Después de leer varias noticias sobre la apuesta ganada por Buffett a los hedge funds, he querido dar mi opinión sobre alguna cuestión que me ha llamado la atención. En general el tratamiento de la noticia por los medios es correcto pero hay alguna frase que me gustaría matizar. Uno de esos medios escribe “Buffett colocó 320.000 dólares en un fondo indexado al S&P 500, mientras que Protege Partners colocó otros 320.000 dólares en determinados fondos de gestión activa, considerados por los expertos de dicha firma como los mejores».
En la carta original de Buffett, que está colgada en la web, se puede leer que Buffett apostó 500.000 dólares específicamente contra hedge funds, no contra cualquier fondo de gestión activa. Y además pidió apostar contra una cartera que al menos tuviera cinco fondos.
El requisito de al menos cinco hedge funds no es baladí pues Buffett reconoce que hay algunos gestores muy buenos, pero es la industria en general, en media, la que cree que no aporta valor, especialmente la que aplica comisiones muy elevadas. En Estados Unidos han tenido muy difícil batir en rentabilidad a un índice muy bien diversificado por compañías y sectores.
Cuando Seides, responsable de Protege Partners, propuso una cartera de fondos de fondos hedge, Buffet se debió de frotar las manos. Cada fondo tenía más de cien fondos individuales –más de 500 hedge funds seguro que daban un resultado parecido a la media-. Además, a las comisiones individuales –habitualmente un 2% fijo más un 20% sobre beneficios– había que sumarles las comisiones del fondo que los selecciona.
El resultado de la apuesta ya es conocido: los hedge elegidos dieron un 22% desde 2008 a 2016 y el fondo que replicaba al S&P 500 un 85%. El patrimonio de este tipo de producto ya había descendido de forma importante antes de que se publicara la carta de Buffett.
No voy a defender a ultranza los hedge funds porque no soy muy fan, pero sí me gustaría llamar la atención sobre el riesgo y el comportamiento de los inversores tras pérdidas importantes. La apuesta la ganaba el que obtuviera la mayor rentabilidad final suponiendo que no se tocaban las inversiones y eso no tiene en cuenta el comportamiento de la mayoría de los inversores ante caídas importantes como la de 2008. Justo en 2008, primer año de la apuesta, la cartera de los hedge cayó un 24% que es mucho, pero el mercado sufrió una del 37% y eso es más de lo que soportan muchos inversores.
Como prueba de que el inversor huye de los mercados tras pérdidas abultadas miren abajo las salidas de Vanguard en octubre de 2008 –casi 5.000 millones de dólares–. Ahora fíjense en el patrimonio de los fondos de hedge funds, en septiembre y octubre de 2008 toca máximos. Desgraciadamente, a pesar de que los datos también demuestran el error que supone vender en malos momentos, los inversores, en general, siguen persiguiendo el producto que el año anterior fue mejor.
Si los inversores españoles se hubieran indexado al Ibex en esos nueve años hubieran acabado en negativo, antes de pagar nada en comisiones.
Y ahora piensen en las emociones del inversor español y díganme si en 2007 creen que hubieran invertido de forma indexada en Estados Unidos –después de lo que hizo su mercado desde 2005–. Y en 2008, ¿creen que los españoles mantuvieron su inversión en bolsa? Si en la próxima corrección los inversores no dejan de ir a contrapié, el principal detractor de rentabilidad no serán las comisiones.
Marta Díaz-Bajo, directora del departamento de análisis de atl Capital Gestión de Patrimonios.