Una vez pasado abril, podemos ponerle un sello de “recuperación excepcional” al mes: EE.UU. experimentó la recuperación de rendimiento más visible; una respuesta escalada de la Fed a través de programas de financiación de apoyo respaldó la caída del mercado en todos los sectores; y una reacción fiscal de casi 3 billones de dólares nos preparó para una rápida recuperación del crecimiento. El frágil respaldo de los mercados de la Unión Europea contrasta bastante en comparación.
Esto se refleja en los índices: el JP Morgan EMU Government Bond index, que representa nuestros activos seguros de la UE, ha obtenido en lo que va de año un rendimiento negativo del 0,46%. Mientras, el Bloomberg Barclays US Treasury Total Return Unhedged USD ha registrado un 9,21% en el mismo periodo. Esta diferencia, de alrededor del 10%, ha tenido un enorme impacto en los retornos de las carteras equilibradas bien diversificadas.
Esto significa que un inversor estadounidense puede confiar en los bonos del Tesoro como un verdadero activo seguro, lo que amortigua el impacto de los rendimientos negativos de su asignación a crédito y acciones. Un inversor de la UE carece de ese activo seguro. Peor aún, su percepción sobre los méritos de diversificación de los bonos gubernamentales UEM es cada vez más pesimista. Alrededor del 40% del índice de JPM tiene una calificación BBB. Cuanto más tiempo tarde la Unión Económica y Monetaria en crear un activo seguro de la UE, mayor será la probabilidad de que el sector de bonos gubernamentales UEM se quede huérfano.
Por otro lado, el Consejo Europeo aprobó hace unos días el paquete de 540.000 millones de euros del Eurogrupo y decidió, sabiamente, permitir a la Comisión Europea que trabaje de cara a la creación de un plan de reconstrucción. La próxima parada es el 6 de mayo. Afortunadamente, hemos notado menos resistencia por parte de los Países Bajos y Alemania. Además, se espera que el BCE aumente su Programa de Compras de Emergencia por Pandemia (PEPP) de 750.000 millones de euros a 1 billón. Los participantes del mercado han acogido con satisfacción la inclusión de ángeles caídos en el marco de garantía del BCE, siempre y cuando el emisor haya obtenido el grado de inversión antes del 7 de abril. Tal decisión reduce parcialmente el impacto de las evaluaciones de las agencias de calificación.
Eso nos lleva al concepto de posicionamiento en masa (“crowded positioning”), que se produce cuando los inversores acuden en tropel a una idea de inversión racional, que está respaldada por evidencias cualitativas o cuantitativas. Esto puede ocurrir a nivel de sector, país o empresa. La presencia de dinero especulativo hace que esa inversión se vuelva amarga, por eso el tamaño correcto y la diversificación son las únicas respuestas.
Los momentos de máximo sufrimiento suelen ser los niveles de entrada adecuados, es decir, cuando el carry y la volatilidad (alta) se compensan en las valoraciones. Somos cautelosamente constructivos en ese sentido en high yield en euros y deuda pública en moneda local de los mercados emergentes (EM). Aun así, no subestimamos la continua presión de venta en ambos sectores por parte de los inversores turísticos que compraron estos activos en busca de un rendimiento atractivo y actualmente están tratando de cronometrar su salida.
Mientras, la demanda de bonos corporativos investment grade en euros es creciente. La semana pasada hubo compras masivas a lo largo de las curvas de crédito, incluyendo vencimientos de 15 a 30 años. Esperamos una mayor emisión a partir de mayo, a medida que avance la temporada de resultados. El crédito IG de EE.UU. vio reducida su tracción positiva, ya que el impacto de los programas de financiación corporativa de la Fed no se convirtió en un comportamiento avanzado. Repetimos que el PEPP del BCE es significativamente más potente, ya que es directo y de alto impacto para las condiciones de financiación a largo plazo.
En términos generales, podríamos esperar una demanda alta y continua de crédito con grado de inversión en euros (de calidad) de 2 a 7 años, ya que los inversores todavía buscan fijar los niveles de rendimiento entre el 0,5% y el 1,50%. Una vez más, está bastante claro que todos los bancos centrales de mercados desarrollados han adoptado políticas de tipos de interés cero o negativos para, por lo menos, los próximos 2 a 3 años.
Desde DPAM, nuestra conclusión es que la comunidad inversora ha confirmado y mejorado el status del sector de bonos corporativos investment grade. Esperamos que más compañías encuentren su camino en los mercados de capital de deuda europeos. Los bonos IG europeos tienen un perfil de rendimiento esperado atractivo y una gran resistencia en períodos de tensión. Los bonos gubernamentales UEM podrían convertirse en la segunda mejor opción si el liderazgo político decepciona.
Hay mucha información disponible para los participantes del mercado. Las cambiantes reacciones de los bancos centrales y los estudios de escenarios complejos, que tratan de determinar el tamaño y la duración de la trayectoria de recuperación, hacen que sea difícil invertir. Actualmente estamos navegando a través de una espesa niebla. Una gestión de cartera basada en la experiencia combinada con una sólida gestión de riesgos nos ayudará a salir adelante.
Tribuna de Peter De Coensel, CIO de renta fija en Degroof Petercam Asset Management (DPAM)