Se está produciendo una recuperación económica a escala mundial. Durante el último año, el crecimiento ha experimentado un repunte en los mercados mundiales, aunque, en el mismo periodo, estos también han afrontado picos de volatilidad a corto plazo, causada en gran medida por el riesgo político. La victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales francesas, en la que hizo campaña con una postura pro-europea, ha permitido a los inversores centrarse en los fundamentales económicos.
El ciclo económico debería ser, ahora más que nunca, el aspecto más importante que debemos valorar. Actualmente, los mercados financieros están experimentando un crecimiento sincronizado, que resulta favorable para los activos de riesgo. Europa y los mercados emergentes están recogiendo de manera tardía los frutos de la mejora económica, mientras que la economía de EE. UU. se ve más expuesta al riesgo de ralentización en la dinámica del crecimiento, derivado, en parte, del ruido político.
Los países emergentes, que son economías principalmente exportadoras, están mejor posicionados para seguir beneficiándose de la recuperación de la economía mundial. En estos países, los fundamentales económicos también están mejorando, lo que les convierte en un destino de inversión muy atractivo. Además, históricamente, los beneficios empresariales han avanzado al unísono con el comercio internacional, por lo que es razonable esperar un repunte en este ámbito a medida que, motivado por la recuperación, este siga aumentando.
Latinoamérica, donde se ha evidenciado una tendencia de crecimiento anémico en los últimos tiempos y en países como Brasil, Argentina y Colombia se están poniendo en marcha reformas económicas estructurales, cuenta ahora con las condiciones para poder sacar provecho de este ciclo positivo a nivel mundial.
¿Y los riesgos?
Sin embargo, los inversores deben tener en cuenta ciertos riesgos. El programa proteccionista de Trump puede ser uno de ellos, ya que aún cabe la posibilidad de que afecte directamente a economías como México, que depende en gran medida del comercio con EE. UU. Otro riesgo podría proceder de China, que ha sido una de las grandes fuentes de inversión directa para países latinoamericanos como Perú. De hecho, la continua presión de las salidas de capitales, junto con la creciente ratio deuda/PIB, apuntan a que China experimentará un crecimiento inestable. Esta circunstancia representa una amenaza para los países latinoamericanos que no debe pasarse por alto.
En cuanto al sector de las materias primas, este ha protagonizado un comienzo de año volátil. El precio del petróleo a corto plazo suele ser un reflejo de las perspectivas del mercado, las noticias y las variaciones en las reservas. A corto plazo, existen motivos de peso para esperar una subida en los precios del petróleo en los próximos meses, a medida que disminuyan las reservas estadounidenses, se mantenga la disciplina de la OPEP y la demanda mundial siga creciendo a buen ritmo. No obstante, a largo plazo, la posibilidad de que los productores estadounidenses de petróleo de esquisto aumenten su volumen de producción y de exportación debido a una mayor capacidad podría generar un riesgo continuado de alteración del equilibrio entre oferta y demanda.
Además de nuestra visión positiva a corto plazo sobre el petróleo, nuestras perspectivas también son favorables en cuanto al panorama de las firmas de los sectores de minería y materiales a corto plazo, siempre y cuando el dinamismo de la inversión china en infraestructura se mantenga. Priorizamos las empresas mineras de metales básicos, a la vez que identificamos un gran potencial alcista en las firmas de producción de carbón metalúrgico para su exportación a China, dada la restricción del Gigante Asiático en la actividad minera de carbón y la concienciación medioambiental, que probablemente generará un impulso continuado para el mercado del carbón transportado por mar.
Un buen aprovechamiento del ciclo económico, un adecuado control de riesgos y montarse en la ola positiva de las materias primas en el corto plazo, parece ser una buena combinación para las economías y los inversores en Latinoamérica.
Didier Saint-Georges es miembro del comité de inversiones y managing director de Carmignac.