Antiguamente, era Estados Unidos frente a la Unión Soviética. Hoy en día es Estados Unidos frente a China. La pandemia le ha dado otro giro a la lucha por la supremacía global. El Gobierno estadounidense está utilizando a China para desviar la atención de sus propias deficiencias en la gestión de la crisis, mientras que China, que ha desempeñado un papel clave al inicio de la pandemia, está usando la crisis para aumentar su influencia geopolítica ayudando a otros países de una manera muy publicitada.
Esto refuerza un hecho que ya se venía constatando antes de la pandemia, cuando China se convirtió en el principal financiador de África, lo que significa que ahora dirige estos países a través de una combinación de inversión entrante, reestructuración de deuda y control de recursos naturales. Por el contrario, el gobierno estadounidense ha adoptado la estrategia opuesta y ahora está poniendo en riesgo su liderazgo mundial. Por ejemplo, suspender los pagos a la Organización Mundial de la Salud puede generar simpatía entre los votantes del país, pero a nivel internacional es un indicio de que Estados Unidos no está dispuesta a solucionar los problemas del mundo. Sin embargo, esto no significa que China esté lista para asumir, a corto plazo, el liderazgo que ostenta Estados Unidos.
China está a la zaga de Estados Unidos en diversos puntos importantes, como la importancia de su propia moneda frente al dólar estadounidense en las reservas globales de los bancos centrales y la fuerza de sus empresas privadas, lo que significa que es muy probable que Pekín tarde una década, como mínimo, en suponer un serio problema para Washington en términos financieros y económicos. No obstante, algunas personas creen que China está corriendo una carrera de fondo y que, por tanto, ha centrado su liderazgo en áreas como la inteligencia artificial y la informática cuántica. Por otro lado, Estados Unidos se siente amenazada por el auge de China, y alega con frecuencia motivos de seguridad nacional. Por ejemplo, está intentando impedir la instalación de infraestructuras de telecomunicaciones 5G de Huawei no solo a escala nacional, sino también fuera.
Consideramos que las nuevas tecnologías determinarán la economía mundial a largo plazo, por lo que China y la región asiática ya están listas para una mejora estratégica que constituirá una parte importante de nuestra asignación de activos. Entrando en detalle, busque aquellas empresas y países mejor adaptados para gestionar los retos chinos y estadounidenses. O, en su defecto, busque inversiones que tengan muy buenos resultados en, al menos, un entorno.
Tribuna de Frank Häusler, estratega jefe de Vontobel AM.