Los mercados han experimentado un considerable incremento de la volatilidad y una fuerte presión vendedora. Es importante señalar que existe un catalizador económico fundamental para estos retrocesos de los mercados, que no es otro que el aumento de las expectativas de inflación a raíz de los buenos datos del mercado laboral de EE.UU., no porque los datos económicos sean malos.
Sin embargo, estos movimientos sirven para recordar que estamos en la parte final del ciclo y que probablemente veamos un aumento de la volatilidad a medida que se vayan normalizando los tipos de interés.
El repunte de la volatilidad en los mercados se ha debido a las ventas forzadas de las estrategias clasificadas como “de paridad de riesgos” o “con objetivo de volatilidad”. Como hemos visto en un entorno marcado por una volatilidad excepcionalmente baja en los mercados, estas estrategias han aumentado su exposición a activos más volátiles (p. ej. renta variable) y también han incrementado el apalancamiento hasta niveles claramente superiores a las medias históricas. Este pico de volatilidad ha obligado a estas estrategias a reducir simultáneamente la exposición a renta variable y el apalancamiento general para no salirse de sus presupuestos de riesgo.
Estas ventas se han visto acentuadas por las recogidas de beneficios emprendidas por los inversores fundamentales, ya que los mercados se han comportado excepcionalmente bien y las valoraciones parecían excesivas. Ahora que los tipos están subiendo, los cambios en las tasas de descuento pueden alterar el atractivo relativo de las valoraciones de los bonos frente a las acciones.
¿Hasta cuándo?
Una pregunta clave es cuánto podría durar esta oleada de ventas. Creo que si el causante principal es el impacto de tipo técnico derivado de los fondos de paridad de riesgos, entonces podría durar poco. Si se generaliza, entonces podríamos ver una corrección más prolongada y dependerá mucho de las ganas que tengan los inversores con dinero aparcado de “comprar con las caídas”.
Desde la perspectiva del fondo que gestiono, lo que hago es centrarme en la protección contra los descensos a largo plazo y la estrategia no está diseñada para reducir especialmente la beta ante los movimientos a corto plazo de los mercados. Así, no creo que el fondo consiga destacar especialmente durante una corrección de muy corta duración.
Sin embargo, si lo que ocurre es que reaparecen la volatilidad económica y la versión al riesgo, entonces cabe esperar que mi énfasis en las empresas de calidad y la protección frente a caídas me permita conseguir unos resultados significativamente superiores.
Matt Siddle es gestor de fondos de renta variable europea de Fidelity.