Con motivo del Día Internacional de la Educación de las Naciones Unidas, el 24 de enero, exploramos con los planes de crecimiento dentro del sector educativo y las oportunidades de inversión en este ámbito.
Es bien sabido que la educación es crucial para un crecimiento económico sostenible. Esta es la razón por la que el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 de las Naciones Unidas se centra en la educación de calidad. Y lo que es más importante, el ODS 4 no sólo se centra en los estudiantes, sino también en los adultos.
La pandemia ha tenido un profundo impacto tanto en la educación como en el futuro laboral. En abril de 2020, cerca de 1.600 millones de niños y jóvenes estaban sin escolarizar. Aunque fue posible seguir impartiendo clases digitales en la mayoría de los países, se produjo un fuerte impacto negativo, especialmente en los grupos más vulnerables y marginados.
La aceleración de la automatización y el COVID-19 han cambiado estructuralmente nuestra forma de trabajar. El Foro Económico Mundial predice que para 2025 la automatización trastocará 85 millones de puestos de trabajo. Afortunadamente, a medida que evolucionen los mercados laborales, surgirán 97 millones de nuevas profesiones. Habrá un aumento de la demanda de trabajadores en los empleos de la economía verde en el campo de los datos y la inteligencia artificial, así como en los de ingeniería, computación en nube y desarrollo de productos. Por un lado, la pandemia ha frenado algunos de los avances logrados en la última década; por otro, ha ayudado a comprender la importancia de la innovación para aumentar el acceso a la educación a un coste más asequible.
La evolución hacia el aprendizaje digital se vio acelerada por la pandemia, ya que obligó a probar la innovación y adoptarla. El aprendizaje por vía digital ha demostrado que las nuevas formas de educación son posibles y pueden mejorar la experiencia. Cuando se rompe el vínculo físico entre el aula y el aprendizaje, se pone la educación al alcance de todos, en todas partes. El uso de programas informáticos para supervisar los progresos de los alumnos también ha enseñado a los profesores el potencial de la innovación.
Los mercados financieros han seguido la tendencia invirtiendo más en nuevas empresas privadas de EdTech. En 2020 y 2021 se han destinado más de 30.000 millones de dólares a empresas EdTech. En 2022, la corrección en los mercados públicos ha provocado costes presupuestarios, pero en términos absolutos seguimos estando un 30% por encima de los niveles prepandémicos de inversión en EdTech privada. Se trata de una tendencia mundial que afecta tanto a los mercados desarrollados como a los emergentes.
El capital privado es crucial para seguir mejorando la experiencia de aprendizaje de estudiantes y adultos. En las próximas décadas nos enfrentaremos a una escasez de profesores en todo el mundo; la combinación de tecnología y seres humanos será necesaria para aumentar la accesibilidad de la educación para los jóvenes.
Para los adultos se está volviendo extremadamente importante crear un itinerario de aprendizaje para desarrollar competencias que escasean en el mercado laboral. Las nuevas formas de aprendizaje, basadas en cursos más cortos y específicos que a menudo se imparten digitalmente, están adquiriendo una gran aceptación. Las empresas deben invertir en la recualificación de sus propios empleados para crear nuevas competencias internamente y reducir el desgaste. El uso de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático está facilitando, agilizando y abaratando el aprendizaje. Hay una oportunidad sin precedentes para invertir en nuevas habilidades para los empleados con salarios bajos, mejorando las competencias en toda la fuerza de trabajo, dando así un poderoso impulso a la inclusión.
El Gobierno y las empresas tienen claro que invertir en educación permanente es crucial para impulsar la actividad económica, mejorar la inclusión y reducir la desigualdad.
La pandemia ha impulsado la inversión y el crecimiento en el espacio EdTech. Ahora se espera que esta temática crezca en torno a un 16% (tasa de crecimiento anual compuesto) entre 2020 y 2025 (13% antes de COVID 19). La educación sigue estando infrarrepresentada en bolsa en relación con otros sectores de características similares, pero esto está cambiando rápidamente gracias al gran número de empresas bien financiadas en el sector privado. Según Holon IQ, actualmente hay 30 unicornios en el espacio privado (empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares) por un total de 89.000 millones de dólares. Estas empresas tienen su sede en países desarrollados y emergentes y ofrecen productos y servicios a estudiantes de todo el mundo.
Las difíciles condiciones de los mercados financieros y la inflación salarial, así como la bajísima tasa de desempleo en EE.UU., han afectado a los resultados de las empresas del ámbito de la educación en los últimos 2 años, pero la temática sigue siendo sumamente interesante y crucial para un crecimiento económico sano. Los inversores deberían posicionarse en este tema, que debería beneficiarse financieramente de un mercado de crecimiento mundial estructural al tiempo que contribuye a aumentar la calidad, la accesibilidad y la asequibilidad de la educación permanente.
Tribuna de Luca Fasan, gestor de fondos de Sycomore Asset Management (parte del ecosistema de Generali Investments).