Seguimos notando que cada vez más se está produciendo un cambio a positivo en el sentimiento del mercado, de los inversores y de los empresarios, siendo todavía un sentimiento amable.
A finales del año pasado, la psicología del mercado era positiva y de cierta exuberancia por parte de algunos inversores. Este año parece que va a continuar.
La economía real vuelve a reactivarse en los países desarrollados. Empezamos a consolidar un crecimiento económico más estable, todavía lento y con ciertas dudas, pero sí más real. Por inercia, todas las noticias, tanto las buenas como las malas, se interpretan positivamente.
La divisa euro es un ejemplo de ello. Europa, todavía en recuperación, presenta una divisa más fuerte de lo que hemos predicho. Los inversores globales interpretan el comportamiento del euro como el del Deutsche Mark, y esto se traduce en una confianza casi ciega en las políticas económicas de Angela Merkel. Transmitiendo al mundo seguridad y donde los países periféricos ya no somos relevantes.
Imaginemos que hoy despertamos leyendo en la portada del Financial Times: “Grecia abandona (forzada o no, da igual!) la Unión Europea y vuelve al dracma”. Hace menos de dos años, este hecho hubiera significado el final de la Unión Europea y el colapso total de los mercados financieros. Hoy, los mercados recibirían esta noticia en positivo, con el euro apreciándose y las bolsas europeas en subida.
Piénsalo… ¡pero nunca olvides que el sentimiento es la madre de todas las burbujas, tanto las bajistas como al alcistas!
Columna de David Levy, DiverInvest EAFI