En la estela de Banco Popular, el sector bancario europeo ha sufrido su segunda quiebra bancaria en pocas semanas. Esta vez han sido dos bancos de la región de Veneto, Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca, cuya solidez financiera ha estado bajo fuertes presiones durante varios trimestres por numerosos préstamos morosos y mal provisionados, que han minado profundamente las ratios de solvencia de ambos bancos. Esto ha ocurrido a pesar de las repetidas intervenciones del fondo Atlante1.
El viernes 23 de junio, el BCE dijo que los dos bancos venecianos estaban en una situación muy compleja. Ya que son bancos de pequeña escala, no sistémicos, la Junta de Resolución Única del BCE decidió permitir a las autoridades italianas liquidarlos.
Los accionistas y los tenedores de deuda subordinada (principalmente Tier 2) sufrirán el impacto del coste de liquidar los bancos y separar en un banco los préstamos morosos de los dos bancos, siguiendo el modelo de Banco Espirito Santo e indicando que las tasas de recuperación serán indudablemente escasas.
Los pequeños tenedores individuales de deuda subordinada podrían buscar una compensación después, pero la proporción que pueden esperar recibir todavía es desconocida.
Por otro lado, Intesa Sanpaolo – el banco líder en Italia – va a comprar las partes “sanas” de los balances de los dos bancos4 por un euro nocional, lo que significa que conseguirá: 26.100 millones de préstamos sanos y 4.000 millones de crédito vigente pero arriesgado (totalizando en torno al 8% de la cartera de préstamos de Intesa Sanpaolo); 8.900 millones de otros activos financieros; 1.900 millones en activos por impuestos; 25.800 millones de recursos de clientes (depósitos); 23.000 millones en ahorros fuera de balance (depósitos indirectos); 11.800 millones de deuda senior emitida por los dos bancos; 960 sucursales con en torno a 10.840 empleados.
Esto es capital neutral para Intesa Sanpaolo, ya que el gobierno italiano pagará cerca de 4.800 millones para cubrir los costes de recapitalización y reestructuración (cierres de sucursales y duplicidades) en los activos adquiridos y proporcionar una garantía pública de1.500 millones frente a cualquier contingencia legal producida por la adquisición.
El gobierno italiano también ha comprometido hasta 12.000 millones frente a pérdidas potenciales de la cartera de préstamos sana recientemente adquirida.
Finalmente, Intesa podrá transferir cualquiera de los préstamos actuales pero arriesgados (total de 4.000 millones de euros) al banco malo si su calidad resulta dañada antes de 2020.
Esta resolución a la crisis de los bancos venecianos es en nuestra opinión una buena noticia para el sector bancario italiano. En primer lugar, los balances de dos bancos no viables han sido finalmente limpiados y transferidos a una institución más sólida. Para el comprador, Intesa, el acuerdo se ha hecho en términos muy ventajosos sin dañar las ratios de solvencia.
Los acreedores senior de los dos pequeños bancos sobreviven a pesar de todo. Esto calma los miedos a un contagio, dado que muchos son ahorradores individuales.
El siguiente obstáculo en la reforma del sector bancario italiano es Banca Monte dei Paschi di Siena. El 1 de junio, la Comisión Europea aprobó una recapitalización preventiva que permite al banco acceder a ayuda estatal y salvaguardar los intereses de los acreedores senior, mientras descarga sus préstamos morosos al fondo Atlante (las negociaciones sobre este punto están en curso).
De nuevo, los tenedores de deuda senior y los accionistas sufrirán el impacto, de acuerdo con la ley europea, como condición para desbloquear la ayuda estatal.
A la luz de estos últimos eventos, reafirmamos una vez más nuestra filosofía de tomar sólo posiciones premium en deuda subordinada, ya que las tasas de recuperación en caso de un impago son cercanas a cero tanto en deuda Tier 2 y Tier 1 Adicional.
La única deuda subordinada que mantenemos en el fondo de La Française AM es Intesa Sanpaolo y Unicredit. Ambos nombres fueron impulsados ayer por la acción de las autoridades europeas e italianas y su fortaleza financiera ha sido reforzada significativamente en los últimos trimestres.
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Columna de Paul Gurzal, director de Crédito en La Française