Si hay claro en el mundo de la inversión es que por regla general la renta variable se comporta mal durante las recesiones. Sin embargo, tratar de cronometrar el mercado y anticiparse vendiendo acciones puede ser desaconsejable. Mucho más importante para cualquier inversor es aprovechar la oportunidad para revisar su asignación global de activos -que puede haber cambiado significativamente durante el mercado alcista- y asegurarse de que su cartera está equilibrada y ampliamente diversificada.
Porque hay evidencias y es que no todas las acciones responden de la misma manera durante los períodos de tensión económica. En las últimas ocho caídas importantes de los mercados, los sectores de consumo de productos básicos y los servicios públicos, por ejemplo, han pagado importantes dividendos, lo que ha ayudado a mantener un rendimiento constante a las carteras cuando la renta variable experimenta un descenso generalizado.
Las acciones orientadas al crecimiento todavía tienen un lugar en los portfolios, pero los inversores deberían considerar tener en cartera compañías con balances sólidos, flujos de caja consistentes y perspectivas de crecimiento de largo plazo que puedan aguantar la volatilidad a corto plazo. Incluso en una recesión, muchas empresas siguen siendo rentables. Por eso es interesante centrarse en las empresas con productos y servicios que la gente seguirá utilizando cada día, independientemente de la parte del ciclo en la que nos encontremos.
Posicionamiento en renta fija
La inversión en renta fija puede proporcionar algo de estabilidad y ofrece la posibilidad de conservación del capital, especialmente durante periodos de volatilidad en los mercados de renta variable. En las últimas seis correcciones del mercado, las rentabilidades del mercado de bonos de EE.UU. -medidas por el Bloomberg Barclays U.S. Aggregate Index- se mantuvieron estables o positivas en cinco de estos seis períodos.
Lograr la asignación de activos correcta en renta fija es siempre importante. Sin embargo, es fundamental que los inversores se aseguren de que sus posiciones principales de bonos proporcionen equilibrio a su cartera, sobre todo tras la entrada de la economía estadounidense en 2019 en la fase madura del ciclo. Los inversores no necesitan necesariamente aumentar su asignación de bonos antes de una recesión, pero deben asegurarse de que su exposición a la renta fija proporciona elementos de las cuatro funciones que desempeñan los bonos: diversificación de la renta variable, ingresos, preservación del capital y protección contra la inflación.