Las relaciones internacionales con Rusia siguen sufriendo las consecuencias de sus supuestas injerencias en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, entre otras acusaciones. Y se esperan nuevas medidas durante el cuarto trimestre, después de las sanciones contra algunos funcionarios y oligarcas rusos que se produjeron en abril y las restricciones a las exportaciones de tecnologías sensibles que se dieron en agosto.
Es cierto que las fechas no están claras y no creemos que lo estén en el corto plazo ya que el Congreso estadounidense suspenderá los trabajos parlamentarios ahora, en estos días de mediados de octubre, antes de las elecciones legislativas. Lo que sí está claro, al menos en su forma actual, es que el Proyecto de Ley prevé importantes sanciones contra la deuda pública rusa, probablemente sobre las nuevas emisiones, y contra los sectores financiero y el energético.
Es por estos motivos que en Mirabaud hemos decidido reducir la exposición vendiendo nuestras posiciones en deuda pública y de emisores privados rusos en dólar, con la excepción de los títulos de la empresa Grazprom. Tras nuestro análisis, se trata de una compañía que se enfrenta a un riesgo operativo y financiero más bajo gracias a su capacidad de autofinanciación y a su importancia como socio comercial de Europa.
Por otra parte, los fundamentales rusos figuran entre los más sólidos de los países emergentes y el Banco Central mantiene su credibilidad, como demuestra la reciente subida de los tipos de interés en previsión de las sanciones y de sus efectos sobre la inflación. Para los próximos seis meses, los inversores esperan una subida adicional de 140 puntos básicos en los rendimientos, lo que, sin duda, lastrará el mercado de renta fija.
Deuda periférica
Si nos vamos a Europa, en Mirabaud Asset Management seguimos manteniéndonos alejados de la deuda de los países periféricos. Los presupuestos italianos, que prevén un déficit del 2,4% del PIB durante los tres próximos años, no se ajustan a las normas definidas por la Unión Europea. Los inversores castigaron esta decisión y los diferenciales de tipos de interés con Alemania volvieron a superar los 270 puntos básicos. Río revuelto.
Con respecto a los bonos de los países emergentes vimos un importante rebote en septiembre pero debemos tener en cuenta que acumulan importantes descensos desde comienzos de año y consideramos que todavía es prematuro aumentar la exposición a esta clase de activos.
Centrándonos ahora en Estados Unidos, vemos que los tipos de la deuda pública a diez años repuntaron hasta superar el 3% durante el pasado mes de septiembre y creemos que podrían superar rápidamente los máximos alcanzados a mediados de mayo. Este repunte se produjo sin que aumentaran las previsiones de inflación, pero con un incremento de la prima a plazo. La tendencia alcista podría llevarnos a niveles del 3,25% o 3,50% de aquí a finales de año.
Destacar finalmente que el endurecimiento cuantitativo de los bancos centrales de los países desarrollados, sobre todo el de Estados Unidos, lastró la evolución de la deuda pública y la deuda corporativa. Los bonos de alto rendimiento se anotaron ganancias debido a las alzas de la banca y la energía, dos sectores ampliamente representados en los índices.
Es cierto que la renta fija lleva ya tiempo sin encontrarse en un buen momento, pero continuamos viendo oportunidades interesantes. Para aprovecharlas, desde Mirabaud apostamos por vehículos como el fondo Global Strategic Bond que se rigen por una gestión muy activa, de convicción, flexible, que mantenga un riesgo controlado y, siempre, con el horizonte puesto en el largo plazo.
Elena Villalba, directora de Ventas en Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica.