En el sector financiero global, el capital natural está emergiendo como un activo que está atrayendo de forma creciente la atención de los inversores. Este tipo de inversión está generando un interés creciente debido a la mayor conciencia de la sociedad sobre la importancia de mejorar la relación entre la naturaleza y las actividades humanas. Por ejemplo, los ciudadanos tienen cada vez más en cuenta el impacto ambiental de las compañías en las que invierten o de las que compran productos, lo que propicia que el factor sostenibilidad sea cada vez más importante en las estrategias empresariales.
Esta demanda del mercado está creando oportunidades adicionales para las organizaciones que están dispuestas a invertir en iniciativas de protección y regeneración del capital natural, lo que puede conducir a una mayor competitividad a largo plazo. Por este motivo, plataformas y gestores de fondos innovadores comienzan a ofrecer productos de inversión que se agrupan en tres grandes tipologías.
Por un lado, observamos un crecimiento en el modelo de inversión en equity, donde los fondos de impacto y de private equity están apostando por empresas y emprendedores que ofrecen soluciones innovadoras en el ámbito del capital natural. Desde tecnologías para la agricultura regenerativa, hasta empresas dedicadas a la gestión de ecosistemas a gran escala. Estas inversiones están catalizando el desarrollo de soluciones transformadoras que no solo abordan los desafíos ambientales, sino que también impulsan el crecimiento económico sostenible.
En segundo lugar, emergen productos de deuda o financiación de proyectos a largo plazo, especialmente en proyectos relacionados con la reducción de emisiones de CO2, cosecha de agua azul y mejora de la biodiversidad. Estas inversiones, que ofrecen rentabilidades atractivas y estables a largo plazo, requieren el compromiso de inversores pacientes que participen en estructuras como los bonos verdes o azules.
Por último, nos encontramos con el modelo de inversión mixta público-privada, conocido como blended finance, ideal para proyectos donde existe un cierto riesgo inicial. Este enfoque combina fondos públicos y privados para respaldar proyectos de regeneración del capital natural, ofreciendo mitigación del riesgo para los inversores privados y la oportunidad de obtener un retorno a los fondos públicos.
A pesar del potencial innegable de estas opciones de inversión en capital natural, es importante reconocer que en España se encuentran en una etapa incipiente. Si bien muchas empresas han realizado inversiones iniciales en iniciativas de responsabilidad social corporativa, el verdadero desafío radica en la integración de la sostenibilidad en los procesos productivos y en la inversión en nuevos negocios sostenibles. Las empresas españolas deben aumentar significativamente sus inversiones en capital natural, lo cual puede requerir una transformación profunda de sus operaciones y la adopción de nuevas tecnologías y prácticas empresariales.
Esta barrera es superable si nos centramos en un enfoque colaborativo entre empresas, gobiernos y otras instituciones. La colaboración entre actores del sector público y privado es fundamental para superar obstáculos financieros y de gestión, así como para aprovechar al máximo las oportunidades de inversión en capital natural, ya que es esencial para garantizar la competitividad a largo plazo y así aprovechar las oportunidades que ofrece la economía verde.
A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más sostenible, la inversión en capital natural se perfila como una piedra angular de la economía global. Con innovaciones financieras y un enfoque colaborativo, podremos desbloquear el potencial financiero del capital natural y crear un futuro más próspero y sostenible para todos.
Tribuna elaborada por Joan Cabezas, CEO de Nactiva