Durante años, las acciones tecnológicas no han hecho otra cosa que subir. En muchos valores, esta evolución estaba justificada y sostenida por unos buenos resultados empresariales. Compañías como Google, Facebook y Apple se encuentran entre las grandes estrellas, ya que han sido capaces de desarrollar mercados enteros desde cero y dejar obsoletos los modelos de negocio anteriores. Tras años de buen comportamiento en bolsa y sólidos resultados, muchos inversores están preguntándose qué va a ocurrir ahora. ¿Los denominados valores de crecimiento van a seguir figurando entre los ganadores durante los próximos años?
No hay duda de que el desarrollo tecnológico seguirá avanzando y que los modelos de negocio tradicionales se verán reemplazados por otros más novedosos. Del mismo modo, muchos inversores sueñan con tener una de estas joyas en su cartera. Sin embargo, al principio estas empresas no pasan por ser oportunidades reales, y eso dificulta las cosas. Siempre lleva tiempo que los actores del mercado reconozcan el potencial que encierra una empresa, pero incluso entonces, generalmente no es demasiado tarde para entrar en estos valores. Sin embargo, la pregunta en estos momentos es qué deberían hacer los inversores que se han beneficiado del auge de la tecnología durante años. ¿Ha llegado la hora de vender valores tecnológicos? ¿Deberíamos abandonar la fiesta cuando mejor están las cosas?
Desde la perspectiva de un gestor de fondos, la respuesta a esta pregunta podría ser afirmativa, pero, como siempre, hay trampa.
Una acción vale hoy tanto como los flujos de efectivo futuros previstos de esa acción. Naturalmente, todos los inversores y gestores de fondos tienen la vista puesta en los tipos de interés, ya que cualquier subida de estos y, por consiguiente, de las tasas de descuento repercute en el valor de una acción, especialmente en las de crecimiento, cuyos beneficios residen en un futuro lejano. Los inversores responden con especial nerviosismo cuando se trata de estos valores, y con razón. Por encima de todo, los inversores deben hacerse una pregunta: ¿Estoy dispuesto a pagar hoy un precio elevado por lo que supuestamente será un mayor crecimiento futuro? Después de todo, cuanto más alto sea el precio que se pague hoy, menor será la rentabilidad futura del inversor. Es bueno que en el equipo del fondo DNB Technology existan expertos con más de 20 años de experiencia que pueden responder a esta pregunta en nombre del inversor.
Actualmente, estamos asistiendo a un ascenso de los tipos de interés a largo plazo que también está asociado a una subida de las tasas de inflación previstas por los actores del mercado. En este escenario, los valores de crecimiento tendrán dificultades. Los inversores prefieren poner la vista en el corto plazo y buscar empresas con modelos de negocio rentables y flujos de efectivo estables.
Actualmente existen algunos valores interesantes en el sector de la tecnología y las telecomunicaciones: las acciones de Micron o Western Digital, por ejemplo, cotizan con un PER ligeramente superior a 10 veces. Las dos empresas desempeñan un papel fundamental en la satisfacción de la fuerte demanda mundial de información y se benefician del desarrollo de los centros de datos para la nube en todo el mundo, al igual que otros conocidos grupos en áreas como el software o Internet; por ejemplo, Alphabet, Amazon o Microsoft, para los que se pagan unos precios totalmente diferentes.
Por tanto, las acciones de Samsung, Micron o Western Digital podrían calificarse como acciones tecnológicas de perfil value. Asimismo, estas empresas pueden clasificarse sin lugar a duda como acciones de crecimiento y value. Encontramos más acciones infravaloradas en algunas empresas europeas de telecomunicaciones. La pandemia de coronavirus ha demostrado lo importante que serán en el futuro las redes estables y eficientes. Por lo tanto, a los inversores debería salirle a cuenta no seguir ciegamente la rotación sectorial en el entorno de mercado actual, sino estar atento a las acciones tecnológicas infravaloradas. Actualmente, estas pueden encontrarse principalmente en Europa y en el área de los proveedores de servicios de telecomunicaciones, así como en el sector del hardware y los equipos tecnológicos, que constituyen las principales posiciones del DNB Fund Technology. Para los expertos en tecnología de DNB, la consigna actual es pensar primero en el valor intrínseco.
Tribuna de Mikko Ripatti, gestor sénior de carteras de clientes en DNB Asset Management.