Los mercados financieros todavía tienen que asimilar las consecuencias de los numerosos acontecimientos que tuvieron lugar el año pasado. No solo el riesgo geopolítico tuvo un papel destacado si no que, además, la subida de tipos que todo el mundo esperaba finalmente no se materializó. Por el contrario, los tipos se han mantenido en niveles históricamente bajos lo que a su vez se combinó con un colapso en el precio de las materias primas.
Las fluctuaciones de las divisas fueron la causa de la mitad de los rendimientos conseguidos por los mercados financieros en 2014, pero hubo fuertes disparidades; sobre todo, se produjeron divergencias en las valoraciones de las compañías cíclicas y las no cíclicas debido a la aversión al riesgo de los inversores. Frente a este escenario, las acciones internacionales, y en particular las estrategias con sesgo valor, ofrecen numerosas oportunidades, aunque una vez más vuelve a ser clave adoptar una estrategia diversificada y a largo plazo.
La conjunción de políticas monetarias acomodaticias (que han llegado a su fin en Estados Unidos, pero que están ahora comenzando en la Eurozona) es un factor que beneficia a las compañías que deberían experimentar mejoras significativas en la competitividad. En la Eurozona, donde las valoraciones son además muy razonables, la depreciación del euro también representa un significativo viento a favor. Por su parte, las compañías norteamericanas deberían beneficiarse de la recuperación en la inversión, que sigue estando por debajo de sus medias históricas. Por último, la recuperación en la demanda de préstamos indica que el crecimiento está mejorando al mismo tiempo que los esfuerzos puestos en práctica por las entidades en materia de reestructuraciones deberían dar lugar a márgenes más altos y a la generación de flujos de caja.
Por tanto, en este contexto de reducida, pero sostenida recuperación del crecimiento, algunos temas deberían sobresalir frente a otros. Por ejemplo, el ciclo global en el sector del automóvil ofrece interesantes oportunidades. Las marcas europeas disfrutan de mejores márgenes y de sólidas dinámicas de creación mientras que las norteamericanas se verán respaldadas por un parque de automóviles que de media es antiguo. La reanudación del crédito debería beneficiar ampliamente a los bancos que, por otro lado, cotizan con importantes descuentos.
Entre otros nombres, en este momento encontramos valor en compañías como Faurecia, Corning o TUI AG. Faurecia es un productor francés de componentes de automóvil que actualmente es líder a nivel mundial en cuanto a asientos e interiores. En el caso de Corning, se trata de una compañía norteamericana que produce componentes electrónicos. Con un 50% de cuota de mercado, es líder en el campo de los sustratos de cristal empleados en las pantallas táctiles. También está presente en otros ámbitos como los materiales medioambientales. Por su parte, TUI AG es un operador de viajes alemán nacido a partir de la fusión de dos compañías que se escindieron hace unos años.
Hasta ahora los títulos no cíclicos se han beneficiado de dos efectos positivos procedentes de la aversión al riesgo y de la búsqueda de retornos por parte de los inversores. Como consecuencia, los nombres cíclicos están cotizando con importantes descuentos, lo que genera muchas oportunidades tanto en Europa como en Estados Unidos.
Christophe Foliot, responsable de renta variable internacional y Adeline Salat-Baroux, gestora de renta variable internacional en Edmond de Rothschild Asset Management (France).