Mientras el cuidado de los seres queridos viene del corazón, también puede impactar al modo de pensar y planificar –con una mención especial en el apartado de las finanzas–. Esto es especialmente cierto para las mujeres, quienes típicamente se encargan del cuidado de familiares y suelen enfrentarse a unas mayores consecuencias financieras. Con un poco de planificación y una toma de decisiones reflexiva, es posible cuidar también de las finanzas y seguir atendiendo a aquellos que más necesitan de sus cuidados. Y, lo que es más importante, pueden valerse de los profesionales de inversión para que estos ayuden a aquellas mujeres que han decidido cuidar de algun familiar a tomar el control de sus finanzas.
Respondiendo a la llamada del cuidado
Además de responsabilizarse del cuidado de los hijos o de ayudar a unos padres más mayores, las mujeres se pueden ver involucradas en el cuidado de un miembro discapacitado en la familia o incluso de un marido enfermo. Para ciertos tipos de cuidado, uno puede adelantarse a los acontecimientos, en cambio, otros llegan cuando menos se esperan.
Mientras que se ha evolucionado algo hacia un equilibrio, las mujeres siguen siendo las principales encargadas del cuidado de familiares, representando casi un 70% del total. Además, el cuidado de los familiares ocurre en múltiples momentos de la vida. Es muy probable que una mujer se encuentre en la llamada “generación sándwich”, cuidando de hijos y miembros adultos de la familia al mismo tiempo. Es por lo que se necesitan unas fuertes finanzas para asegurarse de que la mujer puede hacerse cargo del cuidado de sus familiares sin dañar su situación financiera.
La cuenta de resultados
Independientemente del rol cuidador que una mujer decida ejercer, habrá un impacto en sus finanzas, esto puede ser una pérdida de ingresos, un recorte en la capacidad de ahorro o una pérdida de impulso en su carrera profesional. Cuando se toma algo de tiempo para cuidar de algún familiar, hay un impacto dramático en la vida financiera de una mujer, lo que significa un replanteamiento del presupuesto y una revisión de los ahorros.
En términos de ahorro, cuando no se está trabajando, no se crean ingresos. Por lo que el modo en el que la familia gasta dinero puede que no funcione cuando se toma algo de tiempo para cuidar de un familiar. Además, se deja de ahorrar para la jubilación, los planes de retiro dejan de percibir las contribuciones del empleador, lo que puede afectar negativamente a la cesta de la jubilación.
Por último, se debe considerar el impacto del cuidado de un familiar en la trayectoria profesional de la mujer. Puede que no sea lo mismo una vez se intente regresar al plano profesional y puede que se tenga que considerar una caída en los ingresos como resultado.
Prepararse para el cuidado
Afortunadamente, hay muchas opciones para reforzar las finanzas de la persona que se entrega al cuidado de un familiar. Uno de los puntos más importantes para empezar son sus ahorros para la jubilación. Si se sabe con certeza que se estará unos años fuera del mercado laboral, como puede ser el caso del cuidado de los hijos, se puede probar a impulsar la suma de ahorro en el plan de pensiones del empleador antes y después de haber tomado un tiempo fuera del mercado laboral.
Además, puede asegurarse de que se disponen de unas reservas de efectivo en el banco. Muchas mujeres se encargan del cuidado familiar de forma inesperada, por motivos diferentes al del cuidado de los hijos. Si tuvieran que dejar de trabajar de forma repentina para cuidar de alguien, tener algo de efectivo en la cuenta puede ayudar a liberar esa carga.
Otra forma de planificación financiera es trabajar con su asesor para asegurarse que su cartera tiene una correcta asignación con respecto a sus necesidades. Recientemente, la volatilidad ha regresado a los mercados. Mientras los mercados no siempre suelen tener unas oscilaciones tan grandes, a nadie le gustaría tener que liquidar sus activos de forma repentina para juntar el capital necesario para proporcionar un sustento para un familiar querido o a para sí misma.
Por último, tener un claro manejo del presupuesto. Saber cuáles son sus gastos esenciales y dónde puede haber algo de margen de maniobra de recorte es una gran defensa contra una serie de circunstancias imprevistas. Para el efectivo que pueda tener más allá de los gastos esenciales es necesario pensar en una línea temporal. Es probable que haya ciertos gastos, como el pago de unas vacaciones o un campamento de verano de los hijos, que se anticipan al ahorro para la universidad o la jubilación.
Todos estos pasos forman parte de construir la confianza que una mujer puede necesitar para cuidar de algún familiar sin poner su futuro financiero en riesgo. Asegúrese de que obtendría el apoyo de un profesional antes de hacerlo, hablando con un asesor financiero, por ejemplo. Puede parecer contraintuitivo, pero cuando uno es la persona de cuida de los otros, para hacerlo bien, primero tiene que cuidar de uno mismo y de sus finanzas.
Columna de opinión de Jenine Garrelick, MFS Senior Managing Director.