El reciente auge del uso de la IA puede atribuirse a una combinación de avances tecnológicos, mayor disponibilidad de datos y mayor concienciación sobre su potencial. Sin embargo, desde el punto de vista tecnológico, no hubo una gran innovación o descubrimiento relacionado con la inteligencia artificial, sino más bien un cambio que mejoró enormemente la facilidad de uso y la accesibilidad para el público en general, concretamente cuando la empresa de inteligencia artificial Open AI cambió su interfaz de usuario y la implementó en un servicio de chat, llamado Chat GPT.
La aparición de ChatGPT provocó reuniones de urgencia en Google para debatir esta amenaza inminente para su famoso motor de búsqueda. Los consejeros delegados de las principales empresas tecnológicas citaron el entusiasmo observado en la IA Generativa y empezaron a destinar importantes recursos en ella debido al crecimiento exponencial de la potencia de estos modelos. Las principales empresas tecnológicas empezaron a estudiar urgentemente la posibilidad de incorporar la IA a sus sistemas, invirtiendo en sus centros de datos y sistemas de computación en la nube para añadir la enorme cantidad de potencia de procesamiento necesaria para ejecutar aplicaciones de IA. Esto ayudó a desencadenar un rally de inversión en IA, en el que las empresas utilizaban sus convocatorias de beneficios trimestrales para promocionar sus planes sobre cómo iban a monetizar la IA en sus negocios, ya fueran reales o imaginarios.
A corto y medio plazo, queremos seguir hacia dónde creemos que se dirige el gasto. Creemos que una de las mayores oportunidades está en las empresas que suministran los picos y las palas de la IA: las empresas relacionadas con la construcción de la infraestructura o fontanería necesaria para que la IA alcance todo su potencial. Entre estas empresas se encuentran los proveedores de nubes, los centros de datos, los semiconductores y las empresas de comunicación en red. Algunos de los nombres de empresas en las que estamos invertidos y que a menudo han sido citadas como beneficiarias inmediatas de la Inteligencia Artificial son: NVIDIA, Microsoft, Alphabet, Arista Networks y Broadcom.
También hemos invertido en empresas que no son tan conocidas como beneficiarias de la IA, pero que creemos que tienen productos y servicios únicos que les darán una ventaja competitiva a medida que la infraestructura de la IA siga desarrollándose. Entre estas empresas se encuentran Synopsis, líder mundial en automatización del diseño electrónico, y Marvel, líder en soluciones de semiconductores para infraestructuras de datos.
Hay un aspecto más de la fontanería de la IA que es bastante interesante, y tiene que ver simplemente con la electricidad para hacer funcionar los centros de datos. Estos centros están increíblemente hambrientos de energía, mucho más que un centro de datos convencional que sólo sirve videos, música o medios de comunicación social, etc. Uno de los grandes problemas que tenemos en el mundo es que hay una gran escasez de transformadores de potencia. Hay un concepto que se llama “tiempo de alimentación”, y cada vez es más difícil conectar un nuevo centro de datos a la red eléctrica. Un ejemplo de empresa que está sacando provecho de esto es Bloom Energy. Tienen pilas de combustible basadas en gas natural que funcionan con hidrógeno. Si eres un centro de datos y quieres construir un edificio de inteligencia artificial que consuma mucha energía, con montones y montones de servidores y procesadores gráficos de vídeo, y la compañía eléctrica local te dice que tienes que esperar 18 meses antes de poder conectarte, puedes recurrir a Bloom.
También ocurre que muchas de las empresas de semiconductores que se benefician de la IA también están bien posicionadas con el resto de sus negocios. Así que incluso si la IA no fuera esta tendencia monumental, a empresas como Lam Research, Broadcom o NVIDIA les seguiría yendo bastante bien. La IA es la guinda del pastel.
Otro ámbito en el que la IA tiene implicaciones interesantes es el de los bienes de equipo de semiconductores. Los chips necesarios para la IA consumen una enorme cantidad de una oblea de 12 pulgadas, por lo que el tamaño de las matrices es cada vez mayor, y son tan grandes que cada vez más los diseñadores tienen que dividirlos en varios chips y luego empaquetarlos juntos. La empresa que parece tener la sartén por el mango a la hora de conseguir que estos chips se apilen unos sobre otros y se interconecten adecuadamente es Lam Research.
Muchos inversores piensan erróneamente que los semiconductores son de baja calidad y muy cíclicos, posiblemente porque miran a toda la industria a través de la misma lente con la que miran al mercado de memorias semiconductoras, que es muy cíclico y está mercantilizado. Nosotros, en cambio, hemos observado que el sector de los semiconductores es mucho menos cíclico, dado que ha ampliado sus mercados finales más allá de los ordenadores y los teléfonos móviles y ahora desempeña un papel decisivo en aplicaciones como la automoción (vehículos eléctricos, mayor contenido de semiconductores para el entretenimiento, la gestión de baterías y las funciones de seguridad), los centros de datos, el Internet de las Cosas (IoT), el aprendizaje automático, la inteligencia artificial, la robótica, los electrodomésticos y la electrónica de consumo, por citar algunos ejemplos. También han pasado por una fase de consolidación significativa en los últimos años, con las empresas de semiconductores restantes más centradas en la rentabilidad que en ganar cuota de mercado. Este comportamiento ha dado lugar a entornos menos expansivos que los experimentados a finales de la década de 1990 y principios de 2000.
Por último, las empresas de semiconductores han creado un proceso de fabricación muy complejo que presenta grandes barreras de entrada y ha propiciado la estabilidad de los precios y contribuido a reducir el carácter cíclico del sector gracias a una mayor visibilidad de la demanda final. La complejidad de la fabricación de semiconductores de vanguardia ha aumentado a medida que los nuevos mercados finales exigen chips más rápidos, pequeños y potentes.
Por tanto, consideramos que el sector de los semiconductores es el denominador común y el elemento central de muchas de las tendencias seculares que se están produciendo, y podemos invertir en empresas rentables y en crecimiento que a menudo cotizan por debajo de los múltiplos de mercado.
En Columbia Threadneedle tenemos una mentalidad abierta y somos receptivos a la comprensión de la evolución, proliferación e impactos de la IA. Todas las empresas se centran en el control de costes y la adopción de la IA crea mayores eficiencias con menos recursos. A largo plazo, la IA será un factor deflacionista y creemos que estamos en las primeras fases de esta tendencia secular.
Tribuna de opinión de Paul Wick, CIO de Selingman Investments y líder del equipo de renta variable tecnológica de Columbia Threadneedle.