Comencemos por plantearnos el “sell in May and go away“ de dos formas. En primer lugar, cabe preguntarse si los inversores deberían vender sus acciones después de las fuertes subidas acumuladas en general este año. En este caso, creemos que no pues, desde una perspectiva empírica, los fuertes movimientos de precios en un horizonte de tres meses tienden a ser seguidos por rendimientos superiores a la media en los 6 a 12 meses siguientes. Sin embargo, también es factible que haya una pequeña consolidación a corto plazo y sería, lo que se suele llamar, una corrección saludable. Pero estas consolidaciones no son, en promedio, lo suficientemente significativas como para ajustar el posicionamiento de una cartera en función de ellas.
La segunda versión de la pregunta podría ser si los inversores deberían vender sus acciones al llegar el mes de mayo. En este caso, la respuesta no es simple pues, desde un punto de vista empírico, el «sell in May and go away» encuentra algunas evidencias históricas, de hecho, los meses de verano son los más débiles en términos de rendimiento promedio. Pero esto es sólo un argumento más que los inversores deben tener en cuenta a la hora de tomar sus decisiones de inversión. Sin embargo, existe otro par de argumentos, que son mucho más importantes.
Desde nuestro enfoque de mercado, que incluye una visión general de todos los factores que influyen en los rendimientos futuros de la renta variable -sumando todos los factores macroeconómicos, política monetaria, los fundamentales, valoraciones, aspectos técnicos del mercado y señales de otras clases de activos como materias primas, divisas y renta fija-, llegamos a la conclusión de que actualmente existe un entorno de mercado favorable para la renta variable. El hecho de que estemos en mayo y que las bolsas ya hayan registrado algunas ganancias significativas desde principios de año, no es
suficiente para vender las acciones en cartera.
¿Momento de aumentar la liquidez en cartera?
Es momento de tener algo de liquidez en cartera. Las razones son bastante simples. Por un lado, definitivamente no es el momento de tener toda la cartera invertida en acciones. Por otro lado, las alternativas en el mercado de renta fija denominada en euros no están aportando rendimientos significativos. Por lo tanto, tener algo de efectivo o mayor liquidez en cartera tiene sentido.
Oportunidades de inversión para los próximos meses
Desde principios de 2018, la economía mundial está experimentando una desaceleración cíclica, especialmente en el sector manufacturero. Actualmente, no esperamos que esa desaceleración desemboque en una recesión mundial, y ya identificamos los primeros signos de esperanza de que lo peor podría haber pasado. Sin embargo, es probable que las incertidumbres económicas y políticas se mantengan durante algún tiempo. En el entorno actual de creciente incertidumbre, no queremos estar demasiado cíclicos ni demasiado defensivos.
En nuestra opinión, los mejores ratios de riesgo/rentabilidad se encuentran actualmente en modelos de negocio de alta calidad con motores estructurales de crecimiento. En este caso, los inversores pueden beneficiarse de dos maneras: por un lado, pueden participar en el desarrollo positivo a largo plazo del negocio y, por otro, los riesgos potenciales a corto plazo de una desaceleración inesperada y continua se ven limitados en la mayoría de los casos gracias a la alta calidad de la empresa.
En general, estas oportunidades pueden encontrarse en casi todas las regiones o sectores. No obstante, desde una perspectiva top-down, seguimos decantándonos por EE.UU. por encima de los valores europeos, ya que la lista de riesgos potenciales sigue siendo mucho más larga para los valores del viejo continente frente a sus comparables estadounidenses.