Donald Trump continúa agitando a los mercados con evasivas después de sus posts inoportunos en Twitter. El más reciente, acerca de la perspectiva de una falta de acuerdos con China con respecto a las negociaciones arancelarias en la fecha límite del 10 de mayo, impactó a los mercados.
Esto detonó una muy bien recibida corrección después del aumento de dos dígitos registrado desde principios de año. Los inversionistas están atentos al “dedo de Donald”, que podría también apodarse el “dedo de Dios” si se aplica al casi celestial o divino desempeño del mercado bursátil y la economía en EE.UU., los cuales alcanzaron subidas récord. Y nada podría ser más apropiado, cuando el “dedo de Dios” es también el nombre de una montaña, o más precisamente, una cumbre del monte La Meije en Francia, que se eleva a una altura de 3.973 metros.
Ningún presidente anterior ha “mitigado” a los mercados en esta medida, con su estrategia de recuperar el comercio global y su fuerte compromiso de recabar flujos de capital internacional. El resultado es una sorprendente fortaleza del dólar (1,12 ante el euro).
En general, los resultados publicados continuaron generando un nivel bastante alto de noticias positivas en ambos lados del Atlántico. Esto todavía no será suficiente para fijar meta alguna en cuanto a los resultados de todo el año para 2019, ya que el primer trimestre aún no llega a un cierre.
Es más, por el momento los inversores están más preocupados acerca de este “dedo de Dios”, lo cual es de nuevo una expresión que aplica bastante al presidente norteamericano, ya que también es el nombre con el que se designan los tornados que ocurren en la zona central de Estados Unidos, el valle de los Tornados.
Es probable que, en estos tiempos de bajos volúmenes (y mayo es usualmente un mes de bajos volúmenes) y antes de las elecciones europeas, muy pocos inversores se arriesgarán a invertir en activos de riesgo sin un acuerdo definitivo en la guerra comercial. La presente corrección deberá también brindar nuevos puntos de acceso al mercado para inversores Mohicanos que muy valientemente continúan creyendo en Europa.
Los niveles de valoración se flexibilizarán a medida que la macroeconomía mejore. Europa todavía atemoriza a la gente, aunque la mayoría de los inversores se muestra indiferente sabiendo que no habrá un colapso, actualmente todos quieren estar del lado de la “mano o el dedo de Dios”.
En una rara coincidencia, también en un 10 de mayo (aunque del año 1508) el Papa Julio II le pidió a Miguel Ángel pintar la cúpula de la Capilla Sixtina en Roma. Como sabemos, esta representa a Dios en la creación de Adán, el primer hombre, con el famoso “dedo divino” (sus dos dedos índices casi se tocan).
Sin profundizar demasiado en este místico simbolismo religioso, podríamos no obstante estar tentados de afirmar que el presidente Trump ha creado también un tipo de nuevo “ser económico” y dado lugar a un nuevo estilo de liderazgo en su país, la economía global y los mercados financieros.