La pandemia ha afectado en mayor o menor medida a todos los sectores económicos a nivel global, obligando en muchos casos a desarrollar nuevas líneas de negocio y productos y servicios diferenciales, para atender a las nuevas necesidades de los clientes en un escenario muy distinto. Esta es una realidad de la que el sector asegurador no se ha mantenido al margen, ya que en este escenario ha tenido que trabajar para acelerar algunas tendencias y para poner en marcha nuevas fórmulas diferenciales, por parte de las entidades, para lograr que su mensaje llegase con fuerza a las nuevas generaciones de consumidores y potenciales clientes del presente y del futuro.
Esa “revolución” obligada para el sector de los seguros, liderada por las insurtech, se ha traducido en cuatro consecuencias principales: la oferta de productos innovadores, la apertura de nuevos canales de venta, la renovación de los modelos de negocio y el desarrollo de un sector complementario y al servicio del sector. Elementos que se dirigen de forma prioritaria a un público más joven: los millennials y centennials que han ido tomando poder de decisión y convirtiéndose en un amplio grupo de población. Si las aseguradoras quieren conquistar a este sector, deberán involucrarse en una mayor personalización en la oferta de servicios y productos y mantenerse al día de los conocimientos tecnológicos como requisito fundamental.
Lo cierto es que está situación es muy propicia para que las insurtech demuestren la ventaja competitiva con la que cuentan, por su modelo de negocio. Durante el confinamiento, las fintech e insurtech fueron las primeras en adaptarse a las nuevas necesidades del consumidor, surgidas como consecuencia de la pandemia, incorporando de forma casi instantánea a este tipo de productos y servicios 100% digitales, y fueron capaces también de dar su apoyo a determinados servicios cuyo funcionamiento se vio directamente afectado debido a las condiciones sanitarias, lo que ayudó a consolidar esas nuevas tendencias, acelerando los procesos para aprovechar algunas herramientas que serán clave en el presente futuro para impactar en el consumidor final.
Por un lado, el big data juega un papel fundamental contribuyendo a una mayor flexibilidad de los productos y servicios que se ofrecen, y configurándose como el impulsor dominante que cambiará por completo el desarrollo tecnológico en el que navegarán las nuevas generaciones, en especial las que han crecido al mismo ritmo que la revolución tecnológica. Un buen ejemplo para el ámbito del sector asegurador es el modelo de la economía de suscripción, que han puesto de moda empresas de contenidos por streaming, en servicios de música o, incluso, en los medios de comunicación, mediante el cual se desarrollan productos o servicios, en este caso seguros, que ajustan la cuota en función de lo que se usen, como ocurre ya con seguros del sector del automóvil.
Una de las necesidades del sector asegurador siempre tiene relación con mejorar la seguridad, por lo que la tecnología blockchain da respuesta a esta necesidad, contribuyendo a que las aseguradoras puedan, por ejemplo, hacer uso de la cadena de bloques para crear contratos inteligentes que se lleven a cabo por sí mismos. Una mentalidad abierta sobre el valor que les puede aportar la inteligencia artificial y otras nuevas tecnologías será el camino a seguir en el ámbito de la seguridad de las aseguradoras.
También es importante tener en cuenta que, a medida que las aseguradoras van aumentando su dependencia en las nuevas tecnologías, los servicios en la nube serán más esenciales que nunca. La tecnología SaaS cuenta con servicios aplicables al sector de los seguros, cuyo uso ha crecido desde la pandemia, permitiendo que muchas empresas continuaran atendiendo las incidencias de sus asegurados desde casa gracias a contact centers en la nube y centralitas virtuales, algo que además añade valor mejorando la calidad de atención al cliente.
La aplicación de la inteligencia artificial y el Machine Learning es otra herramienta que colabora en la creación de seguros a medida, en función de las necesidades del cliente y sus características personales. Precisamente, abre una puerta a la personalización de la oferta para cada usuario, lo que ahorrará costes y tiempo en el proceso. Entre sus ventajas asociadas, la eficiencia y rapidez en la tramitación y en la resolución de incidencias, la utilización de herramientas para extraer datos de todo tipo de fuentes o la facilidad para detectar patrones de comportamiento o situaciones fraudulentas. Finalmente, la llegada del cloud ha hecho que la automatización se convierta en parte de la dinámica del sector Insurtech.
Una compañía ofrecerá un servicio eficiente, en la medida que logre que los tiempos de espera sean más cortos, los procedimientos sean más sencillos, con la mayor transparencia y competitivos en precio, por lo que las Insurtech cuentan con muchas de las claves, por su tecnología y modelo de negocio, para conectar directamente con el usuario final y ofrecerle un servicio completamente personalizado.