Las señales que apuntan a un mercado bajista prolongado o a una desaceleración económica tienden a poner en tensión a los inversores. Se trata de algo comprensible. Las fuertes caídas del mercado hacen que no sintamos mal y pueden inducir a los inversores a abandonar las acciones para evitar más dolor. Y las recesiones causan un daño en la economía real, incluyendo la pérdida de empleos a medida que las empresas retroceden.
Pero la historia demuestra que adoptar una visión a largo plazo y mantenerla durante las recesiones y los mercados bajistas puede ser gratificante. De hecho, un enfoque a largo plazo puede poner en perspectiva la desaceleración económica y la caída de los mercados.
Los períodos de turbulencias y los pronunciados descensos del mercado han demostrado ser uno de los mejores momentos para invertir. Desde 1949 ha habido nueve períodos de caídas del 20% o más en el S&P 500. El retroceso medio de estos ciclos fue del 33%.
Sin duda, un porcentaje de caídas que puede ser doloroso de soportar, pero perder incluso una parte de la ganancia promedio del 263% del mercado alcista podría tener un impacto aún más adverso en los inversores. Además, los mercados bajistas han tenido una duración media 14 meses, un período relativamente corto en comparación con el mercado alcista promedio. Esto sugiere además que intentar cronometrar las decisiones de inversión puede ser difícil y potencialmente perjudicial.
¿Cuánto daño infligen las recesiones en relación con los períodos de expansión más prósperos? Ayuda tener una visión más amplia. Desde 1950, Estados Unidos ha estado en recesión el 13,5% del tiempo. Muchos de esos meses incluyeron retornos de capital positivos. Y algunas de las subidas más fuertes se produjeron a medida que las acciones se recuperaban de esos períodos de recesión.
¿La lección? Intentar cronometrar el mercado para evitar el impacto de una desaceleración económica puede hacer que los inversores se pierdan algunas subidas sustanciales, lo que podría limitar la rentabilidad general.