Los mercados financieros detestan la incertidumbre y en estos momentos nos adentramos en un territorio inexplorado en el que encontramos muchas más preguntas que respuestas. Los activos que son considerados más seguros en tiempos de tensiones, como el oro y algunos títulos de deuda pública, están registrando ventas, lo que podría ser un indicio de ventas forzosas. Entonces, ¿qué va a ocurrir ahora?
Estos días cuesta encontrar buenas predicciones, pero la historia nos ofrece al menos un marco de referencia. Goldman Sachs ha realizado un análisis exhaustivo de los anteriores mercados bajistas en el S&P 500. La entidad ha llegado a la conclusión de que estos se dividen en tres categorías:
– Mercados bajistas estructurales: causados normalmente por desequilibrios estructurales y burbujas financieras. Algunos ejemplos recientes son la gran crisis financiera de 2007-2009 y el periodo posterior a la explosión de la burbuja puntocom en 2000-2002.
– Mercados bajistas cíclicos: desencadenados generalmente por las subidas de la inflación y los tipos de interés y los descensos de los beneficios empresariales. Asistimos a episodios de estas características a comienzos de la década de 1980 y 1990.
– Mercados bajistas provocados por acontecimientos: motivados por choques externos, como una guerra, una crisis petrolera o una crisis en los mercados emergentes. Algunos ejemplos recientes son el Lunes Negro de 1987 y la crisis de los mercados emergentes de 1998.
La clave reside en que los diferentes mercados bajistas presentan claras divergencias en lo que respecta a la magnitud de las caídas, la duración del movimiento bajista y cuánto se tarda en volver al punto de partida.
El profesor Robert Shiller de la Universidad de Yale ha recopilado datos de 27 mercados bajistas diferentes registrados por el índice S&P 500 desde 1835 y ha llegado a las siguientes conclusiones: los mercados bajistas estructurales presentan descensos medios del 57%, duran 42 meses y tardan 111 meses en volver al punto de partida; los mercados bajistas cíclicos muestran descensos medios del 31%, duran 27 meses y tardan 50 meses en volver al punto de partida; y los mercados bajistas provocados por acontecimientos registran descensos medios del 29%, duran solo 9 meses y tardan 15 meses en volver al punto de partida. Creemos que puede suponerse que estamos ante un mercado bajista provocado por un acontecimiento, en este caso una crisis externa.
Eso explica la rapidez de las caídas y hace presagiar una recuperación más rápida cuando el virus remita. Como demuestra este estudio, un mercado bajista provocado por un acontecimiento vuelve al punto de partida generalmente al cabo de un año, frente a los cuatro años que tarda un mercado bajista cíclico y los casi diez años que tarda un mercado bajista estructural.
¿Qué puede provocar un giro al alza de los mercados?
Sin embargo, existen varios puntos adicionales que es necesario considerar. Nunca hemos visto un mercado bajista provocado por un acontecimiento como una pandemia. Tampoco hemos visto nunca un mercado bajista donde los tipos de interés estuvieran tan bajos (lo que reduce el efecto de la política monetaria como instrumento).
Además, la combinación de una crisis en la oferta y en la demanda a causa de la pandemia con un derrumbe del 60% del precio del petróleo genera importantes tensiones en los mercados internacionales de deuda corporativa.
En nuestra opinión, existen tres posibles catalizadores que podrían propiciar un giro al alza del mercado: el brote emite señales claras de estacionalidad o simplemente toca techo; aparecen indicios de que las contundentes medidas fiscales pueden mantener a flote la economía sin excesivos daños; y las cotizaciones reaccionan en exceso durante una recesión larga y prolongada.
Pensamos que seguiremos asistiendo durante las próximas semanas a unos mercados volátiles que probablemente sigan cayendo a medida que se hunden las previsiones de beneficios. Muchos analistas pronostican ahora un crecimiento prácticamente nulo del PIB mundial en 2020, lo que generalmente conlleva una caída de los beneficios del 30%-40% frente a los niveles actuales.
DNB Asset Management es una de las mayores gestoras de activos de los países nórdicos y ofrece productos en clases de activos nórdicos y una selección de temáticas. Es una filial al 100 % de DNB ASA Group, entidad que cotiza en la Bolsa de Oslo y una de las empresas de servicios financieros más exitosas de Escandinavia.
Tribuna de Mikko Ripatti, gestor senior de carteras en DNB Asset Management