Mientras la economía global sigue avanzando de manera sostenida, puede que resulte difícil recordar que este ciclo comenzó hace casi una década. Puede que resulte incluso más difícil recordar que los mercados emergentes se encontraban en recesión hace poco más de dos años. Sin embargo, la situación económica ha mejorado y los mercados emergentes están convergiendo con sus homólogos desarrollados, impulsando un crecimiento económico sólido y sincronizado y una rentabilidad relativa positiva de la esfera emergente.
Los mercados emergentes registraron una rentabilidad relativa negativa durante la oleada de ventas que se produjo en los mercados bursátiles a comienzos de febrero; entonces, el índice MSCI World (USD) cedió un 8,8% y el índice MSCI EM perdió un 10,2% (entre el 26 de enero de 2018 y el 9 de febrero de 2018). Aun así, los mercados emergentes se mostraron más resistentes de lo esperado frente al alza de los tipos de interés, que motivó la venta masiva inicial.
En lo que va de año, la renta variable de mercados emergentes ha obtenido una rentabilidad relativa positiva (a 12 de marzo de 2018). Este dato representa una situación muy diferente de la que vivimos en 2013, ante la reacción de los inversores a la retirada de estímulos, cuando la renta variable de mercados emergentes se desplomó un 15% tras el anuncio de que la Reserva Federal comenzaría a reducir su programa de expansión cuantitativa.
Factores subyacentes
El índice de precios de consumo (IPC) interanual de Estados Unidos ha subido desde mínimos, del entorno del 0% en 2015, hasta aproximadamente el 2%. En el mismo periodo, el IPC de los mercados emergentes ha cedido desde máximos, del entorno del 5%, hasta por debajo del 4%. En este momento, tanto las economías emergentes como las economías desarrolladas parecen protagonizar un auge y sus respectivos datos de inflación han convergido hacia la banda de entre el 2% y el 4%.
Sin embargo, las rentabilidades reales de los mercados emergentes han divergido con respecto a las de sus homólogos desarrollados. La rentabilidad real en Estados Unidos ha repuntado recientemente, pero su trayectoria futura se esclarecerá cuando se defina el estado de la inflación. Lo que queda claro es que las tasas nominales de Estados Unidos están subiendo, las tasas reales parecen evolucionar al alza y la inflación podría acelerarse, lo cual podría llevar a la Reserva Federal a subir tipos antes para compensar esta situación.
En los mercados emergentes, las rentabilidades reales han permanecido razonablemente estables en los últimos meses. Algunos mercados emergentes ya habían comenzado a bajar los tipos, mientras que otros acaban de empezar a hacerlo, lo cual pone de manifiesto que se encuentran en una fase más temprana del ciclo. Por su parte, los mercados desarrollados avanzan hacia el endurecimiento de sus políticas monetarias.
Aunque tanto los mercados desarrollados como los mercados emergentes gozan en este momento de solidez económica, la perspectiva es cada vez más halagüeña en los mercados emergentes, muchos de los cuales se encuentran en una fase anterior del ciclo con respecto a sus homólogos desarrollados. Puede que ésta sea la explicación de por qué la renta variable de mercados emergentes ha tendido al alza en términos de rentabilidad relativa frente a su homóloga de la esfera desarrollada.
Reacción a la retirada de estímulos
Puede que numerosos inversores se pregunten si veremos una nueva entrega de la reacción provocada por la retirada de estímulos a la que asistimos en 2013. Pensamos que es improbable que suceda por dos razones.
En primer lugar, no existe una relación clara entre la subida de tipos por parte de la Reserva Federal y la evolución de la renta variable de mercados emergentes frente a las acciones globales. Por lo general, no percibimos motivos para suponer que la rentabilidad de los mercados emergentes acusará el alza de los tipos. De hecho, la renta variable de mercados emergentes parece más sensible al dólar estadounidense que a los ciclos de subida de tipos y dicha moneda lleva trazando una tendencia lateral desde comienzos de año.
En segundo lugar, los mercados emergentes ofrecen actualmente a los inversores una prima de riesgo atractiva con respecto a sus homólogos desarrollados. Si nos fijamos en el diferencial de tipos de interés reales entre la esfera emergente (excluida China) y Estados Unidos durante la reacción de los inversores a la retirada de estímulos en 2013, veremos que el diferencial de rentabilidades reales era mínimo y apenas se ofrecía prima con respecto a la deuda estadounidense.
Esta baja prima hizo que los mercados emergentes se mostraran vulnerables a una subida de tipos. En la actualidad, la prima de riesgo se encuentra en el entorno del 2%, considerablemente más favorable, y debería ofrecer cierta protección frente a perturbaciones externas y favorecer la entrada de capitales en activos de riesgo de mercados emergentes.
Margen para subir
Las valoraciones de la renta variable de mercados emergentes han avanzado lentamente al alza, al igual que las de la renta variable global. Según los inversores incrementan su tolerancia al riesgo, las valoraciones a menudo siguen elevándose hasta niveles sustancialmente caros. Dado que tanto los mercados emergentes como los mercados desarrollados se encuentran próximos a su promedio histórico y aún no se encuentran en niveles inasequibles, pensamos que es posible obtener más ganancias.
El crecimiento de los beneficios ha sido bastante robusto, de media, en todo el mundo y no percibimos razones para que esta tendencia pueda invertirse. Sin embargo, el péndulo terminará por girar y los mercados emergentes podrían salir bien parados cuando eso se produzca: la tendencia a la baja de la inflación y la estabilidad de las rentabilidades reales justifican sobradamente la solidez relativa de los mercados emergentes según la economía global avanza en el ciclo.
Aranceles, riñas y tweets
Los mercados reaccionaron negativamente al inesperado anuncio que el presidente Trump realizó el 8 de marzo, acompañado por varios tweets, de que impondría aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Una guerra comercial, como consecuencia general, plantea riesgos significativos para mercados emergentes como Corea del Sur y Taiwán, especialmente sensibles a conflictos de este tipo debido a los elevados ingresos que obtienen por sus exportaciones.
El 22 de marzo, el presidente Trump impuso aranceles del 25%, de hasta 60.000 millones de dólares al año, a las importaciones de China tras concluir, su administración, que Pekín se hace injustamente con propiedad intelectual estadounidense. Por su parte, el Ministerio de Comercio chino anunció el 23 de marzo los aranceles a las importaciones que prevé aplicar, próximos a 3.000 millones de dólares.
Los efectos de una guerra comercial global para los mercados emergentes no están claros en este momento. Si otros partícipes del mercado deciden actuar y adoptan represalias, los mercados emergentes podrían acusar la percepción negativa y diversidad de cuestiones tocantes a países y sectores concretos. El presidente Trump generó todavía más incertidumbre en torno a esta cuestión al anunciar que Estados Unidos excluirá temporalmente de su plan arancelario a Brasil, la Unión Europea, Australia, Argentina y Corea del Sur.
Una cuestión de países concretos
Nuestro análisis se ha referido hasta ahora a los mercados emergentes en su conjunto. Sin embargo, en el seno de la esfera emergente, existen diferencias significativas en cuanto a factores económicos, valoraciones del mercado y factores de riesgo. A continuación, destacamos algunas de las diferencias más notables:
Latinoamérica
Impulsada por Brasil, Latinoamérica es cara, en general. La PER de Brasil se encuentra en el percentil 96 de su historial de 20 años (Figura 7). Esta evolución llama a la cautela desde un punto de vista de las valoraciones, a pesar de la mejora de la economía y la estabilización del entorno político, dadas las menores posibilidades de que haya un gobierno de izquierda populista.
Es probable que las próximas elecciones en México (en julio) y Brasil (octubre) eleven la volatilidad en el mercado. Además, la renta variable mexicana sigue mostrándose muy sensible a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y de la política comercial en general. Las tendencias macroeconómicas entre estos dos importantes países latinoamericanos han sido enormemente divergentes: la inflación de Brasil ha descendido de manera sostenida desde 2016, mientras que hasta hace poco la inflación de México subía con fuerza.
Asia emergente
La actitud cada vez más restrictiva de Estados Unidos en torno al proteccionismo comercial supondrá un obstáculo para Asia dada su elevada sensibilidad al comercio. El anuncio del presidente Trump de aranceles a las importaciones chinas avivará este obstáculo en mayor medida. Una confrontación comercial total resultaría lesiva para todas las partes implicadas. El nivel de incertidumbre es elevado y las sanciones sustanciales que pudiera imponer Estados Unidos, así como las consiguientes represalias de otros países, podrían pesar sobre el rendimiento de la renta variable de la región. Además, consideramos que la tasa de crecimiento de China es un factor crucial que seguir este año.
En términos globales, consideramos que el efecto de las medidas arancelarias será limitado y que la economía global continuará creciendo, siendo los mercados emergentes los que presentarán mejores perspectivas. La volatilidad del mercado podría depender en gran parte de la estrategia negociadora del presidente Trump. Sus acciones y sus tácticas suelen copar titulares, pues en un primer momento suele mostrarse agresivo en sus posturas, para después adoptar actitudes más razonables.
Renta fija: mejor en moneda local
En el ámbito de la renta fija de mercados emergentes, nos decantamos por los títulos denominados en moneda local frente a los denominados en monedas fuertes.
Pensamos así porque las subidas de tipos de interés que podrían llevarse a cabo en Estados Unidos presionarían a la baja a las monedas fuertes y porque consideramos que las rentabilidades reales, que continúan en niveles altos, contribuirán a proteger las monedas locales de mercados emergentes de una depreciación rápida.
Beneficiarios de las condiciones favorables
Nuestra perspectiva con respecto a los mercados emergentes es relativa. En general, mantenemos el optimismo en relación con la renta variable global.
Las contundentes e impredecibles tácticas negociadoras del presidente Trump suelen desconcertar a los mercados. No obstante, tras adoptar una actitud inicial severa, suele caracterizarse por terminar solventando la situación conforme a términos más razonables. Es probable que esta incertidumbre ocasionada por este estilo errático espolee la volatilidad en los mercados financieros.
Sin embargo, los mercados emergentes podrían beneficiarse de mayor dinamismo y estabilidad gracias a la menor inflación y las tendencias de los tipos de interés. Puede que esto se deba a que se encuentran en una fase más temprana del ciclo económico que los mercados desarrollados.
Existen multitud de riesgos idiosincráticos en los mercados emergentes, si bien la situación económica general parece prometedora.
Puede que los numerosos inversores que albergan recuerdos vivos de su reacción a las retiradas de estímulos estén preguntándose si tiene sentido invertir en mercados emergentes mientras la Reserva Federal endurece su política monetaria. Dadas las razonables valoraciones, las favorables primas de riesgo y la estabilidad de la inflación, consideramos que la respuesta es afirmativa.
Andrew Harmstone es senior portfolio manager en el equipo Global Multi-Asset de Morgan Stanley Investment Management.
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