El ciclo actual de Estados Unidos está llegando a los nueve años, algo que lo convierte en el ciclo alcista más largo de la era de posguerra, solo detrás de la estampida de 1989 y 1999. Este ciclo parece estar en sus fases finales, basándose en los datos relacionados con los beneficios, los flujos de caja, el crédito y la actividad en las fusiones y adquisiciones, con Europa y gran parte del mundo desarrollado no mucho más atrás.
Desde una perspectiva histórica, una disminución de los beneficios empresariales como parte del producto interior bruto (PIB) han señalado el final del ciclo económico y han sido también un indicador adelantado de las recesiones en Estados Unidos. Dado que los beneficios empresariales han Dado que los beneficios empresariales han alcanzado su máximo durante este ciclo actual (como se muestra en el Gráfico 1), creemos que los inversores deben proceder con cautela.
Los bonos corporativos parecen caros
El fuerte interés por la deuda corporativa, específicamente por los bonos de grado de inversión y high yield, ha evolucionado principalmente como resultado de la sed de los inversores por captar ingresos. Esto ha llevado a un estrechamiento de los diferenciales de los bonos corporativos de Estados Unidos -el rendimiento adicional que los inversionistas demandan por encima de la deuda del Tesoro de Estados Unidos- que han alcanzado niveles mínimos desde la crisis post-financiera. Los mercados de crédito parecen ofrecer poco margen de error en los niveles actuales de los diferenciales, lo que debería generar cautela.
El impacto del ciclo en la inversión de grado de inversión y el crédito high yield
Conforme el ciclo económico se hace más añejo, la calidad del índice de referencia para la deuda con grado de inversión ha disminuido con relación a hace una década. La proporción de bonos con calificación BBB, con un menor ranking y con una menor calidad, ha aumentado de forma constante desde el 36% que en a mediados de 2007 componía el índice de bonos con grado de inversión de Estados Unidos a al 49% actual. Los inversores parecen estar persiguiendo la rentabilidad y moviéndose hacia abajo en el espectro de la calidad de la deuda. Esta búsqueda arriesgada ha sido provocada por la creciente sensibilidad a los tipos de interés y la disminución de la compensación de los bonos estadounidenses con grado de inversión, dados los actuales niveles de diferenciales relativamente estrechos.
La deuda high yield también está plagada de riesgos
En contraste con los bonos de grado de inversión, los inversores no suelen ser recompensados cuando bajan hacia los segmentos de menor calidad del mercado high yield, porque cualquier ventaja percibida tiende a ser compensada por mayores pérdidas en los precios. Esto puede conducir a unos rendimientos totales promedio comparables o inferiores, debido a una volatilidad significativamente mayor asociada con el segmento de menor calidad del mercado de high yield. Los bonos high yield también han tendido a reaccionar más como acciones que los bonos de menor volatilidad en los momentos de caída del mercado y son vulnerables al riesgo a la baja.
Con el foco en la preservación prudente del capital
Tradicionalmente, la renta fija ha desarrollado un papel fundamental como influencia estabilizadora en una cartera diversificada. Esta función es especialmente importante en el entorno actual, donde los bancos centrales están retirando sus programas de relajamiento cuantitativo, las economías globales se enfrentan a un crecimiento lento, los niveles de deuda son elevados, muchas regiones se enfrentan a tendencias demográficas adversas y a una disfunción política, la dislocación está acompañando los avances tecnológicos y las tensiones geopolíticas están aumentando.
El crédito corporativo ofrece oportunidades, pero la compresión de los diferenciales ha dejado las valoraciones comprimidas y los inversores están buscando más abajo en la calidad crediticia en su búsqueda de rentabilidades. Dados los bajos rendimientos esperados y subsecuente riqueza de los mercados de crédito, los inversores deben centrarse en preservar el capital con un enfoque de inversión activa. En este mercado, la preservación prudente del capital debe ser una prioridad. Creemos que el costo de oportunidad de mantener la calidad es bajo en comparación con el riesgo a la baja de un evento de crédito adverso. Dada la multitud de factores (temporales) seculares que pesan sobre la economía global y la posibilidad de que podamos entrar en las últimas etapas de un ciclo económico, creemos que los inversores de renta fija deben centrarse en ser adecuadamente compensados por el riesgo y preservar el capital para poder pelear otro día.
James Swanson es investment officer y estratega jefe de MFS Investment Management.