Las perspectivas a corto plazo para la economía española están mejorando. Gracias al mayor ritmo de vacunación, al aumento de las temperaturas, que resultan menos favorables para la expansión del virus, y al levantamiento gradual de las restricciones relacionadas con el virus desde principios de mayo, parece que la economía se recuperará con fuerza en la segunda mitad del año.
Aún falta mucho para que el Banco Central Europeo (BCE) cambie su postura de política monetaria expansiva y a la institución no parece preocuparle por el momento el reciente aumento de las presiones inflacionarias.
La economía española tardará en regresar a los niveles de actividad previos a la pandemia y puede que nunca recupere el nivel de tendencia previo a la crisis. Sin embargo, gracias al fondo de recuperación europeo, hay razones para ser optimistas con respecto a las perspectivas de la economía española a largo plazo. Europa tiene una oportunidad única para fomentar el crecimiento de toda la región, y de España en particular, al tiempo que promueve una mayor convergencia económica.
No cabe duda de que siguen existiendo retos. Aunque la disminución de los contagios en España y en Europa y la posibilidad de que los turistas que cumplan ciertos requisitos (por ejemplo, que estén vacunados) puedan viajar a los países de la UE mejoran las probabilidades de que la temporada turística sea más normal este verano, la situación sigue siendo incierta y podría cambiar rápidamente.
El virus podría resurgir o mutar y las vacunas podrían resultar menos eficaces de lo que pensamos. Como demuestra el reciente repunte de casos de COVID-19 en Reino Unido, levantar las restricciones cuando la población solo está inmunizada parcialmente puede suponer un riesgo. Por otro lado, la inflación podría repuntar antes o más intensamente de lo esperado y el BCE podría actuar de forma preventiva, sorprendiendo a los mercados y frenando la recuperación de forma prematura.
Aunque son riesgos serios que tendremos que seguir de cerca, cada uno de forma individual sigue siendo menos probable que el escenario más probable que hemos descrito.
Tribuna de Sebastian Vismara, director de estrategia de inversión en BNY Mellon Investment Management