Al igual que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) hace más de 20 años, el TPP (Trans-Pacific Partnership o Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) tendrá impactos relevantes sobre las cadenas de suministro de las empresas mexicanas. Aunque el nuevo acuerdo promete beneficios tangibles para el país, es importante que las empresas se preparen y adapten sus cadenas de suministro a las nuevas condiciones del mercado. Hacerlo de forma tardía impactará su productividad y competitividad ante el nuevo escenario que se vislumbra.
¿Qué es el TPP?
El TPP es una propuesta de libre comercio que incluye a 12 países: Australia, Brunei Canadá, Chile, Darussalam, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Este acuerdo busca la liberación de cerca de 18.000 aranceles en total, y en el caso de México, el convenio incluirá unas 12.000 fracciones arancelarias. Del total en México, al menos 77% se liberará inmediatamente después de que se apruebe el acuerdo; y el resto, en un plazo que va de 10 a 15 años.
Los 12 países que pertenecerán al acuerdo conformarán un mercado potencial de unas 800 millones de personas, es decir, alrededor de 11% de la población mundial. La suma de los PIB -Producto Interno Bruto- de estas naciones representa 40% del PIB mundial. Es un mercado que consume $3.300 mdd al año, según datos de la revista Fortune.
Las áreas que se están negociando en el TPP son: Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Defensa Comercial, Competencia, Compras Públicas, Servicios, Inversiones, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones, Entrada Temporal, Servicios Financieros, Asuntos Legales, Propiedad Intelectual, Medio Ambiente, Laboral y Cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los denominados temas horizontales que incluyen Coherencia Regulatoria, Competitividad, Desarrollo y Pequeñas y Medianas Empresas.
Las exportaciones a los países que formarán parte del TPP son de 337 billones de dólares, los cuales representan 85% de las exportaciones totales de México, de acuerdo con datos de 2014 (ver tabla posterior). En cuanto a las importaciones, corresponden al 59% de todas las importaciones del país. En cualquier caso, es importante resaltar el peso específico de Estados Unidos en este mercado: representa 94% de las exportaciones al TPP y 80% de las exportaciones totales de México.
Aun cuando es necesario recorrer el camino de la aprobación del tratado en los diferentes países miembros, se estima que a partir de su firma se tendrán 24 meses para que los países ejecuten los pasos necesarios para su instrumentación.
Si al pasar ese tiempo hay, al menos, seis países -incluidos Estados Unidos y Japón, por ser los mercados más grandes que juntos representen el 85% de la suma de los PIB de los países firmantes- el tratado entrará en operación de forma automática.
¿Por qué impactará a las cadenas de suministro mexicanas?
Aunque va a depender en gran medida de cómo se implemente, el TPP va a tener impactos en nuestras cadenas de suministro, entendiendo este concepto como los flujos de información, dinero y mercancía desde los proveedores, pasando por la transformación, hasta llegar al cliente final. Por ejemplo:
· El pacto abrirá nuevas oportunidades de negocio para el sector productivo mexicano en seis mercados de Asia-Pacífico: Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelandia, Singapur y Vietnam.
· Recordemos que Estados Unidos representa 80% de las exportaciones totales de México, por lo que México probablemente seguirá siendo un ente transformador de las importaciones provenientes de los países asiáticos para convertirlos en productos hacia el mercado americano.
· Se espera que la exportación de México crezca 30% en un período de 5 años, según ha informado este año la Secretaría de Economía.
· El tratado implica mayor regulación para las industrias que quieran participar, en algunos casos, mayor protección (propiedad intelectual, denominación de origen, entre otras)
· Asia-Pacífico es la región de mayor dinamismo económico. El porcentaje de crecimiento anual 2005-2012 en la región de América del Norte se mantuvo en niveles de 8,3%, mientras que para la región de Asia fue de 24,2%, según la Secretaría de Economía e el Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
¿Cómo preparase para ser exitoso?
Este panorama obliga a las empresas a prepararse con tiempo en acciones como:
· Entender las fracciones arancelarias que se liberan, tanto para la exportación y como para la importación, así como los tiempos en que se producirán, para preparar la cadena de suministro de cara a la nueva proveeduría, tomando en cuenta el costo total de propiedad (no solo el precio).
· Prepararse para tener mayor interacción con un nuevo bloque comercial, nuevos consumidores, estilos y costumbres.
· Desarrollar las capacidades internas de las empresas para cumplir con las exigencias del tratado. Recordemos que el TPP es un tratado más amplio y que pone reglas más exigentes, como los temas de propiedad intelectual, medio ambiente, laboral y denominación de origen.
Muy probablemente veamos un flujo de inversión extranjera de los países que conforman el tratado, en particular de los países asiáticos y australes, que se verán en la forma de nuevas plantas, adquisiciones de compañías o de inversiones de capital para la recepción y distribución de sus productos.
A nivel macro, implicará mayores inversiones para la expansión y modernización de los puertos del Pacífico, mejoras en la conexión con otros modos (carretero, ferrocarril, aéreo, naval) y agilización de los procesos aduaneros. En particular, se deberá facilitar el flujo desde los puertos a los centros logísticos y de transformación mexicanos, para luego llegar al territorio de Estados Unidos. Este flujo también le dará un impulso al futuro corredor logístico del Istmo de Tehuantepec y a la zona económica especial de esta región, para los flujos que van hacia el Atlántico, así como la del Corredor Norte, para los flujos que van hacia Estados Unidos.
Es importante prepararnos para el nuevo escenario que se conformará con el TPP, haciendo los ajustes necesarios en nuestras cadenas de suministro (en términos de proveeduría, manufactura, logística y comercio exterior) para capitalizar los beneficios que representarán para nuestro país. Estas acciones generarán una ventaja competitiva en las compañías que entiendan las nuevas reglas y aprovechen este acuerdo.
Columna de Argenis Bauza, de KPMG