Hace un par de semanas el Presidente Jair Bolsonaro provocó una reacción inmediata entre los accionistas de Petrobras al dimitir el CEO de la empresa y reemplazarlo con un militar. Las acciones de Petrobras llegaron a caer 20%.
En medio de la crisis en Brasil y ahora que todas las empresas estatales están «bajo ataque», sumado a que la «mano invisible» del gobierno ya no es tan invisible ¿podrían los inversionistas latinos seguir bajando exposición en empresas brasileñas?
Si la liquidación continúa, ¿a dónde iría el dinero? Quizás a los países andinos. ¿Qué pasa con el flujo de venta que sale del sector de energía en Brasil? ¿A dónde irán a invertir ahora los fondos dedicados a América Latina y a mercados emergentes? ¿GEB, ISA, Ecopetrol, AES Gener Chile, ENELAM, ENEL Chile? ¿Si sale flujo del sector eléctrico y de petróleo brasileño podríamos esperar que los inversionistas miren con más atención empresas del mismo sector en Chile, Colombia y Perú?
La visión de Brasil es que la ausencia de administración profesional en Petrobras es una amenaza para el accionista minoritario. Bolsonaro tiene aliados en el Senado y la Cámara de Diputados y, además, el presidente ya está en campaña para ganar las elecciones presidenciales del 2 de octubre de 2022. En este escenario, dos años de Bolsonaro, podrían ser dos años de un populismo más peligroso, principalmente porque mantiene fuerte influencia sobre las dos cámaras.
Las noticias sobre Petrobras son algo que podrían ganar un momentum negativo una vez que la intervención del gobierno en la empresa pueda ser vista como algo que podría pasar en otros sectores donde el gobierno ejerce control mayoritario. Aca, obviamente estamos hablando principalmente de Electrobras y Banco do Brasil.
En su momento, algo que podría explicar la intervención del Presidente, es que Bolsonaro manifestó su descontento con el alza de los precios de la gasolina y el diesel, entonces tomó una decisión unilateral para agradar su base política en los camioneros del país.
Así, Bolsonaro despidió al CEO de Petrobras, muy popular entre los accionistas por su papel en la privatización de refinerías y recortar deudas, e hizo un cambio, dejando un claro mensaje de intervención en la política de precios de Petrobras.
En este panorama, algunos traders nos preguntamos ¿dónde está Paulo Guedes? (un economista ultraliberal y con pedigree en Chicago) Hasta el momento, Guedes se ha mantenido en silencio, pero ¿hasta qué punto? Si la intervención en Petrobras se extiende a Electrobras y Banco Do Brasil, ¿sería posible una renuncia de Paulo Guedes?
Hasta el momento, el mensaje tiene solo una lectura: Bolsonaro toma las decisiones mirando las elecciones de 2022, estrategias políticas, que en un principio no deberían tener el apoyo de un ministro de hacienda altamente liberal y pro mercados.
La administración Bolsonaro está tratando de amenizar el impacto negativo de lo ocurrido con Petrobras al asegurar que Paulo Guedes es ancla en el gobierno y que existe un foco en privatizar Electobras y desestatizar los Correos. Claro, es un doble mensaje, tal vez una tentativa de apaciguar los ánimos de los accionistas de Petrobras, Electrobras y Banco do Brasil.
Sin embargo, el problema de Petrobras ¿podría iniciar una nueva ola de ventas en los activos de Brasil a medida que nos acercamos de las elecciones presidenciales en 2022?
Para complicar esta situación, hoy, un juez de la Corte Suprema de Brasil abrió camino para que el expresidente Luiz Ignazio (Lula) da Silva se presente como candidato del Partido de los Trabajadores en las elecciones presidenciales. Lo anterior, debido a que se revocaron las condenas por corrupción centradas en Petrobras de forma inesperada y repentina. Si bien el fallo irá a otro tribunal federal, efectivamente amplía el escenario político en Brasil, sobre todo porque Lula ya estuvo involucrado en el caso de corrupción más grande ligado a Petrobras. Así, si ponemos enfoque en las encuestas presidenciales, muchas muestran a Bolsonaro con un promedio de 30% y en segundo lugar viene Lula con un promedio de 18%. Independiente de los resultados, ambos candidatos tienen una historia con Petrobras y un discurso populista.
Es un hecho que en Brasil hay mucho dinero rondando, sin embargo, el mayor enemigo de la renta variable podría ser el Gobierno y sus intervenciones. Así, surgen algunas interrogantes más, ¿estarán los países andinos listos para recibir flujos que podrían salir desde Brasil? Esto recién comienza.