El debate sobre el referéndum de la adhesión de Reino Unido a la UE se está calentando. Hay mucha discusión sobre los costes y los beneficios relativos de permanecer o salir de la UE, si bien es todo especulación de cara al futuro. Pero ¿qué pasa con el impacto en la economía de Reino Unido provocada ya solo por preguntar?
A nadie en el mundo de los negocios o las finanzas le gusta la incertidumbre, esa es la razón de que las personas dediquen tanto esfuerzo a tratar de predecir el futuro. En el mejor de los casos, esto es bastante difícil de conseguir. El referéndum hace muy difícil hacer predicciones y el resultado no es binaro. Un Reino Unido fuera de la Unión Europea podría tener cualquier tipo de relación con el Viejo Continente. En realidad, nadie sabe cómo serían las políticas económicas en esas circunstancias.
Gracias al innovador trabajo llevado a cabo por Scott Baker, Nick Bloom y Steven Davis de la Kellog School of Management, de la Universidad de Stanford y del Booth School of Business respectivamente, podemos medir la incertidumbre de las políticas económicas. Estos expertos recopilan un índice basado en las noticias mediante la búsqueda de referencias en los periódicos a la incertidumbre sobre las políticas económicas. Los índices de incertidumbre resultantes revelan una fuerte divergencia entre el Reino Unido y la zona euro (tabla 1). En el pasado, la incertidumbre en Europa y en el Reino Unido tendía a moverse a la par. Este año, la incertidumbre política de Reino Unido se disparó, y es casi seguro que esto es consecuencia del referéndum.
El primer instinto cuando nos enfrentamos a una incertidumbre mayor es aplazar cualquier decisión hasta que tenemos más información. Para un ama de casa, éste no será el caso cuando se enfrenta al gasto diario en alimentos o energía, pero sí cuando pasamos a hablar de artículos con un precio elevado como la lavadora o un coche nuevo. Para una empresa, los salarios o los gastos de funcionamiento no suponen incertidumbre, pero sí los planes de inversión más grandes o de contratación de nuevo personal. En el gran esquema de las cosas, retrasar la construcción de una nueva fábrica o la compra de una nueva pieza para el equipo por unos meses no va a importar mucho.
Efectivamente, podemos ver que las intenciones de inversión y de empleo están cambiando en Reino Unido. Esto es muy claro en las oficinas regionales del Banco de Inglaterra (BOE). Las intenciones de inversión y de empleo se han suavizado en ambos casos desde hace varios meses (tabla 2), lo que sugiere una creciente reticencia a comprometerse con nada a largo plazo.
El efecto en las fábricas parece haber sido más crudo (aunque vale la pena señalar que la fabricación también se ha desacelerado en Estados Unidos). Sin embargo, la fabricación, involucrada en la parte del comercio más internacional, podría tener más motivos para estar preocupada por el efecto de la incertidumbre en el comercio si triunfa el ‘si’ en el referéndum.
Es probable que las consecuencias para el PIB del Reino Unido en la primera mitad del año sean muy negativas, y como tal, hace que sea más probable que el Banco de Inglaterra no suba los tipos de interés a corto plazo. El mercado ya descuenta que la primera subida de tipos se producirá en 2018 o incluso más tarde.
Hace unos años observamos el mismo fenómeno en Estados Unidos, cuando se acercaba el momento en el que la deuda del país iba a tocar su techo. Entonces, el índice de la incertidumbre política de Estados Unidos se disparó y la inversión empresarial neta cayó. Nadie quería ampliar su capacidad de producción cuando había tanta incertidumbre sobre el futuro. Una vez que la incertidumbre se desvaneció, el gasto de inversión regresó.
A diferencia del riesgo de cierre del gobierno de Estados Unidos, que habría sido temporal, el referéndum sobre la UE podría tener consecuencias a más largo plazo. En el caso de un resultado a favor permanecer en la UE, la incertidumbre se desvanecería rápidamente. Pero si hay un voto a favor de abandonarla, las negociaciones con el resto de la UE podría llevar muchos años.
La incertidumbre en realidad podría aumentar después de la consulta, lo que podría prolongar las consecuencias para la economía. Sea cual sea el resultado, el efecto va a crear un impacto negativo a corto plazo sobre la economía. En ese caso, lo único cierto es que el Banco de Inglaterra tendrá en cuenta esto para aplazar aún más una subida de tipos de interés.
Joshua McCallum es responsable del equipo de economistas de renta fija europea de UBS Asset Management.