Allá por la 5ª avenida se comenta que incluso lanzando un gato por la azotea del edificio Flatiron rebotaría al caer muerto sobre el suelo. Tras la bajada del 60% del martes pasado, el rebote del gato muerto ha atrapado a multitud de inversores que confiaban en la revalorización de Gowex esperando una rueda de prensa aclaratoria y unos retornos a corto plazo de doble dígito. La realidad una semana después es bien distinta.
Me pongo en la piel de los trabajadores de Gowex y se me ponen los pelos de punta, no hablemos de ponerme en el lugar de los accionistas porque el suelo comienza a temblar y me estoy empezando a marear. Semanas atrás reinaba la calma y la compañía volaba en bolsa gozando del beneplácito de la comunidad inversora. Aquel fatídico 1 de julio, sale a la luz el desconocido informe Gotham, despacho de researchers que deja sin Internet a Gowex. ¿El informe solo afecta a la compañía en particular? Existen una serie de daños colaterales que pueden tumbar el mercado alternativo como si de fichas de dominó se tratase.
Entiendo que dada la irracionalidad del mercado en estas situaciones, muchos de los inversores habrán entrado en el valor esperando el rebote del sentimiento contrario al día siguiente. Si mi memoria fotográfica no me falla, lo mismo sucedió con Pescanova.
¿Alguien pensaba que un simple informe detectivesco con capturas de pantalla, mensajes de Twitter y Linkedin podía dilapidar una compañía y salpicar incluso al mismísimo regulador? Pues así es. El problema no afecta únicamente a Gowex, afecta a la CNMV e incluso a BME, poniendo contra las cuerdas al Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Hoy las pocas compañías que cotizan en el MAB solo desean salir del cercado, subir a 2ºB y mimetizarse con el resto de compañías del continuo para reducir el riesgo MAB. Las cotizadas alternativas suman caídas de doble dígito y muchas de ellas están recibiendo el pésame bursátil. Se salvan aquellas que cotizan en el mercado fixing con dos horas de corte para la negociación. No me quiero imaginar las subastas de volatilidad, el libro hecha fuego y mete miedo al pánico.
Si se mira con perspectiva el caso Gowex, volvemos a los orígenes, a la moda vintage, todo vuelve, las ray ban, los converse, el escarabajo… y por supuesto las estafas financieras y bursátiles. Se me empiezan a llenar los dedos de las manos, Fadesa, Pescanova y ahora Gowex. ¿Quién será el siguiente? Diferentes comienzos para un mismo final: “suspended by the regulator”. En el caso de la tecnológica, aún intentan ganar tiempo desmintiendo dicho informe, los días pasan, la cotización vuela a la baja y la CNMV despierta tras dos días de fuego cruzado. Inversores y fondos atrapados en un negocio fraudulento con unos números que como en el parchís, comen una y cuentan veinte. Facturación, ventas e ingresos irreales solventados con un tuit. Una forma muy honesta y cordial de tranquilizar el mercado, sin duda toda una demostración de seriedad por parte de Gowex. Me hago la misma pregunta que me hice con Pescanova, ¿Ningún alumno levanta la mano preguntando la duda? ¿Tiene que ser Gotham la que pregunte? Lo que está bien claro es que a toro pasado cualquiera es Manolete*, ahora el negocio de Gowex parecía no ser tan viable, el modelo de empresa quizá no era tan espléndido y se venía venir. Ya…
La papeleta para los accionistas y la compañía es muy compleja de digerir, pero quizá lo es más para el MAB. Las dudas sobre el alternativo se multiplican y comienzan las preguntas. A buen seguro es necesaria otra regulación, no más estricta pero sí quizá más detallada en tiempo y forma, aumentando el listón de las obligaciones contables e informativas por parte de las entidades. Lo que ha pasado no es de recibo en un mercado regulado y desarrollado por muy alternativo que sea. No dejo de pensar en aquella imagen de Jordan Belfort sentado en un chiringuito de carretera vendiendo penny stocks. Me reitero una vez más, no queramos ser Mark Hanna metiendo el dinero del bolsillo de los inversores en el bolsillo propio. El MAB está de luto y Gowex de funeral, una pena.
*Manolete: Torero Español
*Jordan Belfort y Mark Hanna: Personajes de la película “El Lobo de Wall Street”
Columna de opinión de Borja Rubí de MoraBanc Private Banking