmente generando mayor apreciación del capital. El proceso de selección de alta convicción significa que el fondo disfruta de un repunte de 90 puntos porcentuales sobre los bonos equivalentes con grado de inversión y de un repunte de unos 20 puntos porcentuales sobre los índices de grado de inversión de los mercados emergentes con vencimiento más largo. Por lo tanto, aunque los rendimientos de los bonos del Tesoro aumenten, la naturaleza de los bonos que posee el fondo significa que hay un mayor colchón en el fondo para que los diferenciales se contraigan contra el aumento. De hecho, este colchón es incluso mayor que el de la deuda con grado de inversión de los mercados emergentes, lo cual contribuye a que el impacto sea más limitado.
En conjunto, estos efectos sobre los ingresos y los spreads hacen que, generalmente, el fondo presente una correlación con los rendimientos y la duración de los bonos del Tesoro muy inferior a la que esperarían aquellos inversores que se limitasen a utilizar la duración como medida de sensibilidad. Históricamente, el fondo ha mostrado sólo un 50-60% de los movimientos a corto plazo y una correlación menor a medio plazo. Por lo tanto, para aquellos inversores que puedan contemplar más allá de la duración general basado en solo sensibilidades a tasas, la ventaja del New Capital Wealthy Nations Bond Fund en el universo de grado de inversión es su capacidad para amortiguar la volatilidad y generar estructuralmente mayores ingresos. Por eso creemos que este equilibrio entre el riesgo crediticio que genera ingresos y la amortiguación de los spreads y la calidad produce rendimientos superiores ajustados al riesgo para las asignaciones de renta fija.
Las olas se forman y se rompen, no hay que extrapolarlas
La otra dimensión para tener en cuenta en el entorno actual es la de no extrapolar las tendencias actuales. Las subidas de las tasas de interés en EE. UU. no se perpetuarán. Lo que no se tuvo en cuenta en el mercado en diciembre fue una normalización de la política de tipos de interés. A finales del 2020, los tipos de interés de los bonos del Tesoro de EE. UU. previstos para un plazo a 5 años vista se situaban ligeramente por debajo del 1,4%, sin embargo, actualmente se sitúan en el 2,32%. El mensaje esencial de la curva de rendimiento es que a) la recuperación ya está descontada y b) el mercado espera que la Reserva Federal alcance sus objetivos de inflación y empleo.
La memoria es corta y muchos recordarán la inquietud en 2018. Los mercados ya se han desplazado a niveles más acordes a largo plazo con el pico del último ciclo de ese año. Desde una perspectiva fundamental, los 100 puntos básicos de movimiento de bonos EE. UU. a 10 años parecen implicar rendimientos más coherentes con la política de tipos de interés de la década anterior a la crisis Covid-19. Cuando la Fed alcanzó el 2,5% en sus tipos de interés básicos en 2018, el principal temor era que la política fuese demasiado estricta para una economía que se beneficiaba de las exenciones fiscales y del pleno empleo. Desde esta perspectiva, una repetición del movimiento de los últimos 2 meses de 50 puntos básicos en los bonos del Tesoro de EE. UU. a 10 años, sin movimiento en los tipos de los fondos de la Fed, probablemente prevea niveles de política poco realistas en el futuro. En este momento, el desempleo es demasiado alto, la capacidad está demasiado infrautilizada y, aunque hay algunos efectos básicos de la caída de los precios en 2020 que afectan a las tasas de inflación anuales, el crecimiento de los precios a largo plazo sigue siendo débil a lo sumo.
Esto no significa que los rendimientos no puedan o no vayan a subir. Los factores técnicos, tales como por ejemplo la volatilidad generadora de una huelga de compradores, la cobertura de las hipotecas y los adeptos a la tendencia y al impulso, pueden hacer que los rendimientos suban temporalmente. Sin embargo, desde un punto de vista fundamental, cuanto más se empine la curva, más altos serán los rendimientos implícitos y mayor será la desviación de las medias a largo plazo, lo cual hará que los bonos del Tesoro sean más atractivos para los grandes compradores, tales como los gestores de reservas, los fondos de pensiones y las compañías de seguros. Creemos que los tipos implícitos a plazo fueron un buen indicador de la excesiva tendencia bajista del mercado en 2013, y de nuevo podrían proporcionar un buen marcador de cuándo ampliar la duración total en 2021/22.
Apuesta por la calidad…
Nuestra opinión es que los tipos implícitos a plazo están anticipando una normalización de la política estadounidense y, de hecho, el estímulo fiscal puede seguir desviando gradualmente a la economía de una política monetaria excesivamente flexible. Sin embargo, el aumento de las tasas en EE. UU. suele repercutir en las economías más endeudadas. Las economías que dependen del capital y están excesivamente apalancadas serán las más vulnerables. El apalancamiento se ha disparado como consecuencia de la crisis (tanto en el sector público como en el empresarial). La consecuencia de la normalización de las condiciones financieras en 2011/2 en Europa y en 2013/4 en los mercados emergentes fue que los países con mayor dependencia de los prestamistas extranjeros sufrieron una volatilidad económica más grave, un espacio fiscal más limitado y un crecimiento más débil que repercutió en sus perfiles crediticios. En nuestra opinión, este es el tipo de entorno al que podríamos estar dirigiéndonos, incluso con aumentos modestos de los rendimientos.
El proceso de inversión de New Capital Wealthy Nations Bond Fund de enfocarse a economías con por lo menos 50% de su PIB en ahorros líquidos en el exterior y excluir a las economías más vulnerables ayuda a mitigar riesgo de países, crisis externas, y defaults (puede encontrar más información sobre este modelo en este artículo). Esto es indicativo de la rentabilidad a largo plazo, ya que a medida que se endurecen las condiciones financieras, el fondo invierte en economías con la capacidad de resistir la presión sobre su perfil crediticio y evitar una revalorización negativa. Esto ha quedado patente en el último año, ya que la calidad fundamental amortiguó las caídas, mientras que el proceso de inversión del fondo ayudó a generar ingresos superiores en esas economías resistentes y a aumentar la rentabilidad. A largo plazo, esto se ha traducido en rendimientos superiores ajustados al riesgo, tanto en entornos de rendimientos crecientes como decrecientes.